Arrepentimientos

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Me arrepiento,
me arrepiento de varias cosas,

como no poder seguir hablando contigo,
seguir jugar a las cartas en el living.

Me arrepiento de no poder abrazarte,
en los días y noches como salíamos hacer,
verte despertar a mi lado,
ver tu sonrisa cada mañana llena de dulzura.

Me arrepiento de una sola cosa,
una cosa que jamás creí poder lamentar,
porque jamás creí que llegaría a ser así.

Me arrepiento de haberte dejado ir,
de no haber sido lo suficientemente valiente.
Lo suficientemente valiente para decirte
que te amaba, y aún lo hago.

— — — — —

Era una noche fría y solitaria cuando Atsumu empezó a despertarse en la cama de su departamento, notando la ausencia del contrario al extender su mano en un intento fallido de buscar su calor. Sakusa no estaba en la cama, así que el rubio empezó lentamente a incorporarse para fijarse la hora en su reloj.

3:47 AM.

Atsumu dejó escapar un suspiro desde lo más profundo de su garganta. Uno pesado y denso, buscando una explicación coherente a sus mil y un preguntas que daban vuelta en su cabeza.

Se levantó y se dirigió a la cocina observando todos los objetos que tenía guardados en los pasillos y sobre los muebles en el camino de idea, y sin notarlo una leve sonrisa se le escapó de los labios. Habían sido muy lindos recuerdos aquellos, él se sentía feliz al recordarlos.

Una sensación cálida y reconfortante invadió su pecho.

Él suspiró y dijo para sí mismo—Bueno, él vendrá al amanecer.

Una vez en la cocina buscó las cosas necesarias para prepararse un café con leche, con algunas tostadas como un pequeño aporte a su estómago, ya que se había ido a dormir sin cenar. Tampoco tenía muchas ganas en ese momento, así que no le dió muchas vueltas al asunto.
Ya sentando en la mesa del comedor, con sus tostadas y café calientes, procedió a untar mermelada sobre las tostadas para darles algo más de sabor. Combinadas con el café con leche recién hecho, aún emitiendo vapor, era un perfecto refrigerio nocturno para la barriga del Miya.

Miya soltó un corto y rápido suspiro después de tragar la tostada—Qué buenas tostadas, hace rato no comía.

Mientras él disfrutaba de su pequeña escapada nocturna a la cocina oyó la cerradura de la puerta abrirse, dando aviso a que alguien había entrado al departamento. Siguiendo el sonido con la mirada, notó una figura familiar entrando por la puerta para luego cerrarla cuidadosamente a sus espaldas.

Atsumu sonríe—¡Omi-kun, llegaste!

Saluda lo mira sorprendido, pero no deja que su inesperado recibimiento lo haga notar. Pero Atsumu no es tonto.

—¿Te sorprendí verdad, Omi-kun? —sonríe para luego echarse a reír ligeramente—. ¿Dónde has estado hasta estas horas?

Ahora apoyado sobre la palma de su mano con el brazo sobre la mesa, Atsumu eleva su mirada hacia el reloj de pared que estaba en la pared del living.

4:13 AM.

¿Qué le estuvo llevando tanto tiempo a Sakusa a altas horas de la noche?

SakuAtsu | OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora