Le dí otro golpe al saco de boxeo que tenía frente a mí.
Era una fortuna tener un gimnasio en mi departamento, así podía entrenar en el momento que quisiera.Tomé aire profundamente y le dí tres golpes más.
Las gotas de sudor comenzaban a caer por mi rostro y las limpié con el dorso de mi antebrazo.
Me detuve unos segundos para recuperar el aliento.
Tenía buen estado físico y, producto de mi continuo entrenamiento, mi cuerpo era muy musculoso.Me observé al espejo que estaba a mi derecha. Era alto, bastante, le sacaba una cabeza y media a mi hermanita Cat.
Mi cabello era de color marrón claro y mis ojos verdes, como los de mamá. Pero todos me decían que tenía esa mirada seria e imperturbable de papá.La verdad no me daba cuenta, ni me importaba mucho.
Le dí un par de golpes más al saco y mi celular comenzó a sonar, distrayéndome.
Detuve con mi mano el saco que iba y venía por mis impactos.-¿Hola?- contesté sin mirar quien era, agitado.
-¿Estás ocupado?- preguntó Jeremy. Él era mi primo y mi mejor amigo, el hijo de la tía Sam y el tío Martin.
-No, estaba entrenando-
-Joder qué voluntad- rió - ¿Vamos por unas cervezas hoy?-
Ni siquiera lo dudé.
-Claro que sí. ¿A las diez en el bar de siempre?-
-Perfecto- colgó.
Así de simples eran nuestras conversaciones. Nos conocíamos de toda la vida y sabíamos casi como pensaba el otro.
Iríamos al bar que estaba en las afueras de la ciudad, Magic Nights. Siempre frecuentabamos ahí así que solíamos encontrarnos con muchos amigos dentro.
Miré la hora en mi reloj y ví que todavía tenía tiempo. Entrené un poco más, me dí una ducha y me fui a vestir.
Vivía solo hacía 9 meses, cuando había cumplido los veinte años. Estudiaba en la universidad de derecho y trabajaba con mi papá en su oficina, lo que me daba mucha independencia.
Terminé de abrochar los botones de mi camisa blanca y luego de colocarme perfume, tomé mi billetera y celular, y salí de casa.
Normalmente usaba mi auto pero como sabía que iba a beber alcohol, opté por ir en taxi.
En unos minutos después llegué a la puerta del bar e intenté localizar a Jeremy. Como no lo encontré comencé a llamarlo al celular mientras lo buscaba con la mirada.
Pero mis ojos se encontraron con los de alguien más... y mi mundo cambió para siempre.
ESTÁS LEYENDO
¿Confías en mí? (3° Libro)
RomanceMathew nunca tuvo problemas para tener a su lado a la chica que quería. Quizá era por su aura de chico malo que había heredado de su padre o por la hermosa sonrisa que había recibido de su madre. Pero con lo que él no contaba era que Sara no sería c...