Mi hermana, Gabriel, Gorka y yo nos hemos adueñado de la pista de baile. Gritamos, cantamos, saltamos como salvajes bajo los ojos desaprobatorios de mi madre.
-Selena, voy a echar un cigarro. Vuelvo enseguida.- le aviso a mi hermana.
-¿Quieres que vaya contigo?- me pregunta.
-Tranquila, Selena. Yo voy con ella.- detrás de mí, Noera me ofrece una sonrisa.
-Bueno, pues ahora vuelvo.-
Noera y yo salimos de donde se está celebrando el banquete y nos vamos a un sitio algo alejado.
Encendemos los cigarros.
-Así que es verdad que "el que sigue lo consigue".- dice mientras emana humo.
-¿A que te refieres?-
-A Gorka, obviamente.-
-No estamos juntos.- sé por dónde va a ir la charla y no me gusta.
-Eso no es lo que dice todo el mundo.- da otra calada. -Sabes que soy la mejor amiga de Noemí, ¿verdad?-
Es una pregunta retórica, todo el mundo sabe eso.
-He visto como Gorka y Noemí se enamoraban y una mocosa como tú se interponía.-
-Pero el día de la fiesta de los equipos de deporte... -
-¿Y eso que más da?- tira el cigarrillo. -Gorka después la eligió a ella, una y otra vez. Noemí llevó a su hijo en el vientre. ¿Eso no era suficiente aviso de que Gorka quería estar con Noemí?-
Se me encoge el cuerpo. ¿Noemí esperaba un bebé?
-Yo... No sabía nada.- soy totalmente sincera.
-Claro que no sabías nada. ¿Por qué Gorka te iba a decir que obligó a Noemí a abortar?-
-Tengo que irme.- me voy en dirección al bosque.
Mi mente está hecha un lío, y mi corazón lo único que repite una vez tras otra, tras otra es lo mismo.
Culpable.
Culpable.
Culpable.
No sé cómo, pero llego al árbol. A su pie hay velas y flores marchitas. Me apoyo contra él. Saco el bolso, y de él todo lo que había traído de contrabando para Serena y para mí. Hay polvo, pastillas, cigarros.
A mi alrededor, la noche es tranquila excepto por el sonido de la ramas moviéndose.
Está aquí, lo sé.
Sabe lo que he hecho.
Tengo que escapar.
Ingiero todo, y me tumbo en el suelo, que está blando.
Está tan blando como el colchón de Gorka. La luz de la luna entra por el balcón, y noto sus caricias en mi piel fría. Su respiración en mi cuello.
-Gorka, estás borracho.- le digo.
-¿Y qué más da?- susurra y me deja un húmedo beso en la clavícula. -¿Acaso quieres que pare?-
-Quiero que no te arrepientas.-
-Nunca me voy a arrepentir de esto, Helena.-
Cierro los ojos, y mi cuerpo se arquea ante el placer que me da Gorka.
-Eres como tu madre.-
Vuelvo a abrir los ojos. Reconozco la voz demasiado bien, y noto mis pulmones diminutos.
Vuelvo a ser pequeña, me levanto y es de día.
Vicente a mi lado, me sujeta la mano.
-¿A qué hemos venido al bosque, Papá?- le pregunto.
-Porque hoy sale mi nave, cariño.- en la otra mano, lleva una cuerda.
-¿Eres un alien, papá?- estoy que no quepo en mi asombro.
-Sí que lo soy. Y tengo que volver a mi planeta.-
-¿Y cuando vas a volver? ¿Puedo irme contigo?-
-No voy a volver, Helena. Y no puedes venir conmigo. Verás, mamá me dijo ayer, que tu no eres del mismo planeta que Selena y yo.-
-¿Y de dónde soy?-
-Del planeta del tío Guillermo.-
-¿Entonces Selena y yo no somos hermanas?-
-Claro que lo sois.- me sonríe.
-Aunque no lo fuera, Selena seguiría siendo mi amiga más amiga. ¿Pero mamá de que planeta es?-
-Mamá, es una astronauta. Y tengo que ir a mi planeta porque su nave ha hecho explosión y ha destrozado todo.-
-¿Y que pasará con Selena si no puede volver?-
-Selena es muy pequeña, todavía no puede venir.-
-Pero yo me quiero ir contigo.-
-No puedes. Verás, yo... -mi padre tiene estrellas brillando en sus ojos. -Verás, tengo dos opciones, puedo ir yo a mi planeta o puedo mandarte a tí. Pero si te mando a tí primero, los de mi planeta no me dejarán entrar porque no podemos enviar niñas pequeñas.-
Nos detenemos.
-Este árbol es lo suficientemente bonito como para mandar la señal a mi planeta.- me sonríe.
-¿Cómo vas a enviar la señal?-
-Tengo que flotar, y ellos vendrán a por mí.- pasa la cuerda por una de las ramas y la ata al tronco. -Helena, antes de irme. Quiero que sepas, que cuando seas mayor, cojeras tu propia nave, y conocerás otros planetas. Prométeme que nunca los destrozarás.-
-Papá, no te entiendo.-
-Helena, no quiero que seas como mamá. Si quieres conocer planetas, asegúrate de que no haya otra nave en ellos, y si tú aterrizas en uno nunca le hagas daño.-
-Papá.-
-Helena, aunque no somos del mismo planeta, quiero que siempre me recuerdes como tu padre.-
-Pero eres mi papá.-
El solo niega con la cabeza y sube por el tronco. Se coloca la cuerda alrededor del cuello.
-Deséame buen viaje, Helena.- de los ojos le caen estrellas fugaces.
-Buen viaje, papá.-
Y salta. Su cuerpo se retuerce, y no hago nada por ayudarlo. Porque se va a su planeta, a su casa. A un lugar al que yo no pertenezco.
Me quedo de pie, mirándolo. Hasta que para de moverse. Desato la cuerda y su cuerpo humano cae. Me siento a su lado y me coloco su brazo alrededor del cuerpo, y lo abrazo muy fuerte.
Buen viaje, papá.
ESTÁS LEYENDO
Adult(o)erio
Teen FictionDicen que ojos que no ven, corazón que no siente. ¿Pero qué pasa cuando el corazón siente cuando los ojos no ven? Helena es una estudiante de Bellas Artes que después de un accidente de tráfico se ve envuelta con Gorka, un chico que la humilló des...