Mo Guan Shan

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El olor de la comida lo despertó pero estaba muy cómodo en la cama, hundió su rostro más en la almohada inhalando el aroma de He Tian impregnado en esta, claro, ahora recordaba todo, cada beso, cada roce... Se suponía que solo venía a hablar con él, a darle un fin a todo pero no había podido ni saludar en cuanto lo tuvo frente a él.

Se levantó con pereza y se colocó su ropa para ir a la cocina, se encontró a He Tian cocinando así que se sentó cómodamente en una de las sillas.

- Así que, ¿Puedes cocinar más que fideos instantáneos?- Preguntó en tono burlón recargándose en la mesa.

- Tenía que comer algo sabes, aunque sigo sin saber como hacías para que todo lo que cocinabas supiera extremadamente bien. -

Solamente respondió con una risa, odiaba cocinarle en ese entonces porque lo obligaba pero nunca había podido hacer una comida horrible porque desperdiciaría los ingredientes.  

Dejó que terminara de cocinar simplemente observándolo en silencio, había muchas cosas que tenían que hablar, había llegado solo por eso pero habían acabado así... de igual forma primero comería porque tenía mucha hambre. Minutos después la comida estaba servida y su estómago rugía al ver la buena pinta que tenía.

- No sabrá tan bien como tu comida pero he mejorado. - Se sentó frente a él y espero a que lo probara para ver su reacción.

- Ya juzgaré yo si sabe bien. - Bromea cogiendo los cubiertos y degustando un primer bocado como todo un profesional. - Sabe muy bien realmente. - Comenta y continúa comiendo de forma relajada.

- Claro que sabe bien. - Responde vanagloriándose y comienza a comer también.

El resto de la cena se pasó entre historias, bromas y conversaciones sin sentido, ninguno se atrevía a decir nada porque parecía que el buen ambiente que tenían se iba a desmoronar.

Ambos lavaron los platos y luego se quedaron en el sofá viendo tv. He Tian tenía recargada su cabeza en el hombro de Mo, estaba tan relajado que casi se dormía así que habló.

- Lo lamento... por hace seis años, fui un completo idiota lo admito... - No quería justificarse, no tenía como hacerlo y Mo estaba callado.  - No puedo cambiar lo que hice en el pasado Mo, déjame arreglarlo con el presente, no quiero perderte de nuevo.-

Mo seguía sin saber que decir realmente, había pasado mucho tiempo esperando una disculpa o esperar que de alguna forma lo buscara, claro que He lo había hecho pero Mo no lo sabía. Recargó su cabeza en la de He Tian y respondió:

- Duerme He Tian, lo hablaremos mañana. - susurró y cerró sus ojos también.

Un rato después despertó por su celular y las llamadas repetitivas de An.

- Hola... - Dijo seguido de un bostezo.

- Mo, ¿estás en casa? - Preguntó Anthony.

- Mmmm no... -  separa el celular de su oreja para ver la hora. - Me dormí, ¿puedes pasar por mí? - 

- Estoy en el supermercado comprando cervezas, ¿te queda cerca? - Le quedaba a unos minutos caminando así que se despidió de An y se levantó con cuidado dejando a He Tian dormido en el sofá y se fue dejando una nota con su número de celular.

Se encontró con Anthony fuera del supermercado y fueron de regreso a casa, aprovechó para hablar con akame y su madre un momento. 

- ¿Ya cenaste? - Preguntó An dejando las cervezas sobre la mesa de la sala y yendo a la comida para sacar la comida que había comprado para el.

- Si, ya cené, gracias. - Se quedó en el sofá mientras bebía una cerveza y recargó su cabeza en el respaldo de este mismo.

- y bien, me dirás donde estabas? -  Preguntó An sentándose en otro sofá para comenzar a comer.

- En el departamento de He Tian. - Dijo sin más, era su mejor amigo no iba a ocultárselo, aunque sabía que incluso si mentía él lo iba a saber, lo conocía tan bien. 

- ¿Así que por eso venías caminando más lento de lo normal? - 

Casi escupe su cerveza al escucharlo y An solo le echó a reir al ver como el color de su cabello ahora estaba hasta en sus orejas.

- No venía caminando más lento, solo estoy cansado. - Trata de justificarse.

- Puedo imaginarme el porque. - Respondió y encogió los hombros restándole importancia, Mo era un adulto y podía hacer lo que quisiera.

- Eres un tonto. - Responde riendo y sigue bebiendo su cerveza, enciende la tv para pasar los canales, con suerte encontraría algo interesante y saldría de la situación incómoda.

Pasaron un rato más bebiendo y se fueron a dormir, al día siguiente ambos debían ir al trabajo así que no podían beber demasiado.



Maldición, te amo! (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora