Capitulo trece: Decepción.

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Estabamos en el instituto y le vi por el pasillo, así que decidí acercarme para hablar con el.

-Hola.-Me toqué el pelo nerviosamente.

-Hola (?) -Parecía confuso, como si no entendiera porque le hablo, como si el fuera un Dios y yo una esclava.

-¿Que te pasa? ¿Que he hecho mal?-No entendía el porque de su confusión.

-¿Es que no lo entiendes? -No se que quería decir con eso y me estaba asustando. -Tu no me gustas, nunca me has gustado y lo de la cabaña solo fue un truco más. Solo quería hechar un polvo y tu estabas dispuesta a complacerme.

-JÁ, que niñata más estupida.-Me quedé sin palabras.

La gente de alrededor nos miraba y cuchicheaban.

Sentía como las lágrimas clientes caían sobre mi frágil rostro rojo.

Me sentía como una mierda, utilizada, como un juguete...

No se como pude confiar en él, es un puto mujeriego, nunca cambian.

¿Como había podido caer en su trampa? Soy imbécil.

Me fui corriendo hacia el baño mientras lloraba.

Lo único que quería hacer era morirme, tenía que haberle hecho caso a Zoey, es un gilipollas y yo lo soy más aún al haber confiado en el.

Salí del baño con los ojos hinchados y me fui a mi casa, no podía quedarme ahí.

No aguantaba ni un segundo sin derramar una lágrima por ese capullo.

No entendía por que lo hizo, porque me utilizó como una muñeca hinchable.

Tengo que ver a Zoey, ella es la única que podría ayudarme con esto, pero estábamos enfadadas.

El Gran Cambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora