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Se sintió avergonzada por haber alimentado unos pensamientos tan venenosos. Sin embargo, aparte del alivio que le produjo verla, docenas de preguntas afloraron en su mente. ¿Quién era esa niña? Y ¿por qué Jackson nunca la había mencionado.

-Hola, Sophia -dijo suavemente-. ¿Puedo entrar?

La niña dudó un momento y luego asintió. Cuando Elsa se dirigía hacia ella, sintió que algo le oprimía el pecho al observar el brillo de unas lágrimas contenidas en los ojos de la pequeña.

Elsa se detuvo a cierta distancia porque no quería turbar a la niña, más de lo que ya estaba.

-Sophie -dijo inclinando la cabeza a un lado-¿te parece bien que te llame Sophie?

La niña pareció dudar un instante y luego asintió.

-Le... le pedí a Mrs. Addison que escribiera por mí. Ella lo hace mucho mejor que yo.

-Y he venido yo en lugar del conde -dijo Elsa con un gesto de asentimiento-. Sophie, siento haberte decepcionado.

-Está bien. Creí, yo pensé que eras papá.

Papá. La cabeza de Elsa empezó a dar vueltas. ¿Sophie era hija de Jackson? Esto era nuevo. Nunca había estado casado, ¿o sí lo había estado? ¿Era una hija ilegítima? Sin embargo, en ese momento no era importante, porque Sophie parecía tan apenada, que Elsa de pronto sintió el impulso de estrecharla contra su pecho y transformar aquellas lágrimas en risas.

-Bueno, Sophie, tu padre vendrá en cuanto pueda. Ha tenido que ir a Cornwall, porque una tormenta ha dañado sus posesiones. Estoy segura de que tan pronto como pueda, volverá a Lyndemere.

-¿Crees que será pronto?

Parecía tan esperanzada que Pan estuvo a punto de reír. Sin embargo, sabía que si lo hacía podía ser malinterpretada.

-Muy pronto, no lo dudes. Me parece que todavía no sabes quién soy Por primera vez, el brillo de una sonrisa apareció en los rosados labios de la niña.

-A decir verdad, milady, no lo sé.

-Es lo que imaginaba. -Elsa contuvo el aliento y se acercó más a la niña. Se arrodilló para que sus ojos estuvieran al mismo nivel-. Sophie, tu padre y yo nos casamos en Londres el mes pasado. Soy Elsa, su esposa. -Se lo dijo con mucha dulzura, con la esperanza de que no estuviera cometiendo una terrible equivocación-. Me da la sensación de que Lyndermere me va a gustar mucho, Sophie. También me gustaría quedarme aquí porque así podremos conocernos las dos.

-¿Por qué? ¿Por qué quieres hacerlo?

-Porque sospecho que vamos a pasar mucho tiempo juntas.

-Lady Fairy no quería estar conmigo. Quería enviarme lejos de aquí. La sonrisa se heló en los labios de Elsa.

-¿Lady Sutherland?

-Sí. Papá iba a casarse con ella... Oh, ¡hace mucho tiempo! Lady Fairy... Así que aquella era la mujer de quien él le había hablado, la mujer con la que quería casarse.

-Oh, seguramente te equivocas, Sophie. -Elsa hizo un esfuerzo para dar un tono alegre a su voz-. Es imposible que lady Fairy quisiera enviarte lejos de aquí.

-Sí quería, milady. Quería hacerlo. Me odiaba. -El semblante de Sophie expresaba rabia. Unas palabras tan duras... dichas por una niña.

Al mirar aquellos rasgos sombríos, Elsa tuvo la fugaz sensación de que Sophie era muy madura para su edad. Pero antes de que pudiera decir nada, Sophie apartó la vista y con voz débil, añadió

-Un día oí a lady Fairy hablar con papá. Me llamó tullida.

-Tullida. Dios del cielo, ¿por qué...

Una Boda De EscándaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora