Capítulo 21

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- ¡¿Quién eres tú, extraño?! ¡¿Acaso no sabes que estás dentro de mi territorio?! - exclamó una niña con vestido a un muñeco de trapo atado en uno de los árboles dentro del jardín. - ¡Ahora tendrás que ser mi amigo si quieres que te libere!

Su "padre" no le permitía salir de la hacienda por nada del mundo, aunque dijo que dentro de un tiempo se iban a mudar a una gran casa cuando estuviera terminada, pero ¿Qué iba a saber una niña sobre la política y la esclavitud? Lo único en lo que pensaba era en su madre y sus hermanos a quienes no había visto durante un buen tiempo, además de odiar las prendas que la obligaban a usar, nada parecido a la ropa que se le fue confeccionada por el pueblo de su madre hace mucho tiempo atrás. En fin, al único que consideraba amigo era a España y era porque es muy amable con ella a pesar de la diferencia de tamaños; se sentía sola cuando el mayor tenía deberes que cumplir.

Varios muñequitos de madera o trapo estaban repartidos en el suelo, algunos simulando familias amorosas, otros como los fieles caballeros que la "ayudaban" a proteger al pueblo imaginario de sus juegos; siendo la propia niña quien era la reina del territorio.

- ¿Entonces aceptas? - preguntó la tricolor con una sonrisa y señalando al muñeco, el cual cayó al suelo gracias a que la cuerda se había aflojado. - creo que preferiste morir antes que ser mi amigo... - suspiró con tristeza la pequeña. Todos los sirvientes estaban ocupados atendiendo a Imperio Español y un según invitado especial, o al menos eso había escuchado ella además de la advertencia de no aparecer por la hacienda hasta que el invitado de fuera. - tonto invitado, por tí nadie quiere jugar conmigo

El sonido de una rama rompiéndose le hizo voltear para notar cómo alguien se escondía rápidamente detrás de un árbol; había un verdadero intruso en su hogar. La niña tomó valentía (donde había miedo) y agarró un palo que estaba cerca de sus pies, se acercó lentamente hasta el origen del ruido y comenzó a zarandear su "arma" esperando darle a la persona, cosa que sí logró.

- ¡Muere bicho raro! - gritó con sus ojos cerrados y golpeando más duro.

- Остановись, пожалуйста! - gritó la víctima de los fuertes palazos tratando de cubrirse con sus brazos.

- ¿Qué? - se detuvo la niña para ver que había estado golpeando a un igualmente infante, pero más alto que ella. El niño quitó sus brazos para poder observar mejor a la niña frente a él, sólo para quedarse hipnotizado por su lindura y mirada retadora. En cambio la pequeña pudo notar que se trataba de un country como ella, pero su piel tenía colores un poco diferentes a los suyos, además que no contaba con estrellas como ella.

- как мило... - susurró el infante con un sonrojo.

- No te entiendo niño, habla claro y sin trabalenguas - dijo un poco confundida la niña, viendo como el otro también la miraba confundido. - creo que es porque no me he presentado, ¡Soy Venezuela! - dijo la tricolor señalando su pecho, indicando que se estaba mencionando. Ella creía que al saber sus nombres podrían entenderse mejor. - ¿Cómo te llamas? - preguntó señalando al niño.

El pequeño, entendiendo gracias a los movimientos de su mano, procedió a presentarse.

-  Меня зовут Pоссия - habló sonriendo hacia ella, pero al ver que no entendía volvió a decir su nombre. - Россия - habló tocando su pecho.

- ¿Rosita? - preguntó a punto de reír Venezuela al no captar bien la pronunciación de su nombre en ese idioma ("Россия" se pronuncia "rossiya").

Corazón En CRISISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora