Sonría más, se ve más hermosa sonriendo.

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Miro con una gran sonrisa la llamarada esmeralda que salió de su mano derecha, la misma, se arremolinaba en si misma, para poder atinar su ataque a un punto en específico. La llamarada, dio en una roca que se sobresalía del lago que se hallaba frente al niño, dejando quemaduras en la misma. Aquello, era visto por un chico de cabello morado, quien traía unas vendas grises alrededor de su cuello, como si de una bufanda anormalmente larga se tratase. Debajo de ellas, se hallaban un par de gogles grises.

-Este ha sido una manera que desarrolle para atinar a un punto en específico, ¿Y tú como vas con tu don doble?

Pregunto animadamente, viendo a su amigo, quien se hallaba sentado en la hierba frente al lago. Hitoshi, había desbloqueado una segunda peculiaridad, su don era doble. Poseía un don doble, algo extremadamente raro. Tenia la capacidad de borrar singularidades como su padre, Aizawa Shouta, a través de la vista. Y también poseía el quirk de su madre, lavado de cerebro. Ambos dones, se hallaban enlazados desde su mente, los cuales se conectaban a sus cuerdas bocales y ojos. Fue extraño para Hitoshi el descubrir su don doble, pero la única desventaja que habían encontrado en ello, fue que usar ambos a la vez generaba dolor de cabeza y un fuerte ardor en sus ojos. Pese a que los padres del niño de ojos morados, sabían que su don visual no se desbloquearía a la vez que su lavado de cerebro, realmente no pensaron que tardase más de dos años en despertar.

- Para llevar dos meses con mi borrado, he avanzado bastante. Aunque no te mentiré, realmente es molesto la resequedad visual que genera. En cuerpo a cuerpo de derrotaría fácilmente, más que nada por parte de la familia de papa, tenemos una resistencia y dureza física mucho mayor a lo que podría conseguir el resto de la gente. Y ya que puedo borrar tu kosei por un tiempo, definitivamente te derrotaría.

Comento de manera perezosa el peli morado, y el brócoli tuvo que darle un punto ante aquello, era cierto después de todo. La fuerza extra de su cuerpo, le daba mucha más ventaja en combates cuerpo a cuerpo, en aquel terreno dudaba poder derrotar a Shinsou.

-Si, lo sé. Sin embargo, tenemos siete años, realmente tu borrado tardo en manifestarse.

-Eso lo sé, pero ya vámonos de aquí. Tu tienes que ir con la Tía Inko al hospital y yo quiero iré al refugio animal con mama.

Dijo para ponerse de pie, comenzando a salir del bosque en el que se encontraban.

- ¡Claro!

Luego de eso, ambos se fueron del bosque.

-Salúdame a Oruga y a la tía Tomawari.

Dando un leve asentimiento con su cabeza, el peli morado camino rumbo a su hogar.

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Izuku estaba realmente emocionado, el día anterior había llegado una nueva paciente. Por lo que supo, una mujer de treinta y seis años. Iba caminando tomando la mano de su madre, estaba realmente contento, quería ir a conocer a la mujer.

Iba caminando tomando la mano de su madre, estaban a al menos una cuadra de llegar al hospital psiquiátrico.

-Mama, ¿Cómo es la señorita y que le sucedió?

Pregunto de manera curiosa a su madre, quien le dirigió una sonrisa amorosa a su hijo.

-Bueno, Izuku, ella es una mujer muy hermosa. De ojos grises y cabello blanco como la nieve, por lo que me dijeron, padece de traumas y estrés postraumático. Debido a esto, su esposo la interno en el hospital, la verdad es que no me dieron muchos detalles. Supuestamente se había vuelto loca, pero no sé, ya veremos como es.

Mis llamas no te lastimaran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora