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POV SARA

-Y el muy estúpido me colgó el teléfono. ¡Lo odio!- repitió por novena vez en la noche Magui, mi mejor amiga.

Sonreí rodando mis ojos.

-Ya deja de hablar de él. Vinimos aquí para disfrutar. Olvídalo- respondí.

Había venido a la ciudad hacía dos días y ésta era la primer noche que salíamos. Magui había elegido éste bar porque según dijo, "Es en dondo pasan mejor música".

Estabamos en la puerta, esperando en la fila, para poder ingresar.
Hacía un poco de frío, y mi vestuario no ayudaba: una blusa roja sin mangas y una pollera mini negra. La piel de mis brazos se erizaba cuando el viento soplaba sin piedad.

Magui balbuceó unas palabras más sobre el "estúpido chico al que odia" y desvié mi vista. Sin saber por qué, cayó sobre los ojos de un muchacho, que como si fueran un imán, me atraían sin que lo pudiera evitar.

Él se encontraba a unos cuantos metros de nosotras, estaba de pie con su celular en el oído, pero mirándome fijo. Su mirada me atravesaba y no pude evitar abrir mis labios dejando escapar un suspiro.

Era guapo, demasiado. Tenía una camisa blanca y unos pantalones oscuros. Se notaba a distancia que tenía un cuerpo musculoso.
Pero lo que más estaba haciendo latir a mi corazón desesperado, era su mirada.
Era tan profunda, tan penetrante...

-¿Me estás escuchando?- preguntó Magui sacándome de mi ensueño.

-Si, si.- mentí y volví a escucharla, sin poder dejar de pensar del todo en aquél sujeto.

Volví a mirarlo de reojo, y lo encontré hablando con otro muchacho.

De pronto la fila comenzó a avanzar y por fin pudimos entrar.

Una vez dentro, el lugar me fascinó. El pueblo de donde venía era un lugar muy tranquilo, y aunque se hacían fiestas, no se comparaba.
Había conocido a Magui cuando teníamos diez años y desde allí éramos inseparables. Lamentablemente a los catorce tuve que mudarme por el empleo de mi padre, y ahora que empezaba mis estudios universitarios, había elegido volver aquí, a lo que sentía como mi verdadero hogar.

Comenzamos a dar vueltas por el oscuro salón, con cientos de luces de colores que se movían sincronizadas con la música.
Lo recorrimos un rato y terminamos en la barra.

-¿Qué quieres beber?- me preguntó Magui.

-Una margarita- respondí buscando dinero en ml cartera.

-Que sean dos - volteó  hacia el bartender y le pagó -Yo invito-

-Mag...- me quejé

-Es tu primera noche, disfrútala.-

De pronto, un cuerpo se detuvo a mi lado, y un perfume masculino inundó mis fosas nasales.

-Hola- habló. Volteé para verlo y lo reconocí enseguida. Era el chico de la entrada.
Joder, de cerca era más impresionante todavía.
Nos había saludo a ambas, pero su mirada estaba fija en mí. Esa mirada de nuevo...

-Hola- respondimos las dos a la vez.

Se quedó en silencio unos segundos, mirando mi rostro con detalle. Sin poder controlarlo me puse colorada, pero la oscuridad del lugar ayudó a disimularlo.

-Voy al baño- dijo Magui de pronto, y se dió vuelta dejándonos solos.
Al instante me puse nerviosa, y dudé si acompañarla. Pero en su lugar me quedé de pie, frotando mis manos, incómoda.

Gracias a Dios, el trago que había pedido se depositó en la barra y lo tomé. Bebí un sorbo de golpe, intentando llenar con algo éste extraño momento.

-Mi nombre es Mathew, ¿Cómo te llamas?- rompió el silencio sorprendiéndome.

-Soy Sara- hablé sintiendo el alcohol de mi trago quemar la garganta.

-Un gusto Sara, ¿Eres de aquí? No te he visto antes...- sonrió dejándome sin aliento. ¿Acaso tenía algo feo?

-Soy nueva en la ciudad, vine a estudiar. Pero mi amiga vive aquí y quería que conociera éste bar. - expliqué.

-¿Qué estudias?- respondió asintiendo.

-Psicología-

-Oh wow, eso suena muy bien-  sus ojos brillaron.

Asentí sonriendo.

-¿Tú que estudias?- pregunté.

-Derecho. Bastante aburrido, lo sé. -

No pude evitar reír. Si, era bastante aburrido, pero si le gustaba...

De repente alguien golpeó mi espalda, haciendo que perdiera un poco el equilibrio y golpeara contra el torso de Mathew.

No pude evitar volver a sonrojarme, y ésta vez con más fuerza.

-Lo siento- miré hacia abajo alejándome, más nerviosa que antes.

-No hay problema... - respondió de prisa -Oye...-

-Sara, nos esperan- Magui nos interrumpió, tomandonos por sorpresa. A decir verdad, nadie nos esperaba... Pero la ví tan tensa que temí que algo le hubiera sucedido, así que le seguí la corriente.

-Oh de acuerdo- mi amiga comenzó a tirar de mi mano alejándome - Adiós- murmuré.

Una vez que caminamos unos metros por entre la multitud que bailaba desenfrenada, nos detuvimos en un pasillo, donde la música no se escuchaba tan fuerte.

-¿Qué pasa?- le pregunté asustada.

-Nada... Sabía que lo conocía de algún lado...-

-¿A quién?- hablé confundida.

-Al chico de recién, es Mathew. Iba a mi colegio...-

Asentí.

-Es lindo...-

-Debes alejarte amiga - habló interrumpiéndome.

-¿Por qué?- fruncí el ceño.

-Si no quieres terminar con el corazón roto, olvídate de él-

Y con esa frase, todas mis ilusiones se deshicieron.




¿Confías en mí? (3° Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora