CAPÍTULO 05

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-SUGA-

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-SUGA-

Nunca había estado tan molesto en toda mi maldita vida. Y en los pasados veintisiete años he estado más vivo que las pocas personas que habían sentido la ira de Min Yoongi.

Pocos habían vivido para contarlo.

¿Qué edad tenía este chico de todas maneras? ¿Diecisiete?

¿Dieciocho?

No lo conocía hace mucho como para odiarlo, sin embargo tenía la arrolladora urgencia de envolver las manos alrededor de su garganta y estrangularlo. Mejor aún, quería desenredar uno de los cinturones de mi antebrazo y apretarlo alrededor de su cuello. Quería que sintiera cada pizca de mi furia mientras yo exprimía la vida de su huesudo cuerpo. Quería descargar toda mi furia sobre el, pero no era sólo con el con quien estaba molesto. También estaba furioso conmigo.

Siempre he sido realmente meticuloso acerca de la seguridad, pero descuidadamente había lanzado dentro de una gaveta el montón de dinero que J-Hope me había dado ese día.

Una maldita gaveta.

El viejo yo de hace tres años lo habría colocado en la caja fuerte de mi ático y habría cambiado la combinación por lo menos tres veces.

¿Cómo había pasado de ser excesivamente cuidadoso a peligrosamente descuidado?

Debía haber tenido seguridad en las puertas. Tenía enemigos cuando entré a la cárcel, y salí con unos pocos más. En su lugar, olvidé todos mis viejos protocolos y dejé a un chico del que no sabía ni una mierda, solo en mi jodido cuarto, cuando debí echarlo a patadas al segundo en que decidí que no lo iba a follar.

Lo que tampoco era usual en mí.

¿No lo follé porque me tenía miedo? ¿Porque lucía inocente e ingenuo? Esto no quiere decir que el no me puso la polla dura, porque sí lo hizo. Casi me vengo en los pantalones cuando le temblaron las manos mientras me desabrochaba el cinturón. Me dije que no podía continuar con ello porque lo que necesitaba era una persona que pudiera trabajarme como una profesional y así podría liberarme de la agresión reprimida que me estaba volviendo estúpido.

Pero esa era una mentira.

Algo dentro de mí, algo que casi podría confundir con una conciencia, me dijo que no tomara ventaja de la situación. No, me dijo que no tomara ventaja de él. Que me alejase mientras sus mejillas todavía estaban sonrojadas por miedo, vergüenza, ira, y si lo estaba leyendo correctamente, un poco de deseo, fue una tortura para mi tensa polla. Tomó un montón de control no dar marcha atrás y tomarlo contra esa pared.

Pero eso fue antes. Cualquier sentimiento de hacer lo correcto por el voló fuera por la ventana con su amiga y mi dinero. Los seis grandes que la pelirroja se las arregló para robar no eran suficientes como para arañar la superficie de la cantidad que necesitaría para el soborno, pero la cantidad no importaba. Dos putos centavos habrían sido demasiado.

01. JONH DOE ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora