¿Confías en mí? (3° Libro)

19

En ese mismo instante salí corriendo hacia la casa de Sara.

Apenas había salido de bañarme y mi pelo aún estaba húmedo, las gotas resbalaban por mi cuello, pero nada de eso importaba, solamente ir con Sara.

Durante todo el viaje en auto me pregunté una y otra vez si ella me recibiría.

Cuando al fin aparqué en su casa, me acerqué y toqué el timbre pero nadie respondió. De no haber sido porque Jeremy me dijo que ya estaba aquí, hubiera pensado que se había ido.

Volví a tocar el timbre y esperé una vez más pero nadie contestó.
Entonces se me cruzó por la cabeza la idea de que quizás ella no quería abrirle a nadie porque estaba asustada.

Por lo tanto, con la voz muy firme, grité:

-¡Sara soy yo, Mathew!-

Unos instantes pasaron hasta que la cerradura comenzó a hacer ruido y por fin la puerta se abrió dejándome ver a Sara con su rostro asustado, los ojos llorosos, rojos e hinchados.
Estaba muy inofensiva.

-¿Qué haces aquí Matt? - preguntó balbuceando.

-Jeremy y Mag me llamaron y me contaron lo que te sucedió. ¿Estás bien?-

Ella asintió en silencio y continuó mirándome con aquellos hermosos y grandes ojos. No me decía nada pero con su mirada no hacía falta. Tenía miedo y no quería estar sola.

-¿Quieres que me quede un rato?- continué.

Ella volvió a sentir en silencio y se hizo a un lado para que pudiera pasar.

-¿Qué sucedió?- pregunté una vez dentro.

-Bueno... Estaba en la calle, volviendo de hacer las compras y se acercaron dos hombres con cuchillos. Me robaron el bolso donde llevaba la plata y mi teléfono.-

-Joder- mascullé -¿Te golpearon o te lastimaron?- continué

-No, por suerte no. Pero nunca me había pasado algo así, ni acá ni en mi otra ciudad-

-Si, cada vez está peor. Esos infelices- estuve de acuerdo

-Si, me asusté mucho. Y además no conozco a nadie aquí.Supongo que por eso te llamo Magui.-

-Sí, creo que sí. De todos modos me hubiera gustado venir a ver cómo estabas-

Me miró fijamente y suspiró.

- Gracias por venir-

-No es nada. Me alegra saber que estás bien -

Sonrío como respuesta.

-Mat todos estos días tuve mucho tiempo para pensar y...- suspiró -quisiera disculparme porque no te di la oportunidad ni siquiera de explicarme lo que había pasado aquella noche en la fiesta. Puede ser que hayas tenido algo de razón en que de alguna manera siempre estaba esperando que algo sucediera, que me lastimaras. -

La miré a los ojos, un poco dolido.

-Te juro que no pasó nada entre ella y yo. Ni siquiera la conozco ni sé su nombre. Se acercó a mí como aquella noche en la otra fiesta e intentó coquetear conmigo. Pero yo le dije que te estaba esperando, aunque no le importó. - alcé mis cejas - Y justo en el momento en que puso sus manos en mis hombros lo viste  e inmediatamente mal interpretaste la situación. -

- Soy una estúpida- Sara bajó la vista avergonzada -Realmente lo siento, arruiné todo por mis estúpidos miedos- tomó su rostro entre sus manos.

Me acerqué a ella y tome sus manos pequeñas entre las mías.

-No arruinaste nada. Solo me hubiera gustado que confiaras más en mí.-

- Lo sé, perdóname. Me dejé llevar por lo que dice la gente, cuando en realidad tu nunca me lastimaste.-

Coloqué mis manos sobre sus mejillas y alcé su rostro para mirarla a los ojos.

- Te quiero como nunca nadie te ha querido, pero si no confías en mí, no creo que esto pueda funcionar.

Sara me miró y abrió sus labios suavemente para dejar escapar un suspiro tímido de su boca.

La observé en silencio. Ahora todo dependía de eso ella.