un vil engaño.

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Keiglhey
Abril 23 1922
Cerca de las diez de la mañana se efectúa en keiglhey una ceremonia de boda, se leen los deberes y derechos de los nuevos esposos, una boda por conveniencia, una mujer mentirosa, que fingió la peor de las mentiras sin importarle romper el corazón de un joven enamorado , dejándose convencer por sus padres de una trama cruel, hoy Mary Elisa Wayne y Herald August Wembley han contraído nupcias, los padres de la novia celebran dichosos que por fin su hija empiece una nueva vida al lado de un hacendado rico que es dueño de muchas tierras prósperas, Mary se dejó convencer de semejante desfachatez pues imaginarse ser la dueña de la mitad de keiglhey fué una oferta muy tentadora para ella, concluyó que con todo el dinero que le reportaría la boda a ella y a su familia convirtiéndola en una dama de alcurnia bastaría para olvidar cualquier enamoramiento del pasado.
Durante la noche de boda Herald y Mary terminan satisfechos, pero el anciano caballero se duerme antes de lo previsto por la joven y los siguientes días el señor Wembley se dedica más a leer los diarios, a charlar de su trayectoria y a dormir como si estuviera más de vacaciones que de viaje de bodas, ¿que se puede esperar de un hombre que ha vivido plenamente su vida y que a estas alturas con sus casi setenta lo que buscaba era más una compañera de vejez que una ardiente esposa en la cama?. Pero eso no le ha gustado mucho a la insatisfecha esposa quien prefiere entonces pasear por las calles de keiglhey en el flamante carruaje de su rico esposo y gastar la fortuna que ya es suya en joyas, abrigos y vestidos a ver si olvida su desdicha.

Mary camina hasta el carruaje y Fleming a quien Herald pidió venir para que lleve a su joven esposa a dónde ella desee toma los paquetes y los sube en el carruaje, cuando alguien que cree reconocerla la mira, es Hugo, quien viajó a keiglhey por orden de George el tío de Susan para inspeccionar posibles lugares que les puedan proporcionar clientes en un futuro. Hugo camina inspeccionando la zona comercial cuando una joven que sube a un carruaje le recuerda a alguien, a alguien a quien ha visto antes, pero no recuerda de dónde, sube los hombros restándole importancia y sigue en su encomienda.

—Herald es un caballero conmigo, pero.. no me cumple como esposo— le dice Mary a su madre una tarde que va a visitarla para tomar juntas el té.—¿puedes creer que en nuestro viaje de bodas solo estuvimos juntos como marido y mujer dos veces?—se queja la esposa insatisfecha.

—Pero bueno linda, no tienes que quejarte por eso, es desagradable un marido que no te deje ni respirar! Agradece que Herald sea un considerado contigo—dice justificandolo.

—Soy joven madre, necesito atención— dice respirando hondo.

—Pero no seas tonta hija mía, haz que te saque de la casa, que gaste su fortuna contigo, viajes, vestidos, joyas, él no reparará para complacerte y redimir su falta.

—¿Tú crees madre? Aunque ya gasto sin reparos, pero él debe acompañarme, llevarme a los mejores lugares, es un hombre influyente y conoce el mundo como pocos—dice ilusionada.

Días después Mary enfrenta a su esposo siguiendo el consejo de su madre.

—sabes que soy joven, necesito que te portes como un marido complaciente, en las noches me siento sola Herald.

—No siempre conseguimos lo que queremos querida, yo quería una señorita sin conocimiento y sin experiencia, y ya ves, no fué así.

Mary se finge ofendida pero no encuentra ninguna defensa, siempre fué una joven liberal, su madre era muy permisiva, siempre le recalcaba lo de las apariencias, pero no le preocupaban valores, su padre con sus constantes viajes no sabía que sucedía en casa en su ausencia.

—Pero no te angusties, no me importa que no hayas sido inexperta nuestra primera noche, en fin, ¿Quien soy yo para acusarte de algo? Yo también tengo mis cuentos...pero dime, ¿ Cómo puedo compensar mi falta de deseo frecuente?—Mary ve enseguida la oportunidad de conseguir lo que su madre le ha sugerido, Herald quiere complacerla en todo así que no hay sitio de moda que no visiten ni casas de alta costura que no reciba pedidos de la ostentosa esposa, Mary por fin se siente feliz, tanto que casi olvida las deficiencias de su marido.

A mi amada Mary.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora