NO PARES

23 1 0
                                    

No sabía cuánto tiempo se estuve mirandolo, pero me parecieron horas.

—¿Y bien? ¿Que respondes?
—No soy gay Fabián.
—¿Quién dice que yo lo sea?

Lo mire alucinado, ¿Realmente me estaba pidiendo que lo besara, y no era gay?

—No te entiendo.
—Es simple, me atraes de una manera que nunca me ha pasado con una mujer, realmente quiero besarte, bueno -paso sus labios por mi cuello, gemí sin poder frenarlo, no iba a mentir, esos roces me hacian querer más, mucho más.

—No voy a dejar que me la metas por el culo Fabián, estas loco si piensas que voy a permitirte eso, no estoy tan borracho.
—Bien, entonces te dejo que lo hagas tú.
—¿Que?
—Ya sabes a lo que me refiero.

Iba a responder pero si móvil comenzó a sonar, soltandome y alejándose, sentí frío, quería volver a esos brazos, a ese calor. Pasaron unos minutos cuando volvió, pero veía soltando maldiciones por su boca, me reí.

—Oye, que vas a ir al infierno por esa boca sucia que tienes.
—Mi madre solía decirme que si decía palabras feas vendría el hombre del saco a por mí.
—¿Que pasa?
—Es mi amigo, bueno mi mejor amigo, a veces dejo que se lleve a chicas a mi apartamento, porque es un ático y bueno le suelta una perrafada de tonterías que ni voy a contarlas, pero siempre me avisa con anticipación, pero ahora me encuentro sin casa, a veces pienso que debí ahogarlo cuando éramos pequeños.

Lo mire con horror pero el solo se rió, no entendía nada.

—Tranquilo, era broma, nos conocemos desde bebés, ya te contaré la historia otro día, te acompaño a buscar un taxi.

Cogió mi mano y caminamos en silencio, no entendí como de querer empotrarme ahora pasaba a querer despedirse de mi sin más, este hombre me descolocada.
Al llegar a la parada de taxis, Fabián paro uno y me abrió la puerta.

—Bueno, me ha encantado conocerte Adriel, espero que nos volvamos a encontrar.

Lo mire por unos segundos, iba a entrar en el taxi cuando mi cuerpo se movió solo, cogió la mano de Fabián, estire de él provocando que nuestros cuerpos chocaran.

—Si -Fabian me miró sin entender nada, sonreí -vamos a mi casa.

Fabián sonrío y nos metimos en el taxi, le dije la dirección al taxista y arranco alejándose de allí. No dijimos nada durante el camino, estaba nervioso nunca había echo nada con un hombre, no sabía que hacer, ni como satisfacerlo, ¿Cómo iba ha empezar todo esto?
Al llegar, cogí de la mano de Fabián y lo conduje hasta el portal, cuando cerré, sentí sus labios en mi cuello, repartiendo pequeños besos que se convertían en fuego en mi piel, solté un gran suspiro.

—No sigas o no voy a poder darle al botón del ascensor.
—Es que muero por besarte en todos lados.

Me reí mientras entramos en el ascensor, pulse el número 3 cuando las puertas se cerraron, Fabián me puso contra la pared, se acercó a mí tanto que pensé de iba a besarme pero se quedó a pocos milímetros, sentí su respiración, olía a alcohol y humo, y eso me excitó de una manera que nunca me había pasado.
Cuando las puertas se abrieron abrí con dificultad porque Fabián no paraba de besarme por todos lados, al entrar en mi piso, me cogió sin ningún esfuerzo y me tumbo en el sofá.

—¿Vas a besarme de una vez?
—Estoy esperando tu...

No lo deje terminar, me acerque a sus labios y los ataque, note que su barba estaba creciendo, porque sentí pequeños pinchazos en mis labios pero no me importo, sus labios eran suaves, era cierto que no era como besar a una mujer, pero me gustó, era excitante, note que quería meter su lengua en mi boca así que lo permiti, investigo cada parte de mi boca a su antojo, hasta que abandonó mis labios para bajar hasta mi cuello, seguramente dejaría marcas pero ese momento me importaba poco.

—Dejame desnudarte.

Asentí y me alce un poco para que me quitara la camisa, se quedó mirando mi pecho, y vi como se relamía los labios, una sonrisa pícara se dibujó en mi boca.

—¿Te gusta lo que ves?
—Como no tienes ni idea.
—Qitate la camisa tú, quiero verte.

Siguió mi orden, quitandosela, su pecho estaba tapado por vello negro, no vientre era plano, y sin poder resistirme lo acaricie con mis dedos, sentí que gemia y eso me hizo sonreír.

—¿Puedo seguir desnudandote?

Asentí y siguió con el botón de mi pantalón que quito con un rápido movimiento, quedándome en ropa interior, vi como se agachaba y rozaba su boca en mi entrepierna ya hinchada por toda esta situación, vi que me miraba, tal vez buscando aprobación para quitar la última prenda, asentí sin hablar, Fabián metió sus dedos en mi calzoncillos y los bajo lentamente, dejándome como Dios me trajo al mundo, nunca había estado expuesto así delante de un hombre, así que mi excitación se mezclaba con nervios.

—Perdon por adelantado, no sé si lo haré bien.

No lo entendí hasta que cogió mi excitación y se la metió en la boca, eche mi cabeza hacia atrás y ahogue un gemido, al principio le costó coger el ritmo pero al cabo de unos minutos empecé a encontrarme con el orgasmo muy cerca, cogí su cabeza para intensificar esa sensación de placer, grite porque ya no podía callarme.

—Me voy a correr Fabián, si no paras voy a...

No pude decir nada más me corrí de una manera bestial, estuve varios minutos recuperando el aliento, mientras Fabián se limpiaba.

—Lo siento.
—No hagas eso, se lo que pasa cuando no puedes controlarlo, he querido hacerlo.
—¿Y si vamos al dormitorio?

Fabián sonrío y me cogió en brazos pero en ese momento sono mi móvil, el tono me alarmó, Fabián me soltó y yo aún desnudo, cogí el teléfono.

—Vanesa.
—Hola Adriel, es tu madre, ha intentado suicidarse.

Mi móvil se calló de mis manos, ¿Como había pasado de tener un orgasmo a esto?

SIGUIENTE CAPÍTULO ESPERO QUE OS GUSTE ☺️

Entre tus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora