así es la guerra.

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Diciembre 15 1921.

—Estoy orgulloso de ustedes soldados... Si, hemos perdido hombres, hombres que han dado la vida con gusto por su nación, pero , mirense...  Mirense.. el pelotón sigue unido, y son pocos los caídos.. —dice el capitán Smith respirando hondo y con el corazón lleno de satisfacción por su pelotón. Adam piensa en esos caídos, Louis, Willians, Parker, Rouser, Frank, Brayan, Cole, se los imagina mientras el capitán habla paseándose de extremo a extremo frente a ellos.

—Las tropas japonesas han visto que ustedes son soldados valientes, con aplomo— dice y suelta una risa mordaz. —Cobardes insolentes,¿ se creen mejores? Pues se están retirando.. bien hecho soldados, si tienen que dar su vida, sé que la darán con gusto. Yo estoy dispuesto a darla— dice dándose un golpe de pecho.

Adam lo mira pensativo. ¿Dar la vida con gusto? Recuerda como murió Louis, mutilado, perdió su brazo derecho y la mitad de su cráneo en una explosión sorpresiva, wuillians, fué acribillado por el enemigo mientras este cubría a otro de los soldados en una misión de espionaje nocturna, y los demás...Adam sacude sus pensamientos, recordar cada una de esas atroces muertes no le servirá de nada. Solo empañará la felicidad que siente al recordar justo en ese momento a la señorita Mary  …

—Tenemos algunas semanas de paz, y creo que se merecen un descanso. No hay que perder el sentido de alerta, pero creo que merecen divertirse un poco.

El capitán Smith los deja ir al cabaret, para que vean bailar bellas bailarinas y tomarse algunos tragos. Un grupo de doce por noche mientras los demás vigilan.

Adam está en el cabaret con algunos soldados ,  tomándose unos tragos,  disfrutan el ambiente ameno y agradable, por no decir demasiado erótico para la época, el ambiente es un poco relajado, bellas jovencitas se muestran alegres y coquetas, con sus labios rojos y sus ojos delineados, procurando llamar la atención de algún soldado.

—Así que la señorita misteriosa volvió a aparecer—Le dice Cárter, un gran amigo que ha hecho Adam durante la guerra.

— Si, ¿no te parece la mejor noticia de todas?—pregunta Adam sin dejar de mirar  el vaso con ron que sostiene en su mano. Cárter suspira y hace una negación.

—Solo espero que no le dé por olvidarte de nuevo más adelante.

—Como te gusta arruinar el momento Cart... Por qué no te puedes alegrar por mi?

— Quisiera Adam, ojalá sea como crees y esa señorita te ame de verdad, por lo que me has contado es un poquito indecisa

— Me ama, lo sé, además, su última carta fué... No sé, diferente.

—¿Diferente? ¿ Cómo diferente?

—Sentí que de verdad me ama.
Que se preocupa sinceramente por mi, no me preguntes cómo se eso.. solo lo sé.

—Estás ciego Adam—Adam gira su cara y clava sus ojos en Cárter, lo mira en reproche pero no le dice nada.

—Mira, yo solo digo que ella es algo inestable, un día te ama, otro no está segura.

—¿Puedes parar? Déjame con esta sensación que tengo ahorita, su amor... O creer que es así me da fuerzas. ¿es malo eso?—Carter le palmea la espalda.

Luego en silencio los dos amigos siguen oyendo la dulce voz de katria, la cantante de la noche. Los demás beben muy divertidos mirando a las señoritas bailar en ropa sugestiva.

La semana transcurre en el campo en la más total calma, Smith no se confía, su oponente es astuto, sabe que algo trama,  un grupo vigila, otro entrena mientras algunos se olvidan del horror de la guerra divirtiéndose en el cabaret.

A mi amada Mary.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora