Antes de abrir los ojos ya puedo decir que mi madre está a mi lado por su olor a lavanda tan común en ella. Y también porque está gritándole a mi hermana.
No sé cuanto tiempo he estado durmiendo, pero ha sido mucho, porque me cuesta abrir los párpados.
-¿Sel?- llamo a mi hermana, y aunque mi voz suena diminuta puede oírme.
-Mamá.- sacude a nuestra progenitora y me señala. -Mamá, está despierta.-
Mi madre enseguida llama a una de las enfermeras, y vienen enseguida a tomarme las constantes mientras me bombardean con preguntas sobre el accidente. Les contesto que no me acuerdo de casi nada con una voz tan débil que no parece la mía, y deciden dejarme a solas con mi familia.
-Ya era hora de que te despertaras, en un mes empiezan las clases.- mi madre como siempre, metiendo prisa.
-Mamá, por Dios. Tu hija acaba de despertar de un mes en coma, y tú ya quieres mandarla a la Universidad de nuevo.- por raro que parezca, Selena me defiende.
-¿Qué quieres que haga? ¿Lamentarme? Está viva y coleando, eso es lo que importa. Además, lo que está estudiando es de tontos, en un mes debería estar lista para volver a hacer dibujitos.-
-¿Es usted la madre de la paciente?- un médico entra y se lleva a nuestra figura materna de la habitación.
-¿Cómo estás, Na?- me pregunta Selena cuando nos quedamos solas.
-Hecha sodio.- las dos nos reímos.
-Tú, y tu humor de mierda. Me alegra ver que eso no ha cambiado.-
-¿Por qué iba a cambiar mi mejor cualidad?-
-¿Por qué estabas con Gorka y Noemí?- mi hermana me conoce demasiado bien, sabe que estoy evitando la pregunta.
-Vaya cambio de tema.- intento evitar otro interrogatorio, sobre todo si sé que en este voy a salir llorando.
-Contesta.- no duda.
-Claudia me buscó a alguien que fuera al pueblo.-
-¿Te dijo quién conducía?-
-Se le pasó ese detalle por alto.- ahora soy yo quien ataca con una pregunta. -¿Dónde están Noemí y Gorka?-
-Noemí fue la que menos daños sufrió, y ya está en el extranjero de vuelta, antes de irse pasó por aquí. Pero Gorka... -
Selene sabe que me dolerá cualquier mención de Gorka, pero que después del accidente ni se haya acercado a verme es rastrero incluso para él.
-Comprendo.- no sé que más decir.
Mi madre vuelve a entrar en la habitación, algo más calmada.
-El médico dice que no puedes irte hasta que puedas andar otra vez con normalidad. Pero tu mano izquierda, puede que tarde algo más.-
Intento mover alguna de mis articulaciones. No puede ser verdad. Pero mi cuerpo es pesado y se escapa a mi control, permaneciendo inamovible. Mi respiración se agita, no me gusta este sentimiento.
-Tranquila, Na.- mi hermana me coge la mano, y puedo notar la calidez en su tacto, que me tranquiliza. -Virgen, estás helada. Mamá, trae una manta.-
Sorprendentemente, ella obedece dócil, y me arropa.
Alguien llama a la puerta de nuevo.
-Félix, ¿qué haces aquí? Pensaba que ya te habías ido a la ciudad.- delante de nosotras tres se yergue con su metro casi noventa Félix.
-Me acababa de marchar cuando me llamaste, así que dí media vuelta.- se acerca más a la cama. -¿Cómo estás, estúpida?- me sonríe.
-¿Sabe tu madre que le hablas con esa boca a tu amiga de toda la vida?- interrumpe mi madre.
-¿Sabes con que boca me habla ella, María Jesús?- mi instinto es pegarle a Félix, pero mi brazo no responde todavía.
-Seguro que le has hecho algo para que te diga algo.- mi madre me defiende, en parte porque quiere darle una buena impresión a mi amigo y vecino, porque desde que nací ha intentado juntarnos.
-¿Podemos dar una vuelta?- le pido a Félix.
-Claro, hija mía. Espera que cojo la silla. Además, el médico dice que eso es bueno para tus pulmones. Y si ya dejaras de fumar... - mi madre abre una de esas sillas de ruedas plegables.
-Creo que se refiere a nosotros dos, María Jesús.- coge la silla y con cuidado me transporta de la cama a ella. -Nos vemos en un rato.- y me saca de la habitación.
-Gracias, no sabes que calentamiento de cabeza tengo desde que me desperté.- le digo una vez creo que mis familiares no me oyen.
-De nada. Me podía imaginar que sería algo así, lleva todo el verano tranquila, no le ha gritado a nadie.- subimos al ascensor.
-¿En serio? -la idea de no oír a mi madre dando voces no entra en mi mente. -¿Y tú que tal? ¿Has estado muy silencioso este verano?- las puertas se abren a la terraza.
-Supongo que sí.- Félix me deja cerca del filo y saca un cigarrillo y un mechero. Él no fuma, pero siempre lleva un paquete de mi marca favorita encima.
Me lo coloca con cuidado entre los labios y lo enciende. Le doy una calada, y es lo más cerca que he estado de sentirme viva en mucho tiempo.
-¿Como estudiante de medicina no deberías decirme que no fume en lugar de llevar siempre un paquete para mí?- me quita el cigarrillo de la boca para poder hablar y se dobla sobre sus rodillas para poder mirarme a los ojos.
-¿Por qué iba a decir que dejes el tabaco si sé de sobra que me vas a mandar a la mierda y fumarte un paquete entero en cuanto puedas mover la mano?- me vuelve a poner el cigarro en la boca.
Le echo el humo en la cara.
-Esto por lo de antes.- se pone a toser como un loco. -Ya sabes que a mi madre solo le gusta que te llame "amorcito".-
-¿Y por qué no empiezas a llamarme así en vez de rata de dos patas?-
-Dame otra calada y me lo pienso.- me obedece, y acabo el cigarrillo. -Creo que no. Venga, llévame de vuelta. Hace frío.-
-Claro.- gira la silla y entramos en el ascensor. -Oye, Helena. ¿Estás bien?-
-Estoy respirando.- contesto cuando las puertas se cierran.
-Eso me parecía a mí.- Félix me da una palmada en la espalda. No hablamos más hasta que me deja en la habitación con mi madre, y me promete volver al día siguiente.
-Ya hueles a tabaco.- me dá con la mano en el brazo, pero no lo siento. -Y encima después de estar un mes en coma prefieres irte con tu amigo que estar con tu madre.- me golpea otra vez, y ahora sí lo noto. -Te parecerá bonito. Tienes suerte de que tu hermana se haya a hacer la cena.-
Definitivamente, tengo mucha suerte.
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Adult(o)erio
Teen FictionDicen que ojos que no ven, corazón que no siente. ¿Pero qué pasa cuando el corazón siente cuando los ojos no ven? Helena es una estudiante de Bellas Artes que después de un accidente de tráfico se ve envuelta con Gorka, un chico que la humilló des...