Pizarrón.
La joven Albornoz al entrar saludó a Alice Barttolozi con un cariñoso abrazo. Se sentó a su lado.
Alice, tenía un tono de piel muy particular, era morena pero había desarrollado un tono más pálido de lo usual, gracias a que no salía casi de casa y no exponía mucho su piel al sol. Era esbelta y alta. Tenía un cabello color café con leves tonalidades rojizas, liso, y tan delgado que podías mirar las diferentes formas de las nubes a través de el, un cabello que insistía en alborotarse, a pesar del tiempo que Alice le dedicaba a peinarlo, pero que combinaba dulcemente con sus cejas pobladas y ojos de panda.
Desde pequeña tuvo carencias de apego familiar, una actitud despreocupada y gustos exóticos que la llevaron a aislarse de su familia, convirtiéndose en la oveja negra y refugiándose así en sus amigos, a los que defendía a pico y espada.
-Sophie, ¿tú estudiaste para la exposición de ciencias? -pregunta Alice luego de saludarla.
-¡Obvio!, me levante a las 3am para eso -respondió Sophie.
-No me sorprende, la verdad tú siempre te levantas súper temprano.
-Sí. Deberías de seguir mi ejemplo y no acostarte tan tarde.
-No es tan fácil como parece, hoy me dormí a las cuatro y media de la madrugada.
-¡Dios, Alice, tienes que descansar!.
-Estoy consciente de que no está bien, pero tampoco se cómo dejar de hacerlo, llevo años en la misma rutina, es como una droga -contestó, encogiéndose de hombros.
-Verás que si lo intentas dejará de pasar, además si hay gente que deja drogas como la heroína no creo que sea tan difícil que aprendas a levantarte temprano -le menciona Sophie, esbozando una sonrisa.
-Ya tuvieron mucho tiempo de contarse los chismes muchachos, empezó la clase -interrumpió la profesora Micaela. Se levantó de su escritorio e hizo una seña a dos alumnas para que se acercaran, Cassie Milano y Kalany Aguilar, quienes obedientemente se dirigieron a su escritorio. -. Necesito que ustedes dos, copien este texto con el dibujo en el pizarrón. Se dividen el trabajo para terminar rápido, así les explico y bajan a desayunar, ¿les parece? -propuso.
De forma casi inmediata, Cassie, tomó uno de los marcadores y comenzó a hacer el dibujo, al igual que Kalany. Ambas motivadas por el mismo objetivo: conseguir puntos extras, puntos que ambas necesitaban. Lo curioso es que a pesar de tener la misma motivación, ambas eran muy diferentes, tanto en personalidad como en aspecto físico.
Cassie Milano, era el alma de la fiesta, de esas personas con las cuales era imposible no reírte al estar en su compañía porque siempre tenía algo divertido que decir con respecto a cualquier cosa, sin embargo, en determinadas ocasiones dichas bromas llegaban a irritar a los demás, debido a lo directas que eran.
Era morena, con la misma altura que Alice, pero mucho más corpulenta. Tenía una nariz respingada como la de una modelo de revista, y unos ojos marrones tan oscuros que rosaban lo negro, acompañado de un cabello corto pigmentado de azul eléctrico, tonalidad que cambiaba constantemente, así como su estado emocional.
Kalany Aguilar, al contrario era mucho más callada y no solía decir nada cuando algo le molestaba, siempre optaba por callar y alejarse, detestaba el conflicto, prefiriendo mil veces zarpar del Titanic que se hundía, a quedarse en el hasta el final. No había nacido para ser capitán de ningún barco, había nacido para ser de las pocas sobrevivientes, para ser de las que salen en las balsas de emergencia y ayudan a las mujeres y niños a subir primero, junto a silbatos, salvavidas y un botiquín. Tenía una estatura similar a la de Sophie, solo que con caderas más anchas. Lucía una piel perlada que se enrojecía al diminuto tacto y que hacía juego con su cabellera rubia hasta los hombros. Su nariz era achatada y sus pómulos estaban adornados por dulces pecas, tan dulces como la miel que empapaba sus ojos.
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The Lie of the Moon.
FantasySiete chicas, estudiantes del Instituto Nouveaux, en la primera semana del que sera su último año de bachillerato deciden reunirse para presenciar juntas un eclipse. Lo que no sabían era que a partir de esa noche la luna les tenía preparada una sorp...