Capitulo 4: La cita.

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Minutos después de que Ayato saliera, aún seguía en mi habitación pensando sobre lo que pasó. Acostada en mí cama miré el reloj: 5:40 am. ¿Soy yo o el tiempo está pasando muy rápido? Cerré mis ojos por un momento.

                                                                                              ***

Todo está oscuro, no hay nada, no hay suelo, ni techo, ni cielo, nada... otra vez.

-¿Te estas divirtiendo?- Preguntó esa chica de cabellos morados.

-¿Cómo me voy a estar divirtiendo? A este paso terminaré acostándome con los 6 hermanos.

-Pero te gusta- Dijo riéndose de mí, a lo que me sonrojé- ¡Te gusta, te gusta!

-¡Ya cállate! No te recordaba tan... infantil.

-Así es como yo era cuando tenía tu edad. Si tanto te molesta y quieres que yo me vaya, debes liberarme. Así de fácil.

-Pero no entiendo ¿Cómo liberarte?

-¿Qué es lo que hace un fantasma en el mundo de los vivos?- Me preguntó como una adivinanza.

-Pues... están aquí porque tienen asuntos pendientes... creo.

-¡Correcto! Asi que yo me iré cuando termine esos asuntos pendientes. Solo que en vez de estar rondando por ahí, estoy dentro de mi, ya que tu tienes mi corazón. Por eso necesito tu ayuda.

-¿Cómo se que esto no es un plan para que te apoderes de mi cuerpo como la otra vez?

-Bueno, hay dos razones. La primera es que yo ya quiero irme de este mundo y para eso debo cumplir mi misión aquí. Y segundo... Yo no quiero tu cuerpo, estas muy plana amiga.

-Ya entiendo de donde saco Ayato-kun la obsesión por los pechos.

-¡Es que estas muy plana!

-¡Ni que tu tuvieras mucho pecho, y menos ahorita!

-¡Pero tengo más que tú!... bueno, como sea. Entonces tienes dos opciones. O vivir el resto de tu inmortal vida conmigo compartiendo cuerpo considerando que en tus peores momentos de desesperación y dolor podre tomar control de tu cuerpo... o ayudarme.

-Te ayudaré, no es necesario que me des opciones... pero ¿cuál es tu misión?

- Matar a Karl Heinz. El padre de los hermanos Sakamaki, mi esposo y el rey de los vampiros

-¡¿Qué?! ¿De verdad tu crees que yo podre matarlo?

-No, tu no... Pero mis hijos y sus hermanastros sí.

-¡Estás loca si crees que los voy a usar!

-Por favor. Todos ellos te aman. Todos y cada uno de ellos te adoran, te desean... harían cualquier cosa por ti...

-¡Yui!- Escuché la voz de Reiji

                                                                                              ***

-¡Yui!- La voz de Reiji me despertó, quien estaba en mi puerta

-Emmm... yo, lo siento, bajo en un momento.

-¿Te sientes bien?- Me preguntó en tomo preocupante.

"Awww, mira, se preocupa por ti el más responsable"- Otra vez ella.

Renacer... SedientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora