III.- Nico

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Capítulo III 

Nico

Luego de ver cómo Percy desaparecía entre los árboles, decidí que necesitaba tranquilidad. 

Los últimos meses habían sido... activos, por así decirlo.

Me senté en la sombra de un árbol, a orillas del lago. 

El clima era algo caluroso, pero agradable igualmente; había aprendido a amar el día. 

Sonreí ante el doble sentido de la frase, y mis pensamientos se dirigieron a Will.

Desde que los hermanos Stoll divulgaron nuestro secreto, todo ha sido más tranquilo. Todos aceptaron nuestra relación y nos apoyaron, a excepción de algunas bromas de parte de los chicos de la cabaña de Hermes y las chicas de la cabaña de Afrodita. 

..

No sé en qué momento logré quedarme dormido, pero desperté en el otro lado de New York. Un chico un poco más alto que yo, de tez oscura y cabello muy corto y rizado, estaba mirándome. Su vestimenta era rara... ¿Algodón? Lino, tal vez, no estoy seguro. 

Sus rasgos eran amigables, aunque en este momento sus facciones demostraban preocupación. 

—Tenemos problemas. 

A su lado, había una chica un poco menor, muy linda; cabello rubio y corto. 

—¿Carter? ¿No se parece a...? —frunció el ceño. 

Antes de que pudiera responder, escuché una voz que me llamaba. 

...

Abrí los ojos, y lo primero que vi fueron unos profundos ojos azules. 

—¿Will?

—Hey, tengo una idea, ven conmigo. 

Se veía cansado. Debajo de sus hermosos ojos, se encontraban bolsas oscuras; no había descansado lo suficiente últimamente. 

—¿Y si mejor vamos a descansar? —sugerí, con una sonrisa de lado. 

Me costaba sonreír, sí. Pero ver a Will tambaleándose de un lado al otro... Vale, no pueden culparme. 

—¿Tú y yo en una cama, Di Angelo? No creo poder descansar —respondió, devolviéndome una cansada sonrisa. 

Tomé su mano y lo guié a la cabaña de Hades, el único lugar donde podíamos permitirnos un poco de privacidad. 

...

A penas Will tocó la cama, cayó rendido. Estaba dispuesto a acostarme con él, pero empecé a sentir... uh, no sé cómo describirlo. Lo más cercano es oscuridad. 

Sí, oscuridad, desolación, soledad... Había aprendido a familiarizarme con esos calificativos. 

Salí de la cabaña, tratando de acercarme a la fuente de todo. 

Llegué a la frontera del Campamento, y vi a un chico tendido en el cesped, herido e inconciente. 

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¿Por qué no un cap más?

Me siento generosa^^ 

Respiren y exhalen. 

Buena vibra, 

—Nikky y Fer.

¿Qué piensas hacer? [II Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora