CAPÍTULO 26

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Quince Años de Edad

-¡Joder no! No voy a ser la zorra de nadie, -le farfulló JHope a R.M. Él tomó otro trago largo de la botella de tequila barato que estábamos pasando. Nos sentamos en unas cajas de leche volcadas en el suelo del salón en el apartamento de mierda al que JHope y yo acabábamos de mudarnos. Las cajas eran los únicos muebles que teníamos.

-Eso es genial como la mierda, pero no a vas a verme decirle al mundo que soy un criminal. Mantengo mi mierda guardada.

El lugar era un completo agujero de mierda. Dos dormitorios, un baño, y una cocina que consistía en un hornillo y un fregadero que estaba sobre dos armarios en la esquina del salón cuadrado. Una tira negra y blanca de linóleo marcando la zona de la "cocina."

Estaba sucio. Había un montón de hormigas creciendo debajo de un rodapié, moscas atascadas en las trampas, colgando del techo. Un ventilador con dos aspas rotas que no encendía colgaba inútilmente en el techo del salón.

La única ventana en toda la casa estaba cerrada a cal y a canto, asique no podía abrirse.

Era sin duda el mejor sitio.

-Que va tío, está todo bien. La poli no nos jode porque nos tienen miedo. Aparte, el MC está de fiesta todo el puto tiempo. Coños y farlopa en todas partes, tan lejos como pueda ver el ojo, tío. -R.M se desvió a un lado para no caer de la caja de leche, enderezando una pierna y anclando el talón de la bota al suelo-. Solo tetas, tío. Tienes que unirte. Plantéatelo, como yo. Una vez que entre, daré la cara por vosotros tíos. Luego, después de un año, va a ser jodidamente fácil navegar en el barco de tetas y culos. Además, te encantará la casa club. Tiene una mesa de billar y un puto bar.

R.M nos habló por primera vez que estaba cambiando la perspectiva de los MC de su padre, los Beach Bastards, cuando empezó a comprarnos hierba en octavo grado. Sabía qué futuro le esperaba desde que nació. Desde que pasaba más tiempo con cualquiera de los MC o con nosotros, había estado tratando que nosotros cambiáramos con él ya que decidió que íbamos a ser amigos.

-Para nosotros no, tío. Somos como nuestro propio MC de dos. Somos el no MC, MC -dije. Me terminé el tequila y estaba a medio metro de la pipa de cristal purpura que puse en el medio del salón y si sobre una caja de leche, otra hacía de mesa de café.

-¿Tienes que matar a gente y esa mierda? -preguntó JHope en voz baja, como si alguien estuviera escuchando y que no nos oyera.

Alargó la mano para cogerle la botella a R.M, estirando su brazo demasiado largo para su cuerpo.

Con quince años era más alto y tenía más complexión que muchos adultos, haciéndome parecer más mayor de lo que realmente era. JHope estaba dando palmitas en la mitad de una fase incomoda que hacia parecer a sus brazos y piernas como un Gumby espatarrado y su cara como si tuviera un caso crónico de Varicela.

-Solo matamos a los malos, -contestó R.M como si estuviera recitando algo que escuchó un millón de veces, sin duda-. Ni mujeres o niños. Solo personas que saben a qué juegan y entienden las consecuencias o gente que jode a MC y nosotros les sacamos rentabilidad. -R.M miró hacia Pretty su pelo desordenado, blanco y apartó la mirada-. ¿Por qué? ¿Quieres matar a alguien? -Sonó como si lo dijera su padre, el presidente de Los Beach Bastards. El padre de R.M era un asesino psicópata, que traficaba con drogas y mujeres, pero aun así R.M se las arregló para tener una educación más estable que nosotros dos.

-¡Que va, tío! -dijo JHope, agitando la mano con desdén como si la pregunta fuera ridícula, pero sabía que estaba mintiendo. Lo vi en sus ojos-. Solo es curiosidad.

Yo imaginé en quien pensó que "necesitaba morir."

R.M miró alrededor acercándose, llamándonos para que nos acercáramos junto a él.

01. JONH DOE ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora