Mi chico malo

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FLASHBACK

Si me lo preguntan podría decir que la amistad es una de las cualidades que más valoro, valoro muchísimo a mis amigos, a las personas que están siempre para mí, aquellas personas que son leales, la amistad ocupa una parte importante en mi vida y Elliot Fortier encabeza la lista.

Desde que tengo memoria, Elliot y yo hemos sido inseparables, se ha convertido en mi mejor amigo, en mi confidente, es un hermano para mí, el hermano que nunca tuve pero que siempre deseé.

Nos conocemos desde que éramos niños, aquel chico rubio siempre estuvo para mí, compartimos muchos momentos juntos, algunos por primera vez y otros... otros no tanto.

-que tengas quince años y nunca hayas besado a alguien no te hace una tonta nerd, Camille- Elliot habla mientras caminamos hacia casa, acabábamos de salir del Instituto.

-bueno, ellas no piensan lo mismo- hago referencia a lo que discutía junto a mis amigas hace unas horas.

-¿y por qué debería de ser importante lo que ellas piensen?- el rubio pregunta mientras pasa su brazo sobre mis hombros y solo caminamos de esa misma manera por la acera.

Me quedo callada ante la pregunta que ha hecho, Elliot tenía razón, no debía de creer en todo lo que ellas decían, 'si nunca has besado a alguien te quedarás sola para siempre' 'a los chicos no les gustan las chicas que no saben besar' 'tu destino es quedarte en la soledad y criar a una multitud de gatos'.

Joder, esas cosas no eran más que puras estupideces, ¿cómo es posible que sólo un estúpido y simple beso podía definir tu futuro? Ellas estaban equivocadas.

Regreso a la realidad en cuanto mi casa aparece frente a nosotros.

-hemos llegado a tu destino damisela- Elliot habla mientras subimos la escalinata para llegar a la puerta principal de mi casa.

Abro la puerta y volteo hacia él, estoy a punto de despedirme y agradecer por haberme acompañado como siempre, pero guardo silencio en el momento que lo veo curioso mirando a nuestro alrededor, su cabeza mira a cada lado de la calle y cuando finalmente parece terminar con lo que sea que estaba haciendo me mira de nuevo.

-haré esto solo porque eres mi mejor amiga- habla y mi ceño se frunce más.

-¿qué?- pregunto.

-voy a besarte- responde con simpleza- ahora mismo.

Quiero pensar que se trata de una broma pero no es así, sus manos toman mis mejillas y sin más se acerca uniendo nuestros labios, mierda, mierda, mierda, Elliot, mi mejor amigo de toda la vida está besándome, mueve sus labios junto a los míos, no sé que se supone que deba de hacer.

Se aleja y ríe, no sé que expresión debe de tener mi rostro pero sus carcajadas me hacen saber que es sin duda una muy divertida.

-Camille, cuando una persona te besa generalmente debes de mover tus labios también- habla cruzándose de brazos, me recompongo lentamente- está bien- enuncia- hagámoslo de nuevo- lo miro y antes de que pueda enunciar algo se acerca de nuevo de la misma manera, sus labios vuelven junto a los míos y solo está ahí, besándome, es hasta que poco a poco mis labios comienzan a responder, y ambos estamos ahí, besándonos.

Nunca imaginé que mi primer beso sería con Elliot, con mi mejor amigo.

Siempre creí que mi primer beso sería mágico, como aquellos besos que describían en las películas o en los libros, siempre creí que al besar a alguien estaría besando también a alguien por quien mi corazón latiera desenfrenadamente, que sentiría aquellas mariposas que dicen sentir en el estómago pero no, nada de eso estaba aquí al igual que sabía que Elliot no sentía eso, porque éramos nosotros, él era Elliot, yo era Camille, solo éramos nosotros, dos mejores amigos besándose.

Ese fue mi primer beso, pero no, no fue el beso correcto.

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