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-¿Quieres dejar de beber?- masculló malhumorado Jeremy.

-Cáll... Cállate- respondí y bebí otro trago de whisky.

Estábamos en mi departamento. Mi amigo había venido a verme al día siguiente de la discusión con Sara, y no había tenido mejor idea que traer una botella de whisky que le había sacado a su padre.

Y bueno, no me pueden culpar. Quería olvidar todo por un rato.

-Ésto es un desastre- balbuceó y de pronto su celular comenzó a sonar. -¿Hola?- respondió -Hey Mag-

En cuanto oí el nombre me abalancé desesperado hacia Jeremy, para tomar su celular.

Como lo sorprendí, logré hablarle a su novia unos segundos.

-¿Dónde... Dónde está Sara?- murmuré claramente borracho.

-¿Mat?- respondió confundida. Y antes de que pudiera contestarle, mi amigo me arrebató su celular y volvió a hablar.

-Aquí estoy- habló por el telefóno nuevamente, mientras yo me dejaba caer al sillón suspirando -Si... Ya escuchaste como está. ¿Ella también?- Jeremy me observó y me puse de pie - Si, lo sé. Si Mag, lo sé. Bien. De acuerdo, adiós-

-¿Y?- pregunté desesperado.

-Ella también está triste amigo-

Bajé mi rostro rendido. La extrañaba mucho, pero me dolía demasiado su falta de confianza.

🌼🌼🌼🌼🌼

Habían pasado dos semanas. Dos malditas semanas desde que no hablaba con Sara.

Ni siquiera la había visto, a excepción de aquella tarde cuando fui a buscar a Jeremy al bar donde Magui trabaja.

Sara estaba sentada tomando un café y escribiendo en su notebook.
Me vió, y yo la ví. Y en nuestras miradas se podía ver claramente el deseo, el anhelo... Pero también el enojo y el rencor.

Ella no me perdonaba mi supuesta infidelidad. Y yo no le perdonaba la falta de confianza.
Y así era imposible encontrar una solución, ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder.

Nuestro intercambio de miradas duró unos pocos segundos hasta que ambos desvíamos la vista hacia otro lado.
Ni siquiera nos saludamos.

Y eso fue todo en estos catorce días.
Entraba a sus redes sociales todos los días, incluso más de una vez, para ver sus fotos.
La extrañaba tanto...

Me preguntaba si ya me había olvidado. E incluso si ya había conocido a alguien más... La sangre me hervía de sólo pensarlo.

Le dí un par de golpes al saco. Estaba completamente transpirado y cansado, pero me servía para descargarme.

Luego de entrenar dos horas me di una larga ducha.

Siempre aprovechaba ese momento para pensar, pero como en las últimas semanas había pensado demasiado, ya estaba cansado.
En su lugar, había optado por poner música.

Y en éste momento estaba sonando el tema del verano.
Tarareé la canción con ganas mientras colocaba shampoo en mi cabello.

Sin embargo, la música se detuvo de pronto, y fue reemplazada por el sonido del ringtone de llamada.

Fruncí el ceño y dejé que siguiera sonando. Seguramente eran de la oficina.

Joder que me estaba bañando, eran mis quince minutos de paz. ¡Y era domingo!

La canción volvió a sonar y comencé a enjuagarme el cabello.
Pero para mi mala suerte, otra llamada entró nuevamente.

-¿Quién cojones...?-

Me asomé de malhumor para ver la pantalla del celular.
El nombre de Jeremy brillaba sobre ella.

Me sorprendió, ya que él y su novia se habían ido a pasar el fin de semana a la playa.
¿Qué podría querer?
Intrigado, contesté.

-Hola amigo- grité un poco, la ducha no me dejaba escuchar con claridad.

-¡Mat!- contestó aliviado -Al fin. Necesito pedirte un favor. Sé que me vas a odiar porque es domingo y ésto no te va a gustar pero...-

-Habla ya- lo apuré. Jeremy siempre daba vueltas cuando se ponía nervioso, y eso me ponía nervioso a mí.

-Le robaron a Sara- mi cuerpo se tensó.

-¿Le hicieron algo?- pregunté mientras apagaba la ducha para escuchar mejor.

-No, pero está muy asustada. La llamó a Mag pero estamos lejos, y no conoce a nadie...-

-Voy para su casa- concluí con firmeza mientras tomaba una toalla.

-Gracias en serio- la voz femenina de Magui se escuchó de fondo -Dice Mag que gracias también-

-No hay problema- respondí y corté.

Y realmente no había problema, correría a ayudarla en cualquier circunstancia, sin dudarlo.

Sólo que no sabía si a ella le agradaría verme.

¿Confías en mí? (3° Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora