_ quiero disculparme por la forma en que la traté señorita Athens_ ella suspira y sonríe nerviosa. Él la mira ansioso. Entonces le dedica una sonrisa compasiva.
—No debí comportarme como un patán señorita Susan. Creo que usted no merecía un trato así de mi parte.
—¿ Que dice? Me lo merecía. Actué mal. Nada justifica que lo haya engañado de esa forma.
—Pero fué por una buena causa.
—De todas maneras, el engaño nunca es algo justificable, me he sentido muy mal todos estos meses por lo que le hice— Adam agarra aire. Entonces sonríe amable.
—Viéndola fijamente a los ojos percibo que usted no tiene ninguna maldad, realmente tendría que darle las gracias por lo que hizo.
—¿Por lo que hice?
—Salvar mi vida—dice y suspira. —Si, porque mi vida hubiera sido terrible si la hubiera creído muerta en la batalla, no hubiera podido soportar semejante noticia, cada mañana mi primer pensamiento era ella, eso me daba fuerza, creerla muerta hubiera Sido lo peor— vuelve a suspirar.
— Yoo..— Susan trata de articular. él la mira.
—No por favor señorita Athens, déjeme seguir. Hace unos meses atrás cuando recibí la noticia de que ella había muerto... Sentí odio. Odio por ella, por atreverse a morir y matar mis ilusiones y odio por usted, por no decírmelo antes, pero ... También sentí odio por mi, por haberme ido a la guerra y haberla dejado sola, me torturaba pensando que ella había sufrido , muriendo sola, sin mi apoyándola — dice y agarra aire.
—Lamento mucho que usted se haya sentido así— dice Susan trás un suspiro. Sus mejillas están más coloradas que de costumbre. Tal vez sea el frío. O tal vez el calor de tener a Adam a su lado. Tan cerca. Siendo amable con ella y dándole explicaciones que no tiene por qué dar. En ese momento se siente en paz, una sensación sublime que se instala en su pecho la hace sentirse feliz. En ese momento no piensa en Harry y su tortuoso matrimonio.
—No se preocupe, eso es pasado. Comprobé que la única mala mujer en esta historia fue ella. Fui a keiglhey— dice y la mira serio. Ella palidece.
—¿fué? ¿ Por qué?— pregunta tímida.
—A saber la verdad. Quería que ella me dijera en mi cara que se había convertido en la peor mujer del planeta, que me mintió sin importarle nada de lo que vivimos, quería ver por mi mismo que Mary estaba del brazo de otro hombre.
—¿Y la supo? ¿ Supo la verdad?— él asiente.
—Mary está tan viva como usted y yo... Tal como lo dijo su hermana, ahora es una mujer rica. Mucho más de hecho, y yo ahora agradezco no haberme casado con ella—Susan hace un gesto de pena.
—Bien, quería decirle esto, y lo hice. Quería decirle que estoy muy agradecido con usted. Y que no guardo ningún tipo de resentimiento hacía usted señorita, al contrario, le estoy muy agradecido, la guerra fue dura pero sus cartas lo hacían más llevadero—oirlo le conmueve mucho. Entonces aspira con fuerza para no dejar salir una lágrima y mostrarse fuerte ante él.
—Me alegra por usted que ahora esté tranquilo, espero sea feliz algún día señor Adam, que pueda un día olvidarse de toda la tragedia que le tocó vivir— él sonríe.
—Hace unas semanas leí de nuevo cada una de sus cartas... Se expresa con tanta pasión en ellas.... Fui un tonto de no darme cuenta, Mary era más atenta, se preocupaba por mi. Pero no era Mary. Claro que no. Señorita en sus cartas decía amarme con todo su ser— Susan sonroja y desvía la mirada. Su boca comienza a temblar. Él sonríe ante la reacción de Susan.
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A mi amada Mary.
Romancela señorita Susán Amelia Athens ha decidido separarse de su hermana Karen con quien vivía desde la muerte de su padre, de quien heredó una cuantiosa herencia, decidida a escapar de las mirillas y comidillas de todos, pues a sus escasos 28 años s...