Dame respuestas Hanako-kun

258 32 34
                                    

El ambiente parecía más denso y cargado que fuera. Nene inspiró una gran bocanada de polvo con aire y tosió para eliminar las impurezas de su sistema. Mientras lo hacía la puerta de repente se cerró tras de ellos con un portazo y un desagradable sonido de grotescas patas alejándose por la honda sonora. La muchacha rubia sintió un escalofrío infernal recorrerla como mínimo tres veces por la espalda. Su cerebro estaba en alerta máxima, concentrándose en hallar la ruta de escape más rápida y segura por si las cosas se ponían peligrosas para el niño y para ella y, como si tuviera un sexto sentido para detectar amenazas inminentes, algo demasiado grande, viscoso y grotesco se arrastró desde la esquina más alejada del pasillo que llevaba a las habitaciones traseras. A la joven se le revolvieron las tripas al ver la asquerosa sustancia oscura moverse y burbujear. Podía jurar que murmuraba algo. La cosa notó su presencia y comenzó a avanzar dejando un rastro oscuro y húmedo por todas las superficies por las que se movía. Por inercia buscó algo con lo que podría defenderse y justo en una esquina del pequeño espacio descuidado reposaba un paraguas roto sin tela y con las punzantes y peligrosas varillas al descubierto. Sin dudarlo la joven lo tomó, puso al niño detrás de ella y apuntó con su recién adquirida arma a la amalgama de asquerosas sustancias viscosas. 

Ninguno de los jóvenes se movió, Hanako estaba serio con una sonrisa enigmática todavía bailando en sus labios, asomándose desde detrás de la cadera de la joven y sujetándose de la tela del abrigo que la cubría y Nene se limitaba a fruncir el ceño y apretar con fuerza el mango de su arma intentando descubrir cual sería el punto que mayor daño podría causarle a aquello que se les acercaba cada vez más. Se había puesto de forma inconsciente en posición de ataque y  huida, con el torso ligeramente inclinado hacia delante y los pies listos para pivotar y correr fuera de la casa con el infante en brazos en el mismo instante  en el que esa bestia se acercara demasiado o tratara de herirles. Su murmullo se escuchaba con más claridad ahora, como si intentara gritarlo pero su garganta, sí es que eso poseía una, no se lo permitiera. Repetía "Princesa, novia, venga, venga" Cuando llegó frente a ellos la rubia tuvo suficiente de aquello, apretó su mandíbula antes de impulsarse y clavar las finas agujas en la masa viscosa. Esta se quejó y por alguna razón aquello le dio a la chica una sensación de poderío y sed de sangre impropia de ella, enterró el objeto todavía más profundo en aquello y luego de un rápido movimiento se alejó y se llevó consigo el paraguas, provocando que la reciente "herida" de la bestia expulsara un fuerte chorro a presión de lo que la joven supuso era su sangre. Este líquido morado y apestoso aterrizó encima de ella ensuciando y manchando su abrigo y su falda. Gruñó y pateó a la sustancia viscosa varias veces ensuciándose más.

-"Vaya...Yashiro-san...-La voz de un joven rubio le llamó la atención. Hanako se estremeció detrás de ella y se encogió intentando esconderse de la mirada afilada del mayor del los Minamoto.- Y veo que lo que decían Kou y el sensei era cierto...un placer volver a verte número siete..."

-"Tócale un solo pelo de la cabeza...-Dijo la rubia respirando de forma entrecortada por la adrenalina y los ojos llenos de un odio tan puro y teñidos de una sed sangrienta tan poco natural que consiguió que el semblante tranquilo y sonriente del rubio cambiara a una mascara de póker neutral- Veremos quien de los dos muere antes..."

Estuvieron unos minutos mirándose a los ojos, ninguno titubeaba ni mostraba el más mínimo rastro de miedo por su contrario, si es que sentían el más pequeño ápice de miedo. 

La sangre de Yashiro corría bajo su piel, ardía en deseos homicidas, sentía el horrible placer morboso de imaginarse el cráneo del muchacho rubio frente a ella hecho añicos, de su pecho abierto mostrando sus costillas y sus palpitantes entrañas latiendo con desesperación. Deseaba ver el terror en esos fieros ojos color azul y deseaba ser ella la causa. Antes de poder hacer cualquier movimiento Hanako irrumpió en esa guerra de miradas y se puso frente a ambos. Ojos oscurecidos, rostro serio, aura fría y antinaturalmente madura para la edad que aparentaba.

Baby GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora