How to train your dragon - Return to home (Volver a Casa)

Capítulo 56 - TOOTHLESS 1 El otro lado de la Historia.

TOOTHLESS

Han pasado muchos años, donde mi vida dieron tantos giros, mi origen no lo he encontrado, mi humano me lo prometió, pero luego de lo que sucedió, que casi nos atrapaban, simplemente dejamos de buscarlo, además no lo iba a negar era muy feliz.

Ahora me encontraba en el pastizal, revolcándome en el césped intentando atrapar mi cola, no le iba a tirar fuego, aunque... no, mejor olvidémonos de eso, partiríamos esta tarde a la orilla del dragón.

Se preguntarán no hablo el idioma humano, obviamente, estos son mis pensamientos, ellos escucharan –Trr... Grr... -Lo típico, pero como es que entendemos, como nos comunicamos con ellos, es una historia larga, comenzaré por el inicio.

Cuando salí del huevo, no sabía dónde estaba, solo sé que estaba solo, no había nadie igual a mí, no recuerdo mucho el lugar, ni donde estaba ubicado, solo sé que me fui de ahí y nunca más volví, tampoco es que recordase como volver.

Más tarde, fue increíble encontrar a una hembra para mí, aunque fuera blanca, Hipo y Astrid la llaman furia luminosa, en fin aquí vamos.

Cuando aprendí a volar solo iba de aquí para allá, hasta que decidí quedarme en una isla, donde habitaban muchos dragones, aunque había alfa, no era un rey, pero si un alfa.

Teníamos que llevarle alimento, mucho alimento, pero la verdad, le hacía falta menos alimento, seguro me entienden, no volaba, aunque más tarde descubrí que sí. Eso lo hablaremos después, continuando.

Asaltábamos una isla cercana, coexistían diferentes especies, ninguna era alada, bastantes extraños, pero interesantes. El Alfa controlaba la mente de sus dragones, menos la mía, nunca le llevé alimento, solo ayudaba a mis compañeros a defenderse, intentando no lastimar a nadie. Aún era un dragón inmaduro, debía aprender a manejarme, especialmente sin mis verdaderos pares.

La cosa se volvió interesante cuando conocí a Hipo, mi amigo y humano favorito, le sigue Astrid, Patapez, Heather, Los parlanchines hermanos Brut y último Patán, lo tolero y es gracioso, aunque a veces lo quiero frito... es broma, es de la familia también.

...

Luego de haber caído en la noche me encontraba atado en el suelo, tratando de liberarme escucho alguien cerca, era uno de los sin ala, llamados vikingos así mismos, aunque más pequeño de los que conocía, el hecho de saber mi ubicación me demuestra que fue quién me tiró del cielo, sostiene una daga, es mi fin, tengo que hacer algo, pero no puedo, va matarme, veré a mi madre en Valhalla.

Cierro los ojos pero este corta las cuerdas, ¿qué alitas de pollo está sucediendo?, tengo que huir apenas me dio la oportunidad salté sobre él, extrañamente, vi directamente a sus ojos, había miedo, era como yo, un dragón inmaduro, bueno en este caso un vikingo

-¡Raaar! – ¡Aléjate cachorro de hombre!

Volé como si mi alma dependiera de ello, podría matarme pero, no estaba seguro, finalmente, de que hubiera llevado a cabo mi muerte, a los dos minutos me estrellé de vuelta, por el gran pescado crudo ¡No puedo volar!

Lo intenté... día, tras día intentando salir del maldito lugar, el niño me visitó un par de veces, me mantenía a raya, no me iba a acercar, aunque, era interesante, me derribó pero, parecía querer saber por qué no volaba, y la verdad, yo también.

Llámalo destino, Un cambio de Vida... ahora era terrestre. Miraba los pájaros del cielo, quisiera estar en las nubes de nuevo, en fin, el día llegó se volvió algo constante la visita del humano, por lo que lo esperé, oculto sobre la roca, con paciencia, astucia, moviendo mi cola, hasta que finalmente apareció.