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Santísima mierda, estoy frente a muchas personas, todos mirándome, las mujeres con deseó, por supuesto, y los hombres, al diablo ni me importa si me ven, camino despreocupado hasta otro mesón, esta vez con dos mujeres, una señora mayor y otra muy joven, debe estar en los 18, esta se sonroja y le regalo mi sonrisa de "soy bonito pero tranquilito", no quiero cerca de mi a una alocada niña hormonal y deseosa de experimentar, por lo que dirijo mi atención completa a la señora, quien me ve de arriba y abajo, sin pudor, tampoco con malicia.

- bienvenido señor Efron, pase al ascensor hasta el tercer piso, lo están esperando - su tono es totalmente profesional y sus ojos tiene sabiduría.

- gracias - le sonrió - señoritas.

Hago una pequeña inclinación de cabeza y camino hasta el ascensor, acomodo mi gafas y bolso, presiono el número 3, me tenso al solo ver murallas de cristal, puedo ver a la gente dentro de sus oficinas, todos parecen ocupados pero tranquilos, veo como la señorita piernas largas se acerca a mí.

- hola, mi nombre es Tamara - me tiende su mano, la cual recibo gustoso - soy la secretaria de los señores jackson's, - asiento con la cabeza - por favor sígame señor Efron.

- ¿a dónde nos dirigimos ? - no puedo evitar preguntar, veo una pequeña sonrisa en los labios de la secretaria.

- a hablar con los jefes - su tono es relajado.

- ¿con todos ellos? - trago fuerte, y es que no me siento preparado para esta mierda el primer día.

- si, todos ellos - me regala una sonrisa que intenta ser relajada pero no funciona.

Luego de caminar por varios pasillos, llegamos a una parte más elegante, las paredes de vidrio están cubiertas por algún papel que las polariza por lo que solo veo sombras del otro lado, támara se detiene en la última puerta del pasillo, donde se lee, sala de juntas, en letras plateadas sobre una placa negra, justo en el.centro de la puerta, toca tres veces y espera la palabra clave.

- pase.

- está aquí el señor Efron.

- adelante.

Por lo que sin dudar respiro hondo y entró por la puerta, donde 4 hombres normales me esperan, digo normales porque son de estatura media, no resaltan en atractivo ni físico, incluso uno de ellos está bastante subido de kilos, uno es viejo, otro tiene un semblante que da miedo y el último tiene una gran sonrisa, por no decir enorme.

- mucho gusto, Jack - dice el hombre viejo - mi nombre es Aurelio Jackson - estrecho su mano con firmeza.

- el gusto es mío señor - digo en tono pausado.

- estos son mis hijos - dice apuntando a los tres hombres normales - Luigi, el abogado de la empresa - este es el que está subido de peso, puedo ver las similitudes entre ellos, nos estrechamos las manos - Alberto, el contador - estrecho su mano y no puedo evitar copiar su enorme sonrisa - y Gino, está a cargo de la seguridad, por cierto es militar - este me tiende la mano y aprieta mas de lo casual, solo sigo su juego sin apartar la mirada lo que provoca me suelte la mano y deje su mirada tétrica por una más calmada - toma asiento.

Hago lo que dice, sentándome en frente de los tres hombres, la mesa es larga por lo que muchos sillones  se encuentran desocupados, miró alrededor, pinturas abstractas, flores plásticas, las odio, no termino de verlo todo cuando un carraspeo me saca de mi pequeña burbuja.

- como te decía esta es una empresa familiar, donde respetamos los valores por lo que las relaciones entre trabajadores están prohibidas, por el hecho de que peleas de pareja producen problemas - se suelta la corbata - y mas si es en el trabajo.

Mundos ParalelosWhere stories live. Discover now