SakuAtsu | OneShots

Amigo De Papá

Papá es alguien solitario,
siempre sonríe para mí
pero nunca le sonríe a nadie más.

Quiero encontrar a alguien
a quién papá también le sonría,
pero no podré sola.

Una estrella fugaz es todo lo que necesito,
para poder se capaz de encontrar
alguien a quien papá le sonría también.

— — — — —

Sakusa Kiyoko era una niña de 8 años de edad, bastante inteligente y avanzada en su clase además de los hermosos modales que la gente solía destacar en ella. Después de todo era la hija del Sr. Sakusa, un abogado con gran y buena reputación en la localidad de Tokio; pero claro que todo no era color de rosas, habiendo gente envidiosa que quería tirar a la joven Kiyoko abajo, recalcando que ella no era más que una niña con suerte al haber sido adoptada por el Sr. Sakusa.

“Tch, simplemente tuvo suerte”, era una de las frases que más se repetían en el instituto al cual ella asistía, viniendo de las niñas y niños de todas las clases que habían en ese edificio. La azabache ya estaba acostumbrada a estos comentarios, claro que no le gustaban en lo más mínimo, ¿Pero qué iba a hacer? Nada que ella hiciera iba a producir algún cambio en sus pensamientos o acciones. Así que solo los dejó ser.

—Cariño, hora de ir a la escuela.

Kiyoko volteó su cabeza mirando ahora a su padre adoptivo, ella era consciente que era adoptada ya que Sakusa se lo dijo desde temprana edad, además que recuerdas varios momentos de su estadía en su antiguo orfanato, pero a ella jamás le molestó o le dolió este hecho. En cambio, siempre que puede o se da la ocasión suele agradecerle por haberla elegido entre todos los demás niños que vivían en aquel edificio, con la esperanza de algún día ser tan afortunados cómo ella.

—Sí, papá.

Se alistó y preparó su mochila, metiendo todos los libros y útiles necesarios para ese día en particular. Se dirigió a la cocina y le depositó un beso en la mejilla a su padre, para después dejar la casa e irse caminando hasta su escuela. En eso ella piensa, mientras camina observando el paisaje a su alrededor, que papá necesita a alguien más en su vida, alguien que le haga compañía.

¿Pero quién podría ser ese alguien? Había muchas personas allí fuera esperando a tener, aunque sea por tan solo un segundo, la atención del Sr. Sakusa. Kiyoko debía de pensar mucho para poder llevar a cabo su plan para ayudar a su padre, ya que ella no quería que él estuviera solo. Solo una persona más, no importaba quién mientras hiciera a papá feliz, eso sería suficiente.

Pero un día, mientras ella estaba visitando a su padre en el trabajo, ya que no tenía clases ese día, fue cuando lo vió.

—¡Sr. Omi-Omi!

Observó como su padre se volteó hacia la persona que caminaba hacia él, con una cara cansada y algo molesta. Supuso que por el apodo que le dijo, ya que nunca había escuchado a nadie más, además del tío Komori, de llamar a su padre por algún apodo.

—Miya, estamos en el trabajo. Por favor.

No parecía irritado, es decir, claro que lo estaba por ese raro apodo que le dijo el otro joven, pero no de una mala manera. La hija de Sakusa observaba desde la distancia como aquel señor alto de cabellos rubios teñidos y ojos avellana sonreía ampliamente mientras hablaba con su padre. No parecía querer nada de él, simplemente una charla entre... ¿Amigos? Si es que podía decirse así, jamás lo había visto antes.