Siempre seré tu sobredosis de azúcar.

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Sus ojos esmeraldas se abrieron de a poco, mirando los leves rayos de sol que iluminaron levemente su habitación. Miro la hora de su despertador, viendo que recién eran las ocho de la mañana, el sol debía de haber salido hacia un rato. Y su madre definitivamente se había ido, ella partió a las seis de la mañana, después de todo. Bueno, al menos eso fue lo que le dijo.

Miro a su lado en la cama, a la mujer que complementaba su vida. Apoyando su cabeza en su pecho, estaba Rei, quien dormía pacíficamente. Izuku no podía evitar sentirse como una de las personas más afortunadas del mundo.

Es cierto que su vida no fue la mejor, hubo cosas que cometió que a dia de hoy seguían permaneciendo escondidas de todos. Cosas que le hicieron que tuvo que resguardar para la seguridad de otras personas. Pero, todo aquello dejo de importar, dejo de atormentarle, al ver a Rei y su madre. Ambas mujeres eran lo más importante que tenía.

Eran las dos mujeres que complementaban su vida, que le hacían seguir su vida día a día. Apreciaba a sus tíos y su mejor amigo Hitoshi, ellos eran como su familia. Pero su mayor importancia era, su madre y Rei.

-Buenos días Izu...

Murmuro Rei, quien se acomodo sobre el pecoso, acostándose sobre él. Enterrando su rostro en su cuello, sintiendo como él le rodeaba la cintura con sus brazos.

-Buenos días Rei, ¿Dormiste bien?

-Dormí mejor que nunca, realmente dormir contigo en una cama matrimonial es mucho más cómodo...

El peliverde negó un poco con su cabeza, viendo como Rei se acomodaba sobre él, viéndole a los ojos.

-Se que lo digo muy a menudo, pero, realmente eres hermosa.

Ella solo se sonrojo un poco, para luego darle un beso en la mejilla.

-Dilo de nuevo.

Comento, con una sonrisa juguetona.

-Eres hermosa.

Como respuesta, lo beso un poco más cerca de los labios.

-De nuevo.

-Eres hermosa.

Volvió a besarlo, cerca de la comisura de sus labios.

-De nuevo.

Eres hermosa.

Lo beso en la comisura de sus labios, sabiendo que estaba impacientando a Izuku. Pero no podía evitarlo, este tipo de juegos entre ambos siempre le hacia sentir increíble. Realmente el amor real, con el que había un clic especial, realmente fue algo hermoso para Rei. Y, además de eso, no podía evitar pensar que podría empezar de nuevo. Tal vez, podría empezar de nuevo. Dar nueva cuenta a su vida. Aun se seguía preguntado qué pasaría si se reencontraba con sus hijos. Ella no seria ingrata, si la necesitaban, estaría para ellos. Sin embargo, ella quería empezar de nuevo completamente. Lo que ella tenia en mente, y realmente quería, era despedirse correctamente de sus hijos. Hablarles, disculparse, y pedirles que también comenzasen de nuevo sus vidas. Eran jóvenes, podían hacerlo. Podían empezar nuevamente sus vidas. En especial su hijo menor, Shoto Todoroki. Ella apenas tuviese la oportunidad, se disculparía con él. Quería realmente el perdón de su hijo menor. Era algo que hoy en dia la seguía carcomiendo.

-Dilo de nuevo...

Susurro de una manera levemente sensual, viendo el leve rubor en las mejillas del oji esmeralda, haciendo que sus pecas se resaltasen aún más.

-Eres hermosa...

Rei junto sus labios con los de Izuku, comenzando un beso amoroso, el cual de a poco fue subiendo el tono. La peli blanca presiono su lengua con el labio inferior del pecoso, quien, captando el mensaje, abrió su boca. Su lengua comenzó una pelea con la de la chica sobre él, la sensación les encanto a ambos. Había algo en los labios del otro, que hacía que no podían evitar querer seguir con aquel beso, no querían separase. Ambos se separaron, tomando aire, para en menos de dos segundos volver a besarse de la misma manera. Izuku, metió sus manos debajo de la camiseta de Rei. Acariciando su espalda, sintiendo lo suave y fría, pero cálida de la misma.

Mis llamas no te lastimaran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora