Travesura Realizada

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El cuerpo de Juliana sentía algo tan conocido, un calor que era completamente inolvidable, no quería abrir los ojos, no quería despertar de aquel sueño tan recurrente, no quería volver a tener 28, quería permanecer con esos magníficos 17 años en donde si bien todo no era de colores podía estar con la persona que amaba, con aquella rubia de ojos azules que le robaba la respiración, con aquella Valentina de 17 años que era tan inocente, tan dulce y cariñosa, aquella Valentina con la que había atravesado miles de obstáculos pero siempre tenían el mismo final y ese final las incluían a las dos juntas, juntas exceptuando la última vez que la vio, aquella noche de septiembre, aquella noche que cambió su vida de la peor manera posible. 

Juliana abrió sus ojos parpadeó un par de veces antes de darse cuenta de que esa no era su habitación, que aquella enorme Doberman acostada al lado de sus piernas no era lana, que esa cama no era la de ella y que definitivamente aquellos brazos que la rodeaban tan cálidamente no eran los de Sonia.

Giro su rostro y pudo apreciar a Valentina que dormía plácidamente sobre su pecho, su respiración era calmada, su semblante tranquilo, la aprecio por unos momentos pero sabía que eso estaba mal, no tendría que haberse quedado dormida, ni siquiera debía haber aceptado acostarse a su lado en un principio. No quería despertarla pero tampoco quería irse sin despedirse, así que solo le acarició suavemente la mejilla hasta que la rubia poco a poco fue abriendo los ojos.

- Me quede dormida, debo irme.- susurro y Valentina sonrió y suspiro alejándose de ella.

- Lo siento, no quería que te quedaras dormida.- mintió – gracias por quedarte conmigo, Juliana.

- Claro. Descansa. – Juliana se inclino y beso su frente, Valentina cerró sus ojos sintiendo el contacto de los labios de Juliana sobre su piel.

- ¿Me avisas cuando llegues? – Juliana abrió su boca para dar una negativa pero terminó asintiendo con la cabeza.- Cuídate.

- Tú también.

Juliana camino hacia la puerta acompañada por sparky, quien se sentó a su lado para que la saludara antes de irse, la morena sonrió y le acarició la cabeza, observó como la pequeña luego de ese gesto volvió rápidamente hacia la habitación de Valentina, por lo menos Juliana, sabía que Valentina iba a estar muy bien cuidada. Cruzar esa puerta en esos momentos fue una de las cosas más difíciles de hacer, la mitad de su cuerpo, aquella mitad donde su corazón mandaba se quería quedar, quería volver a entrar y acurrucarse otra vez al lado de Valentina, mientras que la otra parte, aquella donde su cerebro era el que mandaba le decía que se vaya, que salga lo más rápido de allí, había alguien que la estaba esperando en casa y seguramente quiera escuchar explicaciones de porqué no regresó a casa antes. 

*******

Juliana estaciono el auto en el estacionamiento del edificio donde vivía, miro la hora una vez más, eran las once de la noche, desde hace varias horas que debía haber llegado a su casa. Sonia había desistido de enviarle mensajes luego de que la morena no le respondió, sabía muy bien que si no contestaba era por algún motivo, lo que a la morena le aterraba era que su prometida la hubiera ido a buscar. Antes de salir del auto le envió un mensaje a Valentina.

Juliana: Ya llegue a mi casa. Descansa y trata de no levantarte de la cama.

Valentina: Perfecto, sana y salva. Gracias por cuidarme Juliana.

La morena leyó ese mensaje y una sonrisa se le dibujó en el rostro. Tomo todas sus cosas y bajó del auto. Juliana sentía que su cerebro estaba a punto de explotarle, se sentía cansada, muy cansada pero no físicamente, sino mentalmente, su cerebro no dejaba de pensar ni siquiera cuando dormía. Sentía la necesidad de desconectarse del mundo, deseaba hacerlo, solo debía encontrar el momento justo e indicado.

¿Ya es demasiado tarde? I Juliantina Adaptación I TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora