Una canción para ti

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Cuando entramos el local estaba lleno, pero por suerte divise una mesa al fondo, cogí la mano de Sara para pasar entre la gente, al llegar nos sentamos, el sonido de la gente me hacía no poder oír bien a Sara, odiaba los ruidos, los espacios cerrados y la multitud, aunque no se notará porque trabajaba en un bar el cual se llenaba incluso más que este.

—¿Me estás oyendo?-mire a Sara, negué con la cabeza - Oye ¿Estas bien? Desde que entramos estás raro.

Mi mente vago hasta aquellos ojos que no me quitaba de la cabeza, mierda, pero ¿Que me pasaba?

—Si, perdona estoy bien, ¿Que me decías ?
—Decía que hay un escenario, parece ser que va a ver actuación.

Sonreí pero cuando mire sus ojos, negué con fuerza, ella se indigno poniendo sus manos en sus caderas.

—Pero si no he dicho nada.
—Sè lo que estás pensando, no voy a cantar.
—Vamos, tienes una voz increíble, la humanidad merece escucharla, o me vas a decir que no has usado la táctica de cantarle a una mujer para llevártela a la cama, ¿Eh?

Me reí, bueno es cierto que había usado esa estrategia para acostarme con alguna mujer, pero era cierto, no solía cantar no es porque no me gustará, pero me recordaba a mi madre y eso me hacía daño, bueno todo el tema de mi madre me hacía daño.

—Ese es otro tema, la cuestión es que no voy a cantar, ni de coña.
—Buenas noches a todos -fue como una llamada de sirena, esa voz me calo hasta lo más profundo del alma, era raro, porque era una voz masculina, y cuando me gire y vi que era aquel chico, me maldije a mi mismo, porque me puse duro, si, yo, un heterosexual, se acababa de poner duro solamente por su voz -¿Me prestáis un poco de atención?
—Madre mía, que bueno que está, ¿Crees que querrá acompañarme esta noche a mi casa?

Me reí con ese comentario, pero mi mirada aún seguía en el, vi esa chaqueta de cuero que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, pantalones apretados lo que me hizo mirar su culo, perfecto, redondo y seguramente esponjoso, mi mente vago por sueños eróticos con ese trasero.

—Buenas noches a todos, mi nombre es Fabián, y voy a tocar una canción - así que ese era su nombre -asi que me gustaría que alguien se animará a cantar conmigo, no importa si canta mal o bien, ¿Alguien se anima?

Creo que Fabián no había acabado la frase, cuando note la mano de Sara sobre la mía, y senti que la alzaba para arriba, como consecuencia todos los ojos de aquel bar se pusieron en mi, eso era perfecto para mi seguridad.

—Tenemos un voluntario, ¿Quieres subir?

Sara empezó a aplaudir así que la gente la siguió, suspiré y me levanté, camine al escenario cuando mis ojos se encontraron con los de el, vi una pequeña mota verde en sus ojos marrones, yo era alto, pero aún así el podría sacarme con un cabeza y media, y eso me hizo sentir pequeño y vulnerable a sus ojos.

—Nos volvemos a encontrar precioso.

¿Recordaba que nos habíamos visto? ¿Acababa de llamarme precioso? ¿Y porque tenía una sonrisa tonta en mi cara?

—¿Cantamos? -Me salió demasiado serio pero no podía ponerme como una quinceañera a dar saltitos de alegría porque me había echo un piropo- ¿Por favor?

Fabián me dedico una sonrisa, que me hizo ver sus perfectos dientes blancos, esos labios rosas y finos, mi mente me volvió a jugar una mala pasada, imaginarme mordiendo esos labios, hizo que tragara duro. Nos sentamos en dos sillas que había, y vi que cogía una guitarra, como no, tenía que ser perfecto.
Cuando comenzó a tocar, y escuche esa melodía, no pude evitar sonreír, mi madre me cantaba esa canción cuando quería calmarme, las veces que me enfadaba con mi hermano, comencé a cantar, vi como Fabián se giro a mirarme, volvió a sonreír, y se unió a la canción, no se explicar su voz, pero digamos que la escucharía toda la puta vida. Cuando se acabó, la gente se levantó a aplaudir, mire a Fabián, por unos segundos me olvidé de la gente y solo existio su mirada, pero la voz de Sara me saco de ese bucle, me levanté y baje del escenario, Sara se acercó y me abrazó.

—Lo siento, pero tenía que hacerlo, has estado genial.
—No es para tanto.
—Hazle caso a tu novia, has cantado muy bien.

Me gire para mirar a Fabián, le sonreí, pero la quite de momento.

—Tu también lo has echo bien, me llamo Sara.
—Fabian, aunque ya lo he dicho antes.
—¿Porque no te sientas con nosotros?

Mire a Sara, sabía que quería tirarselo, pero ¿Porque tenía que sufrir yo las consecuencias?

—¿Te parece bien? -vi que me lo decía mi, suspiré y asentí -Entonces vale.

La verdad es que la noche fue muy divertida, Fabián era un hombre con miles de historias, y todas graciosas, pero veía las intenciones de Sara, así que tenía que desaparecer y darles espacio.

—Chicos tengo que irme, mañana quiero levantarme temprano.
—¿Vas a...

Solo asentí, Sara no termino la frase, pero nos entendimos con la mirada, mire a Fabián que no entendía nada, me despedí y salí del bar, no había traído el coche así que me dirigí a la parada del taxi.

—Precioso.

Me gire al escuchar !a voz de Fabián, pero ¿Que hacia aquí?

—¿Donde está Sara?
—La he dejado con el dueño, tranquilo es de confianza.
—Pero...
—Querias dejarnos solos, pero debo decirte que no me interesa tu amiga.
—¿Porque no?
—Porque solo he estado pensando en como besar a su amigo sin que me lleve un buen golpe.

De repente, se acercó a mí y me cogió de la cintura, provocando que soltara un gemido al rozarse nuestras entrepiernas, mierda, eso no era bueno, su boca su paseo por mi cuello, haciendo que se me pusieran los pelos en punta, me di cuenta de que estábamos en mitad de la calle, pero a él no le importaba nada.

—Llevo toda la noche, deseando probar tu piel, y morder esos labios que me están volviendo loco, así que dime, ¿Me pegarás si te beso?

Alce la vista para mirarlo, ¿Y ahora que hacía yo?

SEGUNDO CAPITULO, GRACIAS A TODOS POR LEERLO, ESPERO QUE SE AÑADA MAS GENTE A ESTÁ HISTORIA.
ESTA ES LA CANCIÓN QUE ADRIEL Y FABIAN CANTAN.

Entre tus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora