Capítulo 8 - Juntos

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HICCUP

Comienzo a comprender porque mamá me había mandado a este viaje, no solo era por pedir protección para Berk.

Quería que me diera cuenta y comprendiera, del momento y el tiempo que había pasado, que yo no daba el siguiente paso, la manera en la que no aguantaba tenerla separada de mí.

Ansiando cubrir cada parte de ella, protegerla, amarla, estar en cada punto de su vida, como antes lo hacía, pero quería más mucho más, el despertar con ella en mis brazos, teniendo un sueño tranquilo, solo me hacía darme cuenta de que no quería volver a separarla de mí.

-movimiento astuto madre... -susurré para mí mismo.

Solo era cuestión de tiempo, había dicho, más bien era cuestión de que yo comprendiera, cuanto nos necesitábamos el uno al otro.

Y ahora más que nadie, ella me necesitaba, había tardado en dormirse en la noche, tenía miedo de las pesadillas, le había acariciado el cabello por más o menos 2 horas para darme cuenta que se había dormido de cansancio.

Me pregunté desde cuando estaba así, en las mañanas se la veía con ánimos y nada cansada, pero por lo que noté no dormía bien, costó el quedarse dormida, cada vez que se daba cuenta de que se iba a dormir temblaba y volvía a despertarse.

Lo único que pude hacer fue abrazarla más fuerte, atraerla a mi cuerpo, estábamos muy pegados como si quisiéramos estar más cerca de lo que ya estábamos.

Cuando se quedó dormida, le di un beso en la frente, ella dio un pequeño suspiro relajándose en mis brazos y ahí volví a cerrar mis ojos rogando por que no tuviera pesadillas de nuevo.

Ahora estando despierto, la miraba dormir y no quería despertarla pero tampoco quería levantarme yo. Escuchaba sonidos en los pasillos, imaginaba que los chicos ya habían despertado.

Los gemelos especulando, los cotilleos de Patán y Patapez tratando de sacarlos del lugar, decidí levantarme con cuidado de no despertarla para acallar los ruidos. Fui junto a ellos y sin duda estaban en los pasillos.

-si van a hablar les sugiero que se vayan a cubierta, quiero que Astrid descanse más...

-entonces pasaron una buena noche –dijo Brutacio insinuando con los ojos

-no Brutacio, ella no pudo dormir, razón la cual no te importa –dije mirándolo seriamente- y no es lo que te imaginas.

-entonces que pudo haber sido...

-no es de interés tuyo...

Brutilda parecía entender la situación, me pregunté si se lo contó a ella, o solo habrá supuesto algo

-vámonos chicos, son cosas de chicas y lo lindo que Hipo la trata –le pegó a Patán diciéndole- deberías tratarme así a partir de ahora

-bien, bien, bien –se quejó el mencionado mientras iban escaleras arriba.

Me encaminé de vuelta en el dormitorio fijando de no hacer ruido, ella se abrazaba a mi almohada, como buscándome, me acerqué despacio, y la abrasé, ella hiso lo mismo pero fue abriendo sus ojos poco a poco.

Había despertado, me miró extrañada sin entender, y como acto seguido creo que recordó lo que había sucedido la noche anterior, asustándose de golpe se levantó.

-hey tranquila –le dije- creo que recordaste lo que pasó...

-emm si... lo siento, interrumpí tus sueños –dijo medio avergonzada

-no digas eso... -dije mirándola y viendo si podía mirarme- así como tú siempre estuviste cuando yo lo necesité, quiero estar para ti.

Ella es mi vida, no puedo ni imaginar lo mucho que estuvo sufriendo por las noches. Quería ser su barrera y protegerla de todo mal que pudiera venir a por ella.

Me miró dulce y con miedo

-siempre he sido la fuerte del equipo, Hipo...

-no puedes cargar con todo, Astrid

-me siento como el día en que estuve ciega.

-Así como te dije que el que seas ciega no te hace inservible, te lo digo ahora, el que creas que eres débil, no te hace débil, te hace una persona fuerte, y no puedes ser fuerte en todo momento, tener debilidad también es parte de cada uno de nosotros.

Me miro dulcemente y me abrasó, cerrando los ojos, buscando algo que solo en mí podía encontrar, lo sé porque en mis momentos de debilidad, eso buscaba en ella.

ASTRID

No quiero volver a estar lejos de él

Definitivamente no sé cómo podría dormir de vuelta en mi habitación en la noche, extrañaré la sensación de estar abrazada, amada, protegida, sin pesadillas.

La palabra novio no alcanzaba a describir lo que Hipo significaba para mí, era parte de mí, sinceramente, no podría vivir sin él, se había convertido en mi refugio.

Sabía que podía contar con él más que nadie, desde pequeños, fue el único que había logrado impresionarme, había cambiado por él y soy quien soy gracias a él.

Me ayudó a levantarme puso un mechón de cabello detrás de mí oreja y medió un tierno beso.

-te espero arriba –dijo y salió de la habitación dejándome a solas.

Me bañé y me vestí tomé dos pedazos de mi cabello y me hice la trenza habitual y la otra gran parte de mi cabello suelto.

Salgo de la habitación de Hipo y entro en la mía a buscar mi hacha, esto lo llevaría para que el resto supiera que no quiero comentarios.

Aunque me levante de buen humor, solía temblarme las piernas por los recuerdos del sueño, tenía más miedo por Tormenta que por mí, no quería que nada le pasara.

El hecho de que Hipo no me haya rescatado en mi sueño no me importó mucho al final, al comienzo si fue aterrador el sentir que no lo tenía, pero ahora estaba convencida de que nunca me dejaría sola.

Salí por los pasillos y subí las escaleras para llegar a cubierta, Patapez e Hipo estaban hablando mientras que Brutacio atormentaba a Patán y Brutilda estaba de su brazo pegada al chico.

Hipo fue el primero en verme, no me di cuenta que me había quedado parada observando a todos, entonces él me tendió su brazo con la mano abierta, haciendo que automáticamente fuera hacia él entrelazando nuestros dedos, a lo lejos se veía la isla Berkserker.

-hay que hablar con Heather para la realización del matrimonio –dijo Patapez

-muero por hablar con Heather –dije- hace tanto que no la veo, quiero ver que tan cambiada está, hablar con ella, compartir las historias.

-hey –dijo Hipo riendo-tranquila hay mucho tiempo, hablaremos del matrimonio y tu podrás compartir con Heather todo el tiempo que quieras.

Luego de esas palabras me tomó de la cabeza acercando nuestras frentes, suspiré y nos separamos para mirarnos, solo sé que estaba muy feliz, me sentía muy unida a él.

-que sucedió en la noche –nos interrumpió Patapez con una sonrisa- están más unidos que antes o solo es mi imaginación.

-pues yo también lo creo –le respondí sonriendo, luego miré a Hipo nos abrazamos mientras nos acercábamos al puerto de la isla.

La gente del pueblo Berkserker reconoció el barco y las insignias de Berk y sonó una caracola a lo lejos vemos a Cizalladura viniendo volando, eso me recordó a todos los dragones que dejamos atrás en la orilla de dragones, que había pasado de ellos.

Al bajar Heather miré a Patapez, él había tenido una especie de relación con ella, vi lo embobado que estaba por ella y le señale a hipo con la cebeza para que lo vea.

Heather no había cambiado demasiado, pero sí estaba diferente, el cabello más largo y un poco más suelto no tanto como yo. Y aquí estamos emprendiendo nuestro camino en la primera Isla.

Ella se acercó feliz a nosotros

-chicos!Bienvenidos!


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continuará solo esperen lean y voten!

los quiero!

How to train your dragon - Return to home (Volver a Casa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora