Capítulo 25

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Venezuela caminaba por el salón tratando de ignorar a la prensa quienes, cómo siempre, trataban de hacerle preguntas sobre su política y crisis. Ah ¿Cuándo podrïa estar en paz?

- ¡Bueno Arepita! ¿Qué tal la fiesta? - se acercó entre risas México y abrazándola. Para los externos era una simple muestra de amistad, pero solo pocos sabían que la charla era para algo más profundo. - ¿Haz notado la atmósfera tensa? ¿Qué hacemos mientras descubrimos dónde rayos está esa cosa? - susurró en el oído de la contraria.

Venezuela, fingiendo diversión para no llamar la atención, le devolvió el abrazo para responder.

- Sí, lo he notado. Debemos estar alertas ante cualquier indicio de dónde está. Dile a las demás que no bajen la guardía, no podemos dejar que esto termine en tragedia - respondió por lo bajo. Ambas se separaron con una sonrisa de comprensión y hermandad; luego México fue a avisarle a las demás en medio de risas y palabras secretas, nadie sospecharía de ella ya que es una de las country más sociables.

Después de la desagradable experiencia con el espejo y al reconocer que la presencia era en extremo peligrosa, las country presentes tomaron la decisión de formar una alianza para investigar y detener lo que estaría pasando.

Venezuela suspiró. Ni en una fiesta todo sería tranquilo. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por unos pasos acercándose.

- Creo que todo está saliendo bien - habló Alemania llegando a su lado y tomando un poco de té. Le fue fácil reconocerlo gracias a su acento, además que su máscara no tapaba por completo su rostro - por lo menos hasta que España te invite a bailar

- ¿Por qué crees que España me va a invitar a bailar? - preguntó con cautela. - y, en tal caso, ¿Por qué todo se arruinaría por un simple baile? - fijó su mirada al frente en busca de algo sospechoso.

- Porque destruiría a quien pasará tocarte... - habló grueso repentinamente Alemania, para después toser un poco del té que había tomado. Venezuela quedó petrificada por un momento, miró con seriedad a Alemania para luego hablarle.

- ¿Cómo rayos hicieron eso?

- No eres la única que ha estado entrenando en estos últimos días... - respondió Alemania con sencillez. - me sorprende como mi hermano a podido tener esta cosa dentro durante mucho tiempo y acostumbrarse a la incomodidad

- ¿Por qué? - preguntó la venezolana mirando sus ojos, buscando la explicación de lo que estaban haciendo. - Además, ¿Por qué Rusia no ha bajado?

- Dudo que baje, él solo vino a esta mansión solo para aparentar pero a él no le agradan los lugares con mucha gente charlatán - le restó importancia el alemán. - además que me lo cedió para librarse de un rato de esa cosa y dormir en paz, yo me ofrecí ya que es mi hermano, además de ser el hombre que te ama

- Si me ama, ¿Por qué no está aquí? - dijo un poco dolida la country.

- No lo sé - negó el alemán, pero algo le decía a Venezuela que estaba mintiendo; pero ella no perdería el tiempo en eso. Tendría que dejar de la lado sus problemas amorosos para detener lo que sea que fuera a ocurrir. - sólo... Trata de no acercarte a España...

- Creo que eso no podré cumplirlo - dijo la venezolana. - confíen en mí, está noche va a pasar algo y quisiera su apoyo cuando llegue ese momento - los miró con seriedad, tanto que llegó a intimidar levemente a ambos seres.

- Por supuesto...

...

España demostraba estar alegre sonriendo a cada persona que se le acercaba; al ser el anfitrión debía ser respetuoso aún cuando sólo quería acostarse y dormir toda la noche sin pensar en las preocupaciones.

Corazón En CRISISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora