Capítulo 65 - La Isla de Fuego Parte 3

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HICCUP.

Llegaríamos en la noche, pero como Patapéz lo mencionó era mejor que Astrid pasara junto a mi antes de que caiga la noche por completo, en este momento había visibilidad suficiente para no errar.

-Astrid –Dije a lo que ella asintió y se puso de pie sobre Tormenta, ésta se acercó lo suficiente a Chimuelo y yo me levanté también, la tomé de la mano y la ayudé a cruzar.

-Listos –Dije una vez que nos sentamos en Chimuelo y ella me abrazo por mi cintura para sujetarse.

El resto del camino terminó siendo en silencio, la noche había caído y nos ocultamos en el cielo, habíamos llegado a la isla, bastante grande era como dos veces más grande que nuestra antigua isla Berkiana.

No había luces pero de igual forma debíamos inspeccionar en la mañana, a unos metros había una isla más pequeña, por el momento volaríamos alrededor luego descansaríamos hasta el día siguiente ese era el plan.

-Vigilémosla, es algo sospechosa –Mencioné. –Demos unas cuantas vueltas y descansaremos en aquella isla al sur de ésta.

Por lo que, eso hicimos, nos quedamos en el aire girando alrededor de la isla, lejos de poder ser vistos, buscando alguna señal de vida, por un par de horas y al no tener resultados, nos marchamos a descansar, con una rotación de vigilancia nocturna, por si acaso.

Las horas pasaban y fuimos rotando la vigilancia, aunque dejamos dormir a las chicas, lo necesitaban más que nosotros. Absolutamente nada, había ocurrido, finalmente estaba por decidirme a que no estaba en esta isla.

El sol volvió a hacer presencia por lo que subimos a los dragones y fuimos a la isla, buscamos una zona frondosa que pueda ocultarnos y aterrizamos ahí, antes prevenimos que no haya ningún Tifómerang a la vista.

-Y bien? –Suspiró Heather. –Ahora qué... no hay señales de Johann sería mejor que nos largáramos de aquí...

-Tal vez si observamos desde más adentro, podríamos encontrar algo... no sé, alguna pista –Sugirió Patán.

-Creo que... por más que me desagrade decirlo –Astrid fue quién tomó la palabra. –La sugerencia que Patán, cabeza de carnero... no es tan mala, una pequeña visita a la isla, que no nos encontremos con sorpresas más adelante que bueno... pudimos prevenirlo...

-Patán e idea en la misma frase –dijo Patapez. –No me lo creo...

Decidí, tomar el riesgo, por más de que estuviera en desacuerdo en ciertos temas como la separación, dividirnos para cubrir más terreno, mala idea de Patán. Pero todos decidieron que es lo mejor, yo, me llevé a Astrid conmigo, no la dejaría sola.

-Y bien? –Preguntó.

-Supongo que podemos buscar a los Tifómerang... donde están localizados, ver el estado de los volcanes –Sugerí. –Tal vez necesiten una reubicación...

-No crees que es sospechoso que una isla perfecta para una base –dijo ella. –Esté deshabitada?

-Es extraño... si... pero quizás Johann no sabe de ésta...

-Tengo el presentimiento de que nos equivocamos Hipo –Susurró. –Algo está mal... creo que... rayos no lo sé...

-Hey... Tranquila –Dije tomándola de la mano y haciendo que me mirara. –Por aire no sabríamos si está aquí, desde la noche anterior y en la mañana hasta ahora... no ha ocurrido nada... simplemente hay que introducirnos en la isla para saber... no hay de otra Astrid...

-Supongo –Mencionó por lo bajo.


ASTRID

Tenía un mal presentimiento, esa sensación, ese instinto que me decía que tuviéramos cuidado, dividirnos, fue un error, teníamos más posibilidades de ser capturados.

Thor quiera que no sea lo que estoy pensando...

Cuando más nos adentrábamos al bosque, me parecía escuchar sonidos extraños, creía que podían ser armas pero se confundían con gruñidos de Tifómerang. Los habíamos encontrado en el otro lado de la isla. Era una manada de ellos, y el lugar se presta para tener una vida tranquila, con muchos alimentos para comer y mucho para quemar también. La pregunta sería como nos encontraríamos con los chicos. Pues las indicaciones eran mantenerse a salvo y ocultos, por lo que nos volveríamos a ver con los dragones donde habíamos aterrizado, en casi una hora tal vez.

-Hipo dime que no soy la única que escucho ruidos de armas –le dije luego de un silencio, cuando volví a escuchar ese movimiento.

-Escóndete! –Me tomó de la mano para meternos detrás de unos arbustos.

Eran unos cazadores, estaban transportando metal, la cuestión es... en qué parte de la isla estaban, habíamos recorrido prácticamente la mitad de ella, íbamos a volver con los demás cuando nos topamos con ellos. Según la cantidad de metal da para unas cuantas armas, teniendo en cuenta el tiempo, cuanto deben tener, deberíamos averiguarlo.

-La cantidad de metal no da ni para diez armas –Sugerí.

-Debemos seguirlos para saber cuánto tienen... luego ir con los demás –Mencionó Hipo devolviéndome la mirada.

Ellos se detuvieron como cuatro veces, a descansar, tomar sol, lo que sea, parecían estar haciendo tiempo. Tenían alguna especie de plan para atraernos acaso, es lo único que podría ser posible, si no el trabajo de las armas es algo pesado, no estarían haciendo nada en este momento.

-Prácticamente pierden el tiempo, Hipo –Dije. –Considero que tal vez sea una trampa...

-Créeme cariño que lo he tenido en cuenta, pero no es algo seguro, nos quedaremos fuera de su alcance, no nos han visto...

-Aún –Susurré.

Tardábamos más de lo que queríamos, los chicos debían estar con los dragones ya. Chimuelo y Tormenta deben estar muy preocupados por nosotros. Finalmente reanudaron su camino, iban en dirección a los volcanes pero antes de llegar a estos, desviaron de vuelta su camino.

-Es como si anduvieran en círculos –Mencioné.

-Exactament... –Dijo Hipo pero antes de terminar la frase, ellos habían desaparecido de nuestra vista.

-Dónde están? –Pregunté.

-Esperemos un rato –Me dijo.

Luego salimos en su búsqueda y habíamos descubierto algo que no nos íbamos a imaginar, un digno plan de ocultamiento. Una caverna, corta pero con un túnel subterráneo, que te lleva por debajo de la superficie.

-Entramos? –Sugerí.

-No quiero arriesgarnos Astrid –Me respondió Hipo. –Por el metal deduzco que deben tener alguna forja de armas allí abajo...

-Aunque estaban holgazaneando –Critiqué.

-Mejor para nosotros –Comentó. –Evidentemente Johann no está aquí, si no, no lo harían –Siguió. –Hay que entrar y hacer estallar todo... tienen suficiente tiempo para largarse de aquí...

-Y si es una trampa? –Quizás podría serlo o no.

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How to train your dragon - Return to home (Volver a Casa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora