PASO A PASO (CONOCIENDO A MARCO Y ARTURO)

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HOLA ANTES DE PONERME A ESCRIBIR DEBO DECIR QUE VOY A INTRODUCIR DOS NUEVOS PERSONAJES, MARCO Y ARTURO, Y QUE VEREMOS COMO ARTURO REDACTARA EN PRIMERA PERSONA PARA QUE VEAMOS SU PUNTO DE VISTA, TRANQUILOS, SABREIS QUIEN HABLA EN TODO MOMENTO, AHORA VAMOS CON ESTA PARTE DE LA HISTORIA. 

Me levante cuando el sol me estaba dando directamente en la cara, toque la cama y note que estaba solo, abrí los ojos completamente y vi que Fabian no estaba me espante la verdad, ¿y si solo había sido un polvo y nada más? Pero entonces lo olí, olía a...

-¿Son tortitas? 

Salí de la habitación mientras me ponía una camisa cuando vi salir de la cocina a Fabian, llevaba puesto mi ropa, me reí, le quedaba algo ajustada y corta. 

-Lo sé, estoy ridículo pero es que no me iba a poner la ropa de anoche, demasiado incómoda para la mañana, te iba a despertar ahora, he echo tortitas y café ¿Cómo lo tomas? 

No sabía que decir, no esperaba esto y menos que me hiciera el desayuno, Fabian se acerco a mí, cogió mi barbilla y la alzo para poner un beso delicado en mis labios.

-Oye, soy real, estoy aquí. 

-¿No estoy soñando? -Fabian se rio y sin que me lo esperara me dio un pellizco en el culo yo salté del susto y el rio aun más -Oye no tiene gracia. 

-Es para que veas que no es un sueño, estoy aquí y si me lo permites no me voy a ir a ningún lado. 

-No nos conocemos de nada Fabian. 

-Para eso están las palabras para usarlas, ven ¿Cómo te tomas el café? 

-Con leche, más leche que café y sacarina. 

-Bien, ahora sé como quieres el café, es un avance. 

Me reí, eso era muy cierto. Fabian puso las cosas en la pequeña mesa que tenía al lado del sofá y me dio el café, mire las tortillas tenían una pinta genial. 

-Bien, ¿quieres probarlas? 

-Sí. 

Corto un pequeño trozo y me lo dio, cuando lo mordí me sorprendí, estaba genial, muy esponjoso y suave. 

-Vaya, ¿Dónde aprendiste hacer esto?

-Soy cuidador en una guardería, bueno soy profesor más bien, y  cuando mis niños se portan bien hacemos tortitas. 

-¿Eres profesor?

-Sí, mi madre es la dueña, aunque estoy algo enchufado pero es el mejor trabajo del mundo, me encanta. 

-Vaya, yo también quería ser profesor pero no termine mis estudios, opte por trabajar y seguir adelante. 

-Siento oír eso pero nunca es tarde, ¿porqué no terminas tus estudios? 

-No, tengo que trabajar. 

-Puedo ayudarte a estudiar, soy un gran profesor. 

Me reí, ¿Cómo se podía ser tan bueno? Toque su cara con un pequeño toque, después me acerque a él y bese sus labios.

-Prometo pensarlo ¿vale?

-Vale, oye tengo que irme porque mi madre me necesita para algo pero no me ha dicho que, aunque lo hace siempre. 

-Claro, no te preocupes, creo que iré a caminar un rato. 

-¿Estás para caminar? 

-Me duele pero puedo sobrevivir, y no me preguntes esas cosas. 

Entre tus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora