CAPÍTULO 06

596 119 15
                                    

—DOE—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

DOE

Desperté mareado y confundido. Mi cráneo se sentía como si fuese a romperse por la presión de mi dolorida cabeza. El colchón debajo de mí era suave, las sábanas frescas contra mi piel. Una alternativa mucho mejor a los bancos del parque o el pavimento donde usualmente hacía mi cama.

Extendí las piernas una a una, luego levanté los brazos para hacer lo mismo. Excepto que mi brazo izquierdo no quería cooperar, estaba atascado. Mis ojos se abrieron de golpe cuando escuché un traqueteo. Mi muñeca estaba unida a la cabecera.

Por esposas.

Mierda.

Me senté rápidamente y miré alrededor con pánico. Un agudo dolor asaltó un lado de mi cabeza cuando mi hombro rozó mi oreja. Palpando, me di cuenta que mi oreja izquierda había sido cubierta con algún tipo de vendaje. Entonces, recordé los acontecimientos de la noche anterior.

Me habían disparado.

Liss me había disparado.

Estaba en la misma habitación que la noche anterior, pero a la luz de la mañana los detalles que la noche había escondido, ahora estaban en pantalla completa. Al pie de la cama una cómoda de madera que estaba astillada en las esquinas, se situaba debajo de un enorme televisor pantalla plana. Un armario de doble puerta ocupaba toda la pared del lado derecho. La habitación era sólo lo suficientemente grande para que cupiese una mesita de noche junto a la cama. Ésta no era enorme, pero era cómoda con un edredón de felpa color azul marino y una simple cabecera forjada en hierro, a la cual estaba esposado.

¿Dónde está mi ropa?

Estaba completamente desnudo de cintura para arriba, pero afortunadamente, permanecieron mis bóxer.

Tenía que largarme de aquí.

Mi estómago se retorció. Dejé salir un gemido de agonía y apreté mis manos sobre mi barriga. La puerta se abrió y el hombre de la noche anterior apareció.

Me llaman Suga.

Entró en la habitación como si estuviera saliendo de las puertas del infierno y entrando a la tierra donde la sola presencia de nosotros los simples mortales, lo molestara. Sostuvo mi mirada con una inmutable que me sacudió hasta la médula.

—Nombre —exigió, cerrando la puerta detrás de él, deteniéndose al pie de la cama. Cruzó sus musculosos brazos sobre su pecho. En el lado derecho de su cuello una vena latía debajo de la tinta de sus tatuajes.

Sus ojos cayeron hacia mi miembro y coloque mi mano ahí para cubrirme.

—¿Qué te importa? —bromeé. Suga usaba la misma ropa oscura que anoche, los mismos cinturones alrededor de sus antebrazos. La única diferencia era la adición de un gorro gris oscuro. En la luz del día noté que los tatuajes que había alcanzado a ver eran muy intrincados. Si quitabas el miedo de la ecuación, Suga era muy increíblemente apuesto.

01. JONH DOE ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora