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Me acerque a ella, lentamente y midiendo su reacción y la mía, al estar a un paso de su cuerpo, empuñaba una y otra vez las manos intentando Serenarme para lo que fuese hacer. Eleve mi mano derecha y con mis dedos retire un mechón de su cabello que cubría parte de su hermoso rostro, la miré sin vergüenza, desde su cabello hasta sus piernas, trague fuerte, continúe mirándola, pero no fui capaz de dar un paso más o tocarla, Alejandra al entender lo sorprendido que me encontraba tomó mis muñecas y ubico mis palmas en cada uno de sus pechos, cerré los ojos al sentir su piel contra la mía, jamás había tenido tantas sensaciones que arrollaran mis sentidos de esta manera, quería tocarla, necesitaba tocarla pero lo que me detenía era miedo, miedo a lo que estaba sintiendo.

- no tengas miedo - susurró. 

La mire y pude ver la manera en la que estábamos conectados, el enlace apareció dejándola a ella pasmada, la cuerda azul que nos unía brillaba en todo su esplendor, la mire directo a los ojos, supe al instante que sentía lo que yo, que veía lo que yo y que sabía lo que yo, estábamos conectados, al fin estábamos enlazados.
Con un movimiento rápido pero suave acerque su boca a la mía, me permití dejar los sentimientos fluir sin preámbulos, deje el poder de mi cuerpo y acciones al corazón.

Desperté por un constante sonido de cucharas chocando unas con otras, me erguí y rasgué mis ojos. Mire alrededor desorientado, estaba en una cama, sin ropa, lo supe cuando eleve las sábanas para cerciorarme, en una habitación lila, con mucho mobiliario y libros por doquier, las murallas tenían pequeños bocetos pegados en todas direcciones, supe donde estaba al ver a un ángel caminar hasta la cama y subir a ella con una taza de algo humeante en sus manos, enroscó sus piernas alrededor de mis caderas, llevaba el cabello alborotado y una camisa que reconocí como mía, era blanca, por lo que descubrí que bajo ella no llevaba nada más de ropa, me miró por sobre sus largas pestañas y sonrió tímida mientras tomaba un sorbo de su café.

- luces hermosa - susurré sacando su cabello del rostro y posando ambas palmas en sus mejillas - buenos días - la bese lento.

- hola - mordió su labio inferior - ¿quieres? - me ofreció su taza.

- claro - elevo un poco la taza posandola en mis labios - rico - dije al terminar de beber.

Ella depositó un beso en mi boca e intentó levantarse pero la detuve con ambas manos en su diminuta cintura.

- ¿a donde crees que vas?

- ¿a vestirme? - respondió dudosa y una pequeña sonrisa escapaba de sus labios. 

- claro que no, la ropa es para gente fea - estúpidas y baratas excusas - como tu eres la más hermosa de las mujeres no deberías llevar ropa - comencé sacando con cuidado mi camisa de su cuerpo.

- supongo que esa teoría es tangible - dijo mientras sacaba sus brazos de la camisa.

- muy, muy, muy tangible - deje de respirar al ver su cuerpo y como su cabello caía precisamente sobre sus pechos - eres un sueño.

Enredó sus manos en mi cabello y se acercó dispuesta a besarme nuevamente pero el sonido de su celular nos interrumpió, sin soltarme con una de sus manos tomó el aparato que vibraba y sonaba desde su mesa de noche.

- ¿si? - respondió un perfecto japonés, luego de unos segundos me miro a mi con las cejas alzadas - ok - saco el teléfono de su oído y tapando la base de este se dirigió a mí - es una chica, quiere hablar contigo y dijo literalmente que ni de coña dijeras que no estabas conmigo.

Sin entender palabra alguna tome el aparato y lo pose en mi oído, lo primero que escuche fue la voz de Anne, gritando como loca, otra vez, la voz de Michael pidiéndole que se calmará y las carcajadas de Moreno.

- ¿quince? - pregunte algo temeroso.

- escucha atentamente William Robins - oh oh, dijo mi nombre, eso es malo - te quiero en casa exactamente en el próximo minuto - esa es otra razón para saber que algo malo pasaba - ¡o juro que iré por ti y de tus vellos genitales te arrastraré por la calle! - fruncí mis labios en una mueca de dolor, la voz de Michael diciendo "amor, ya basta" nos interrumpió un nanosegundo - date por enterado William, tienes un minuto.

- colgó... - mire a Alejandra que estaba cruzada de brazos frente a la cama, no me entere cuando se levanto de mi regazo - debo irme.

- ¿por qué no me dijiste que tenias novia? - pregunto inmutable - y... ¿Cómo es que tiene mi número?

- no es mi novia, es mi prima - aclare, no podía tener mentiras entre nosotros, su rostro se suavizó - tiene tu número porque... No tengo idea cómo lo consiguió, pero puedo decir que da miedo.

Alejandra soltó un risita y tomó una camiseta y short de mezclilla, anudó su cabello en una trenza y camino hasta lo que parecía el baño, sentado observando como se duchaba me sentía en el paraíso. Me levante y tome mi ropa, me uní junto a mi chica a la ducha, ahorrando agua.

- debes admitir que fue una buena manera de cuidar al planeta - las mejillas de Alejandra se sonrojaron - hey! Estamos cuidando el agua.

- estás loco - dijo intentado sacar sus manos de las mías - debo trabajar.

- y yo debo ir a enfrentar a la loca de mi prima, pero no me iré sin mi beso - extendí mi labio inferior como un niño.

- ya te di por lo menos diez besos - soltó una risita tierna. 

- pero yo quiero uno mas - volví a extender el labio inferior como resultado obtuve mi beso y uno cuantos mas para el camino. 

Abrí la puerta del departamento y al instante vi de qué se trataba todo el alboroto, miles de hojas estaban por todos lados, tome unas cuantas, eran algunas de las fotos que la amiga de Alicia había tomado y una que otra de Anne con unos enormes cuernos saliendo de su frente dibujados con lápiz rojo, las triture en mi mano y las lance lejos de mi vista.

- están por todos lados, amigo - Moreno llevaba su traje y estaba por salir de casa - Quince quiere matarte, ahora es la cornuda más grande - soltó una risotada - nos vemos, bro. 

Salió por la puerta y yo me quedé en mi lugar, demonios, en qué estaba pensando la loca de Alicia, esta vez había superado todos los.tipos de límites que existían para ex novias, si es que estos existían, sin darme cuenta Anne estaba frente a mi, Michael la tomaba por la cintura.

- ¡suéltame! Lo voy a matar - decía intentando zafarse de los brazos de su verdadero novio - no te rías idiota, ahora soy la cornuda...

- más grande - termine la frase por ella - quince, toma asiento debo explicarte.

- no me des excusas, cabrón, ahora soy el chiste de los reclutas - literalmente una fiera.

 Minutos después de convencerla a escucharme, volvió a ser mi prima de siempre, la dulce y casi normal Anne.

- ¡matare a esa pequeña bruja! - dijo arrugando una de las tantas hojas, esta decía con letras rojas:
Conmigo, no se juega.

Me levanté del asiento y me dirigí a la puerta, esto sería cortado de raíz, ayer superó mis límites,pero hoy, hoy había llegado muy lejos, esta vez la que sabía que conmigo no se juega sería ella.

- siete, que bueno que te veo, el general Grey quiere hablar contigo... sobre unas fotografías

Genial.


Mundos ParalelosWhere stories live. Discover now