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Cuando los ojos de Valentina finalmente volvieron a encontrarse con los suyos, Juliana intentó encontrar en ellos una respuesta a lo que acababa de escuchar. Su cabeza aún intentaba procesar las palabras de su novia, sopesando las opciones que la podrían haber llevado a decirle semejante cosa. Porque, debía ser una broma. No había otra explicación.
Cuando ese pensamiento capturó su mente, una carcajada escapó de su interior. Le llevó algunos segundos calmar su risa, pero esta se fue apagando en cuanto se dio cuenta de que Valentina la observaba extrañada, incluso incómoda, pero sin una pizca de diversión en su rostro.
Entonces lo entendió. No era una broma. No había sido una mala elección de palabras o un juego para entretenerse mientras estaban atascadas en el tráfico de la Ciudad de México. Nada de eso. Eran todos sus miedos materializándose. Todas sus inseguridades cobrando forma en el peor lugar y de la peor manera posible.
- Ya, Val, no me gusta esta broma - Fue lo único que consiguió decir, aún cuando el rostro de su novia le dejaba más que claro que no era una broma. - ¿Val? - Insistió ante su falta de respuesta. Fueron, finalmente, las lágrimas que comenzó a derramar lo que no dejó lugar a ninguna duda. La cara de Valentina se contorsionó en una mueca casi irreconocible para Juliana, para acabar sollozando con desesperación, apenas siendo capaz de respirar.
Juliana estaba molesta. Muy molesta. Al punto que sentía su sangre hervir. Sin embargo, no importaba que tanto quisiera gritarle a Valentina en ese instante, verla llorar era algo que le partía el corazón. No toleraba, bajo ninguna circunstancia, ver a su novia así. Respiró profundamente, permitiendo que su corazón se estabilizara y la ira menguara poco a poco e hizo lo único que podía hacer en esa situación. Atrajo a Valentina hacia su cuerpo con suavidad, con esa familiaridad que siempre las había atravesado incluso desde el primer día, recostándola sobre su pecho, depositando un suave beso en su sien y acariciando su cabello, su brazo y segundos después su rostro, para que sus ojos volvieran a encontrarse.
La expresión de la morena se suavizó por completo al ver la mirada de Valentina completamente cristalina por las lágrimas, esas que ella misma enjuagó con sus pulgares antes de inclinarse a depositar un beso en sus labios, probando el gusto salado del llanto de su novia.
- Te amo - Le aseguró aún sobre su boca, intentando que esas palabras que para ellas eran lo más natural del mundo, consiguieran calmarla para que pudieran hablar. Porque, fuera lo que fuera que estuviera sucediendo, Juliana no tenía dudas de que lo resolverían juntas. - Háblame - Le imploró unos segundos después, rogando que su estrategia hubiera funcionado y Valentina fuera capaz de explicarle lo que sucedía.
- Lo siento, lo siento tanto, Juls - Comenzó, sus palabras aún trastabillándose mientras salían mezcladas con el llanto. - Yo, yo intenté decirles pero... todo era demasiado y yo no... -
- Val, Val. Respira, ¿okay? - La interrumpió para que pudiera regular su respiración antes de continuar. - Soy yo, Val, puedes decirme lo que sea - Añadió, acariciando una vez más sus mejillas hasta que Valentina logró calmarse.
- Cuando vine la última vez, la única vez en realidad, te juro Juls, te juro que se los iba a decir. No había nada que deseara más. De alguna forma, las peleas y las diferencias con mi familia se habían disipado luego de mi graduación y las constantes llamadas telefónicas. Y entonces, vine aquí, sinceramente feliz de reencontrarme con ellos pero todo era un caos. Mi hermana estaba a punto de ir a prisión por un fraude en que la había metido su ex novio años atrás, del que ella no tenía idea. O tal vez si, no lo sabemos con seguridad. Mi hermano, peleando con ella porque Eva había arruinado la única relación seria que él había tenido solo para que su ex resultara ser un estafador que podía hundir a la familia. Mi padre, decepcionado por toda la situación, por primera vez en su vida se mostró orgulloso de mí, de que me hubiera marchado y decidido vivir mi propia vida sin ayuda de nadie. Y yo quería decirle que era feliz, contigo, con todo lo que habíamos alcanzado juntas, cuando anunció que se presentaría como candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México - Se detuvo un momento, apartado su vista de la de Juliana, avergonzada.
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Happiest Season - Adaptación Juliantina
Hayran KurguEn uno de los peores momentos de su vida, Valentina encuentra a Juliana y con ella, una historia de amor que ninguna esperaba pero que era todo lo que necesitaban. Sin embargo, luego de varios años juntas, su felicidad se tambalea cuando deciden via...