Después de cenar todos juntos las Yashiro y el pequeño Yugi pasaron un rato conversando sobre la situación actual de una forma más amena y relajada, dejando en claro ciertos puntos vitales para la convivencia en la casa y demás. Luego aprovechando que la adulta no debía regresar al hospital y al día siguiente las clases estarían canceladas de forma indefinida por los destrozos, decidieron sentarse frente a la televisión cubiertos por una gruesa manta para ver alguna película en emisión. Terminaron viendo una de dibujos animados que resultó ser más entretenida de lo que las rubias pensaron en un principio, trataba sobre dinosaurios parlantes que vivían en un mundo desarrollado sin humanos inteligentes, Hanako se pasó gran parte de la velada soltando datos interesantes sobre estas criaturas e impresionó a la mayor con sus conocimientos, Nene ya sabía que el castaño sentía fascinación por esos seres extintos y algunos de aquellos datos ya los conocía de alguna vez que él mismo había hablado del tema en el pasado.
-"Vaya, Amane-kun sabes mucho de dinosaurios...- Comentó la mayor mientras se ponía en pie cuando la película llegó a su fin con un final emotivo, milagrosamente ninguna de las féminas lloró con este aunque el castaño podía jurar que ambas lo deseaban con fervor. La mujer se estiro haciendo crujir todos los huesos de su cansado cuerpo, debía estar realmente agotada de su jornada laboral.- ¿Quieres ser arqueólogo de mayor?"
-"Creo que quiere decir paleontólogo Yashiro-san...-Corrigió el pequeño mientras se acomodaba mejor sobre el pecho de la fémina menor, ella le arrullaba un poco y peinaba sus cabellos con ternura, no podía resistirse a darle amor a esa pequeña criatura adorable- pero no...me gustan los dinosaurios...-Abrió la boca hasta el punto de casi desencajarse la mandíbula, aquel bostezo debía ser proporcional al sueño que tenía, también el lapso de tiempo entre parpadeo y parpadeo se hacía más largo cada vez, el también daba la impresión de estar fatigado- pero lo que más me gustan son las estrellas y la luna..."
Las mujeres sonrieron enternecidas y se miraron la una a la otra. Ambas compartieron el mismo pensamiento, era hora de irse a dormir.
-"Creo que ya es hora de ir a descansar, ¿No crees Yugi-kun?- La mayor miró a la menor y esta asintió en nombre del pequeño que solo se limitó a dejarse cargar por esta. Se disponía a abandonar la habitación después de desearle buenas noches a su madre pero antes de que pudiera hacerlo Haru se adelantó para abrazar a su hija y al niño entre sus brazos. besó las cabezas de ambos antes de separarse- Me daré un baño y yo también me acostaré, si todo va bien mañana desayunaremos todos juntos ¿Si?"
La rubia asintió ilusionada, adoraba los pocos días en los que podía desayunar con calma junto a su madre y ahora también compartiría ese maravilloso momento con Hanako-kun, no podía estar más entusiasmada por la idea. Solo pedía que esta noche sus sueños fueran nulos o por lo menos no tan melancólicos y dolorosos como los que había estado teniendo desde hacía varios meses ya.
Llegó a su habitación sin mayor dificultad y recostó al niño en su cama. este se removió sobre las sábanas pero no abrió los ojos ni la boca así que Nene lo dejó allí un momento mientras revisaba a su hámster, Black Canyon-chan estaba descansando en su esquina de la jaula favorita, su dueña sonrió y notó que algo del forraje que solía estar en el suelo de aquella estaba sobre su escritorio y se preguntó como habría llegado allí. No le dio demasiada importancia, pero extrañada cerró la ventana, que supuso que en algún momento del día ella misma habría dejado abierta, y apagó la luz para recostarse junto al muchacho que de inmediato se abrazó de nuevo a ella en cuanto sintió su presencia. Nene volvió a sonreír y tomó las mantas para cubrir sus cuerpos. Pronto cayó en un profundo sueño mientras intentaba ignorar todos los malos eventos que habían sucedido a lo largo del día.
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Estaba sola en un lugar completamente blanco, flotando a la deriva sobre el vacío infinito
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Baby Ghost
Hayran KurguEl día escolar empezó como cualquier otro, Yashiro asistió a sus clases sin preocupaciones, estuvo con Kou y almorzó sin mucho de lo que hablar. Lo único que distaba de hacer ese día como uno agradable era el hecho de la ausencia de cierto misterio...