Capítulo IV

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Harry comprendió durante la semana siguiente que ser amigo de Draco Malfoy, no era tan diferente como cuando eran rivales. Todavía se gastaban bromas pesadas y todavía discutían tanto como lo hacían antes. La única diferencia verdadera era saber que no había odio detrás de las palabras.

—Oye, amigo —dijo Ron antes de sentarse a su lado con un enorme plato de comida—, parece que te estás volviendo loco de nuevo.

—Harry, pensé que habías dicho que estabas durmiendo mejor. —la voz de Hermione estaba llena de preocupación.

Harry vaciló antes de responder. No estaba seguro de por qué, pero no quería que sus amigos supieran que él y Malfoy se llevaban bien.

—Lo sé. Es sólo que ha habido muchas cosas en mi mente, chicos. No se preocupen por mí.

No era mentira, Harry no podía sacar esa noche de su mente. Estaba preocupado por esta amenaza invisible y desconocida, pero lo más importante en su mente era Malfoy. Malfoy con su estúpida sonrisa y sus tontas narraciones. Malfoy y su ridícula obsesión por su cabello.

—Y ahí va de nuevo. —le dijo Ron a Hermione. Ella jadeó.

—Espera un segundo, Harry. ¿Te gusta alguien? —su voz estaba emocionada, como si la perspectiva de que a Harry le gustara alguien fuera lo más destacado del día.

— ¿Quién, Harry? —preguntó Ginny, sentándose junto a Hermione. Un entusiasmo falso llenó su voz, revelando su descontento por el fin de su relación.

A Harry no le gusta nadie. —recalcó Harry con tono firme.

—Eso no es cierto —interrumpió Draco con una pequeña sonrisa en su rostro, en un ángulo para que sólo Harry pudiera verla—. Harry obviamente gusta de mí. ¿Y quién no lo haría? Soy impresionante.

—Que te jodan, Malfoy. Nadie te invitó a esta conversación. —respondió Ron con veneno.

—Sé amable, Ronald. —lo regañó Hermione, sonando aterradoramente como la señora Weasley.

Harry sonrió al ver cómo el rostro de Ron se puso rojo brillante.

—Sí, Ron. De todos modos, no es como si a Harry pudiera gustarle Malfoy. —la voz de Ginny era amarga.

Draco se llevó las manos al corazón, haciendo una mueca de dolor.

—Oh mi corazón. Nunca nadie gustará de mí. —Draco se burló en voz alta.

—Lo dudo seriamente. —resopló Harry.

Ron y Hermione le lanzaron una mirada extraña. A Harry realmente no le importaba. Se estaba divirtiendo, y si Draco Malfoy era la causa de eso, entonces tendrían que acostumbrarse.

Draco tomó algo de comida antes de volverse hacia Harry.

—Tenemos que hablar más tarde. —dijo, para luego alejarse sin mirar atrás.

—¿Cuál es su problema? —murmuró Ron, luego de un rato.

El resto del desayuno se comió prácticamente en silencio, además de las miradas que Hermione seguía lanzándole. Harry simplemente ignoró sus miradas y se concentró en su comida.

Luego se levantó abruptamente.

—Tengo que ir a hacer algo antes de la clase. Los veré más tarde. —se fue antes de que pudieran responder.

Harry salió corriendo del Gran Salón y se dirigió directamente al área cerca del aula de pociones. Durante los últimos días, él y Draco habían encontrado un salón de clases abandonado y lo habían bautizado como suyo.

Stuck in Love [ Drarry ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora