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Nuevamente me encontraba sentado en la habitación blanca, esta vez estaba solo, no existía silla y la puerta se encontraba cerrada por fuera, cada vez todo me pintaba de peor color.

- Buenas tardes señor Robins - el sonriente rostro del general Grey hacía su aparición, su sonrisa me daba escalofrío. 

- Señor - salude firme.

- creo que usted está al tanto del porque lo cite aquí... otra vez - su tono era déspota, Alicia me pagaría esta. 

- creo estar al tanto, señor, con todo respeto...

- déjeme hablar a mi - dijo casi en un susurro, ira salía de sus ojos  - podría explicarme, ¿en qué lugar se encontraba usted a alta horas de la madrugada? 

- salí a dar un paseo, señor - una pequeña gota de sudor hizo su aparición por mi sien derecha.

- un paseo... podría explicarme, ¿cuál es este lugar? 

Fotografías aparecieron en las pantallas, fotografías... de mi, saliendo del ascensor del primer piso, caminando hacia el taxi, bajandome en el club, peleando con los tipos asiáticos y subiendome a la camioneta, eran tantas fotografías que no podría negar que la persona que aparecía era yo, negarlo sería absurdo. Respire profundamente y bote el aire pausadamente, estaba a punto de comenzar a decir la verdad cuando nuevamente se me pidió callar.

- Señor Robins, se que usted se considera una superestrella por haber pasado tan poco tiempo dentro de la institución y haber sido enviado a una misión tan importante para la humanidad - se dio una pausa para secar su rostro con un pañuelo - pero eso no quiere decir que usted vino a este planeta por diversión, ¡es inconcebible! - golpeó la mesa que se encontraba frente a él con el puño cerrado- que salga de parranda y como si fuera poco darse golpes con una banda de maleantes del mundo bajo - volvió a utilizar el pañuelo - este es su segunda falta, tiene estrictamente prohibido salir después de las once de la noche - estaba a punto de quejarme cuando otro golpe en la mesa me silencio - no intente decir algo en contra de lo que le estoy ordenando, como dije, no habrá salidas nocturnas, hasta que tenga el dispositivo nuevamente, no volverá a tener percances con ningún otro grupo de inferiores - a esta altura de la "conversación" el general estaba perdiendo los estribos - la orden principal es que pases desapercibido y justamente decidiste darle una paliza al hijo del alcalde de uno de las veintitrés barrios de Tokio, es increíble, ¡justamente tienes que tener un altercado con ese idiota!

Cerré los ojos procesando toda esta nueva información, la había cagado, intente concentrarme en todo lo que el general decía pero no entendi ninguna palabra, rasgue mi cabeza con frustración e intente buscar un punto de concentración para no salir pateando todo a mi alrededor. Me sentía enojado conmigo mismo, con el destino por justamente cruzarme con aquel idiota pero dentro sabía muy bien que más me enojaba el hecho de fallar en esta misión, me había propuesto el saberlo todo e intentar salvar este mundo, cometiendo este tipo de fallas no podría cumplir con mi objetivo, si este mundo era destruido, Alejandra también lo sería e imaginar mi vida sin ella me hacía sentir pequeño, tan pequeño... ella era mi debilidad, si a ella algo le pasaba ya nada me importaría. 

- espero que todo haya quedado lo suficientemente claro 

- Señor, si, señor - algo cruzó por mi cabeza - señor, respecto a las fotos en las que aparezco con su hija...

- no me importa - dijo completamente indiferente - los asuntos personales de cada recluta, no son mi problema. 

Segundos después la habitación estaba a oscuras, la imagen del general ya no estaba en la pantalla. Me senté en el suelo y posicione los codos sobre las rodillas y mi cabeza entre las manos, no podía permitirme otro error tan grande, si ese tal Ichi intentaba averiguar algo de mi, podría descubrir cualquier tipo de cosa, al ser hijo del alcalde del Shinjuku, uno de los barrios más importantes dentro de Tokio, estoy seguro que tenía todas las posibilidades de descubrir la verdad y ese sería el fin de esta misión, la tierra sería destruida y junto con ella... Me levanté de golpe, no quería pensar en ello, eso no sucedería, yo no lo permitiría.

Mundos ParalelosWhere stories live. Discover now