¿Capítulo 47?

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-¡Mamá!- Escucho la voz chillona del pequeño- ¿Cuándo va a llegar papá?

Despego la vista de mi libro y me volteo a ver al pequeño de cabellos rojizos y ojos verdes, tan parecido a su padre tanto que tuvo el honor de tener su mismo nombre, quien estaba literalmente con la cara recargada a la ventana esperando a la llegada de su padre.

-Pronto corazón...- Le sonrío con lástima.

24 de diciembre... su padre trabajando. El tratado con los Hombres lobo se complicó durante el paso de los años. Parece una maldita montaña rusa; va en subida y en bajada múltiples veces. A veces parece que van a aceptar, pero luego algo sucede y tiene que ir Ayato personalmente a arreglar el problema y eso pasó otra vez. Se fue hoy en la mañana. Son las 9 de la noche y él no aparece. Se que es el Rey de los Vampiros y por lo tanto el más poderoso, pero es mi esposo y me estoy empezando a preocupar.

-¿Pero cuándo es pronto?- Pregunta el niño ya con un tono frustrado. Él ama a su padre. Es su héroe, pero él detesta cuando no está , detesta cuando lo llaman por los problemas de otras personas, igual que yo- Ore-sama desea ver al Rey- Hasta la forma de hablar de él me enternece y me provoca una sonrisa.

Las campanas del castillo (demasiado ruidosas y grandes para ser llamadas "Timbre") suenan por todo el lugar. El niño se sobresalta pero agacha la cabeza porque sabe que su padre nunca tocaría para entrar al lugar.

Veo al mayordomo acercarse a la puerta y abrirla. Un poco de nieve entra y se nota que hay mucho aire.

-¡Miren a esa cosa enorme y fea~!- La voz cantarina del tío preferido del pequeño pelirrojo hace que este último tire su carrito de juguete.

-¡Tío Laito!- El niño se emociona y salta a los brazos de Laito quien lo recibe con una sonrisa. Detrás de él está Kanato con una gran caja de lo que deduzco es pastel- ¡Tío Kanato!- El chico saluda a Kanato, pero no tan emocionado como con Laito.

-Hola Yui~- Me saluda con mi hijo en brazos- ¿Ayato sigue trabajando?

-Si... espero que llegue a tiempo... y con buenas noticias- Me levanto de me asiento, acomodo mi vestido y me acerco para saludar bien a Laito y a Kanato.

-Hola Yui-chan- En aún tímido Kanato me saluda y yo le doy un beso en la mejilla- Traje... pastel.

-Gracias Kanato-kun. Déjalo en la mesa, y Ayato, no te lo vayas a comer todavía- Apunto al pequeño quien me saca la lengua. Esto le provoca gracia a los tíos.

-Hazle caso a tu mamá- Veo que Laito le guiña el ojo. Este niño terminará con una sobredosis de azúcar esta noche.

Después de que mi hijo nació, decidimos, todos, celebrar las fechas como cualquier familia "normal". Ayato quería que su hijo tuviera la infancia perfecta que él nunca tuvo y yo estaba dispuesta a ayudarlo junto con todos sus tíos, que yo creo que quieren lo mismo para sus hijos en este momento. Desafortunadamente Shu, Reiji y Subaru no pudieron venir este año. Querían pasar la navidad en privado con sus esposas y sus hijos. Nunca llegué a creer que Subaru llegara a tener 3 hijos.

En cambio, Laito y Kanato aún no tenían un matrimonio hecho, aunque Kanato estaba comprometido con la misma chica de la preparatoria, pero ella fue a su tierra natal para estar fiestas con su familia... y pues Laito es Laito y "es de todas" como siempre dice.

Por esas razones, decidieron pasar las fiestas con su sobrino.

Ahora solo falta que llegue Ayato para que empecemos... pero una vibración que recorre mi espalda me hace saber que él ya está en la puerta.

Las grandes puertas de madera se abren de par en par y revela el cuerpo de un hombre encapuchado y lleno de nieve.

-¡Papá!- El pequeño salta de los brazos de su tío y corre hacia su padre.

Renacer... SedientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora