Cálido

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Observo el cielo, el viendo movía su cabellera verde. A su lado, una mujer peli blanca se hallaba recostada en su hombro. Ambos comían pocky de fresa, mientras apoyaban sus espaldas en la reja detrás de ellos.

- ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que nos conocimos?

El chico de ojos esmeraldas, le pregunto a su compañera, quien tenia una cálida sonrisa en su rostro. Ambos se vieron, sus sonrisas chocando entre sí. Pese a ser más alta, ella se las arregló para acurrucarse en su pecho.

-Ya han transcurrido cuatro años...

Asi es, cuatro años han transcurrido desde que Izuku y Rei se conocieron, y no cabe decir, que muchas cosas cambiaron en aquellos años. Una de ellas, era que nuestro querido brócoli, ahora era un chico de once años. Rei, alcanzo sus treinta y siete años. Durante aquel tiempo, la vida de ambos había mejorado, aunque Izuku tenia sus propios secretos. La realidad, era que Izuku era intimidado constantemente, no tenia amigos aparte de Hitoshi, todos lo criticaban o similar. Más de una vez se había metido en pleitos en la academia debido a esto, ya que se supo que su singularidad era muy similar a un antiguo villano. Esto, ocasionó incluso el repudio de sus maestros, los insultos de sus compañeros, el rechazo. Sin embargo, Hitoshi había pasado por una situación similar, diciéndole villano y que sus singularidades eran completamente inútiles. Y, claramente, ambos le patearon al trasero a todos aquellos que les hicieron daño. Pero de nada servía, a ambos le llamaron fenómenos, villanos. Simplemente, iban a veces demasiado lejos. De hecho, una vez, quisieron meterse con las madres de ambos. Izuku casi calcina por completo la mano de un de sus compañeros. Ambos, tanto Hitoshi como Izuku, habían aprovechado que los niños los habían seguido al bosque. Hitoshi borro sus quirks, e Izuku les quemo usando sus llamas a una temperatura realmente baja. Lo suficiente como para dejarles un fuerte ardor y una que otra quemadura. Pero se descontrolo, ya que se habían dicho que su madre era una puta. Y de no ser por Hitoshi, les hubiera dejado en muy mal estado. Sin embargo, dejando aquello de lado, en realidad aquellos años habían sido realmente favorables para ambos.

-Je, realmente ha pasado el tiempo, además has avanzado bastante en tu recuperación. Quien sabe, tal vez en unos años por fin te dejen ir de aquí. Nos faltan pocas situaciones por arreglar, después de todo...

-Tienes razón, hay tres cosas que debo solucionar, y por fin podre irme en paz de este lugar.

Comento la mujer, viendo de reojo al chico sobre quien se hallaba arrecostada.

-Rei, ¿prometes que confiaras en mí?

Preguntó, viendo a la mujer peli blanca.

-Lo hago, pero, ¿Por qué me preguntas esto?...

Ante sus palabras, el adolescente se levantó, y se sento frente a Rei.

-No se si lo recuerdas, pero, jamás te platique sobre mi singularidad.... Y se debo a esto...

Tras aquellas palabras, de la palma de su mano, una llama verde se formó. Por instinto, Rei se alejó, el miedo inundando sus ojos. Quiso levantarse, salir corriendo, escapar de esas llamas. Pero cuando estaba por levantarse e irse de ahí, un par de brazos la rodearon.

-Calma, Rei, soy yo. Mis llamas van a hacerte sentir dolor, sino calidez. Por favor, confía en mí. Soy Izuku, tu mejor amigo, un mejor amigo que no te lastimara. ¿Puedes confiar en mí?

Rei, quien no había parado de retorcerse entre los brazos del adolescente, se logro relajar. Él tenía razón, Izuku no era Endeavor, Izuku era un pequeñín que en los últimos cuatro años se había vuelto su mejor amigo.

-D-de acuerdo, s-solo, ten cui-cuidado...

-De acuerdo, solo quiero demostrarte, que el fuego, no es solo destrucción. Llevo años buscando la mejor manera de demostrarte que el fuego no es solo destrucción, y creo que la encontré.

Mis llamas no te lastimaran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora