CAPÍTULO 1

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---- DESMAYO ----

Aitana

Me levanto de la cama como es de costumbre, las noches en esta temporada son más cansadas y todo mi cuerpo duele —pero vale la pena—, mis piernas apenas pueden mantenerse y las rutinas me dejan más cansadas. Los rayos del sol pegan en mi cara, me paro de la cama y me pongo el albornoz de seda azul marino.

Salgo al balcón que tiene vista a la ciudad de Los Ángeles, California. Un lugar sumamente hermoso, lleno de celebridades y con diversión donde quieras que pase—en especial todos los fines de semana—, las personas visten elegantes y por suerte me he acostumbrado al clima.

El recorrido de los autos, el aire frío. Saco un cigarro de mi bolsa Prada y salgo a fumar en el hermoso balcón con la gran vista que ofrece; llevo años en Los Ángeles y puedo decir que cada amanecer resulta ser lo mejor, uno de los mejores donde sin duda me he parado. No puedo desear vivir lejos de este lugar.

Recuerdo a Mila, tengo que llamarle cuanto antes para que no termine llegando de sorpresa a LA y me reclame por mi mal comportamiento como hermana mneor. Su vida resulta tan cansada: entre oficinas, gastos, mantener el control, hablar con la prensa y andar jugando a la mejor novia.

<<Pero que vida más complicada>>

En cambio, lo mío es algo menos complicado pues solo me dejo llevar por la música, aprendo varias coreografías para entretener a los clientes y de paso a mí, y luego me dedico a pasar tiempo girando sobre el escenario­—o en alguna fiesta gastando lo que gané.

—Al carajo las oficinas —doy otra calada a mi cigarro.

Amo mi trabajo, me brinda seguridad pero para muchas personas no se considera un trabajo digno—me vale mierda eso—. He de decir que estoy muy agradecida por terminar en el Bar donde trabajo actualmente como la mejor stripper de todo Los Ángeles; dinero, lujos, viajes, bailes, bebidas y ser la mujer millonaria con más éxito.

El Bar es abierto para entretenimiento, pasar el rato con amigos o con la pareja por el simple hecho que tiene parecido a un restaurante y se ubica en una buena zona. Llevándome a mí a ser la mujer más buscada para eventos de 10 minutos, privados y acompañante de eventos, con hombres millonarios y billonarios llegando a verme bailar—resulta que no todo es malo—, tengo privilegios y hago lo que me gusta.

Bailar me ha gustado desde niña, mis piernas siempre se coordinan con mi cuerpo y mi cerebro busca los mejores movimientos según el ritmo de la canción. No fallo, no caigo, solo cierro los ojos imaginándome en un lugar seguro donde solo soy yo. A mis diecisiete años descubrí mi pasión por el pole dance, lo que a mi madre no le gustó pues ella deseaba que siga sus pasos.

—Muchos conflictos —miro por encima de mi hombro asegurándome que esté sola.

Por suerte no entré a cualquier Bar, sino el más exclusivo, lujoso y caro que me ofrece viajes a diferentes lugares por shows, un lugar como ningún otro donde no me quejo de bailar. La costumbre y práctica me hace mejor, impulso mis sueños y la vida como bailarina exótica.

Salgo de mis pensamientos cuando la encargada de la comida—y todo lo que tiene que ver con la casa—llama a la puerta.

—Señorita Jones el desayuno está listo y en un momento sube la señora del aseo a limpiar su cuarto.

Les presento a mi más querida—y fiel—ayudante y segunda madre, Irma Steel, sus años la hacen la mejor acompañante de la casa, siempre tiene todo en orden, me cuida como una hija y no me juzga por bailar con poca ropa o en los bares, me mima cada que puede y yo le brindo ese cariño de hija.

-GÉMINIS-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora