¿Confías en mí? (3° Libro)

16

La miré confundido.

-¿Qué sucede?- pregunté un poco desesperado, por sentir sus labios lejos de los míos.

Sara estaba seria, mirando hacia todos lados.

-Mat...- balbuceó nerviosa.

-Sé que también querías besarme- respondí acercándome a ella.

Ella dió un paso atrás.

-No sé...- murmuró mirandome a los ojos.

-¿A qué le temes, Sara?- pregunté firme aunque tenso.

Ella no respondió, así que volví a insistir.

-¿Confías en mí?-

Ella me observó en silencio, dudosa.

-No quiero sufrir- afirmó finalmente.

-¡No quiero hacerte sufrir!- exclamé un poco cansado de sus evasivas.

-Yo ya pasé por ésto Mat. Conocí a un muchacho que dijo lo mismo que tú, y finalmente lo encontré con su mejor amiga- decretó fulminante.

-No puedes compararme, eso es muy injusto. Jamás te hice algo para que dudaras de mí- mi enojo comenzaba a aparecer. No me gustaba lo que me decía, yo no era capaz de engañar a ninguna mujer. Y menos, a ella.

-Lo sé... - suspiró cansada, colocando su mano sobre la frente.

-Confía en mí Sara. Voy a cuidarte, voy a quererte... Ya lo hago-

Me miró absorta tras escuchar mis palabras, y luego de un silencio insoportable, se acercó y me besó.

Joder al fin. Sus labios eran como una droga, no podía estar sin ellos.

Saboreé una vez más el elixir, y nos dejamos llevar hasta que nos quedamos sin aire.

Suspiré descansando mi frente sobre la suya.

- Ya veo porque las mujeres te siguen- sonrió.

La miré sin entender y aclaró:

-Dices las palabras justas y tus besos... Bueno, no hace falta que lo diga-

-Mis palabras por tí fueron sinceras, y no se las dije a otra mujer-

-Lo sé- asintió -Tus ojos transmiten tu honestidad-

-Qué bueno- reí y volví a besarla.

🌼🌼🌼🌼🌼

Estar con Sara era mejor de lo que había imaginado.

En éste momento nos encontrábamos sentados en el sillón del living de mi casa. Mirábamos una película que parecía ser entretenida pero al final era bastante mala.

Ella estaba acurrucada a mi lado, descansando su cabeza sobre mi hombro mientras respiraba tranquila.

Me moví con cuidado hacia adelante, para intentar obtener un ángulo donde viera su rostro. Quería asegurarme si seguía despierta...

Tan pronto como me moví, ella me observó con sus enormes ojos claros.

-Estás despierta- murmuré confirmándolo.

-Si... Aunque no sé por cuanto tiempo- rió y se sentó un poco más derecha.

Me puse de costado para mirarla.

-Fue una pésima elección ésta película-

-Definitivamente- reímos.

El silencio se hizo presente entre nosotros, pero era cómodo.
Hacía casi un mes que salíamos juntos y muchas veces nos  quedábamos así, simplemente mirándonos.  Sin decir nada pero a la vez diciendo mucho.

Joder, hasta pensaba romántico ya. No me reconocía.

Habíamos aclarado todo el rollo de "mi fama de mujeriego" y sus miedos.
Me sentía muy afortunado por tener su confianza.

Estiré mi mano para acariciar su mejilla, y ella respondió descansando su rostro contra la misma.

Era tan dulce... Tenía esos movimientos que me volvían loco.
Y a la vez, era pura pasión.

Se acercó con lentitud hacia mí y me besó, jugando de vez en cuando con mi cabello.

Tomé sus labios con desesperación, había querido hacerlo desde hacía un largo rato, pero la maldita película aburrida lo impedía.

El beso se fue volviendo cada vez más y más apasionado. Mis manos no podían quedarse quietas y las suyas no se quedaban atrás. Recorría su espalda, su rostro, todo su cuerpo...

Pero en un momento de cordura, me detuve. Me alejé unos centímetros mientras observaba su rostro confundido y sus labios hinchados.

Joder qué sexy era.

-¿Qué sucede?- preguntó.

-No quiero ir más allá de lo que quieras llegar...-

Esperaba ser lo suficientemente claro. Sabía que Sara jamás había estado con un chico, se notaba en sus movimientos tímidos.
Y no quería que se sintiera obligada.

-Nunca estuve con alguien más, como lo habrás notado...-balbuceó nerviosa -pero no hay nadie más en éste mundo con quien quiera estar ahora. Sólo contigo- se acercó nuevamente a mí.

Todo mi cuerpo tembló y mi corazón comenzó a latir.

-Eso sí que es un sueño- murmuré embelezado y ella rió -Si quieres que me detenga, solo dilo-

Asintió y nos acercamos una vez más para besarnos.

Y entre risas y caricias, compartimos el primero de muchos momentos increíbles juntos...
Sara me entregó su corazón y su confianza, y esa misma noche, mientras la besaba, juré cuidarlos para siempre.