Problemas con las presentaciones

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Una vez la peor parte pasó y Nene sintió que era seguro alzar la cabeza encontró la puerta del cubículo abierta. Se levantó de un salto ignorando el dolor y toda la sangre de heridas superficiales que se deslizaban por sus brazos y manchaban su vestido y se abalanzó contra la puerta para abrirla de par en par para encontrar el pequeño espacio vacío. Suspiró con pesadez, no sabía porque había guardado la más mínima esperanza sabiendo que no habían posibilidades de que lo que había oído fuera real. Se llevó una mano a la cara para taparse la cara y la otra la posó en una de las paredes del pequeño cubículo, comenzaba a ser consiente de la sangre que estaba perdiendo y se estaba mareando, pero aquello no le impedía continuar llorando y lamentándose. 

Continuó así un poco más hasta que notó algo estiró un par de veces la falda de su uniforme llamando su atención.

-"Ne ne~- Una voz infantil y aguda le llamó a sus espaldas. Yashiro se paralizó al oírla, se le hacía violentamente familiar- ¿Cuál es tu deseo one-sama?"  

Tardó unos instantes en procesarla y luego algo dudosa fue girándose lentamente, se encontró con un par de ojos grandes y brillantes que irradiaban su propia luz en la oscuridad en la que se encontraban. Nene tragó saliva pero aun así su garganta se mantuvo tan seca que le fue imposible emitir un solo sonido. Hanako-kun estaba allí, junto a ella y hablaba de forma extraña y parecía estar mucho más cerca del suelo que antes pero aquellos eran los ojos de Hanako sin dudar. La chica, que no había parado de llorar desde que había entrado en aquel lugar, permitió una vez más que sus lagrimas se deslizaran sobre sus mejillas húmedas y sonrosadas. Una pequeña exclamación de alegría escapó de entre sus labios y sin darle el tiempo se lanzó contra el cuerpo del chico y lo apretó con fuerza contra su pecho con una sonrisa radiante en sus labios.

-"¡One-samaaaaa!- Se quejó con la voz ahogada contra su cuerpo mientras se removía inquieto, pero Yashiro ignoró su incomodidad y le apretó mucho más fuerte- ¡One-sama! ¡Me aprietas!"

-"¡Te he echado tanto, tanto, tanto de menos!- Murmuró contra su oreja una y otra vez y le dio la impresión de que esta se calentaba y se volvía roja, aunque podría ser por su propio aliento. No le dio mucha importancia, estaba muy ocupada en ese instante- ¡No vuelvas a tomar este tipo de decisiones sin preguntarme primero! ¡Nunca más!"

-"¿Qué decisiones? ¡One-samaaaaa!- El chico se liberó de su agarre convirtiéndose en humo y se posicionó frente a ella a un par de pasos de distancia, tenía las mejillas furiosamente sonrojadas pero una mirada molesta en sus ojos. La miraba analizándola mientras arreglaba su ropa y su característico gorro- ¿Cuál es tu deseo?"

Yashiro parpadeó un par de veces, muy confundida ante sus palabras ¿Qué le sucedía a su amigo? De repente notó las diferencias que antes por la emoción había pasado por alto, Hanako era ahora considerablemente más bajo, su cuerpo más infantil que antes y llevaba un uniforme diferente, como el de un niño de primaria, con un típico pantalón negro hasta la rodilla, unos calcetines largos y una camisa blanca de manga corta cubierta por un chaleco del mismo color que el pantalón con unos grandes botones dorados y una corbata bien arreglada en el cuello. Nene se acercó un poco para observarle mejor pero el flotó lejos de su posible agarre no queriendo ser otra vez atrapado por sus brazos.

-"Hanako-kun...¿Qué te ha pasado en la orilla lejana?"

El pequeño ladeó su cabeza con una interrogante en su expresión claramente no sabía de que hablaba la chica extraña frente a él, pero no le importaba, lo único que sabía era que debía concederle un deseo y tomar algo a cambio para volver al sitio donde estaba así que con sus objetivos claros y un ceño fruncido en una expresión adorable flotó hasta estar a escasos centímetros de su nariz.

Baby GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora