Magia Para Ti

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Podría pasar todas la noches,
todas las mañanas,
y atardeceres si es necesario,
haciendo magia para y por ti.

Incluso si es el mismo hechizo,
incluso si es lo único que quieres ver.
Pasaré mi vida haciendo magia,
porque eres tú a quien se la decido.

Solo si eso implica poder ser capaz
de ver tu sonrisa una vez más.

— — — — —

La copa de los árboles se mecian de lado a lado sutilmente siguiendo el compás de la tenue brisa que soplaba en las alturas. La luz de la luna dorada iluminaba el pequeño sendero por el cual, el hijo más joven de la familia Sakusa se hallaba caminando, volviendo de su lección extra de hechicería de su escuela prestigiosa para hechiceros.

Los rizos sobre su cabeza bailaban con el suave viento que golpeaba su cara, notando que cada vez se atrasaba más y más para llegar a su casa y finalmente estar con su familia. Había empezado hace 6 meses en la escuela de hechicería, a la cual habían asistido tanto sus padres cuando eran niños, y a la que asistían ahora mismo su hermano y hermana mayor.

Todos sus familiares más viejos habían asistido a esa escuela, además de todos provenir de un linaje directo del mundo de la hechicería, siendo el un hechicero de sangre pura de pies a cabeza. Aunque había notado que su hermana quizá se hubiera enamorado de un joven mortal que se había encontrado una vez por accidente en su camino a la escuela.

Kiyoomi soltó un suspiro pesado de sus pulmones ya que le parecía bastante aburrido caminar sin sus hermanos devuelta a casa, aunque jamás lo diría en voz alta frente a ellos ni tampoco sus padres. Pero para un niño de ocho años de edad como él, aunque no fuera muy sociable, si le gustaba la presencia de sus hermanos quienes sí eran sociables y cooperativos con las personas.

Pero él no odiaba al resto de las personas por eso, sino por el hecho de toda la discriminación que había hacia los hechiceros por parte del lado mortal del mundo, y viceversa; los hechiceros y hechiceras odiaban de igual forma a los humanos como lo hacían ellos, era un sentimiento mutuo, por eso a las pocas parejas entre un mortal y un hechicero eran repudiabas por ambos bandos.

—¿Qué hay de diferente entre nosotros? —preguntó el azabache frustrado, sabiendo que a su hermana le podría esperar ese destino en algún futuro.

Agachó su cabeza mirando sus pies moverse hacia delante y hacia atrás, con el ceño levemente fruncido formando una mueca de desagrado ante el hecho del notable odio entre humanos y hechiceros.

Pero no tuvo mucho tiempo para pensar en eso ya que escuchó el llanto de alguien a la distancia. Kiyoomi alzó su mirada buscando con sus ojos negros al causante de ese sonido, pero era en vano porque la cantidad de árboles que había en esa área era mucho y la poca visibilidad de la noche tampoco lo favorecía.

Así que decidió relajarse y confiar en su audición para hallar la dirección en la que venía el llanto, notando en el proceso que era de un niño al igual que él; quizá incluso de su misma edad, asi que una vez encontró lo que parecía ser el camino hacia aquel niño, empezó a mover sus pies en esa dirección, escuchándolo cada vez más fuerte.

—Tsk, qué chillón. —Ahora el llanto se volvía más agudo e irritaba los oídos del azabache, pero ya estando tan cerca no se iba a volver al sendero para irse a casa.

Entonces ahí lo vió, sentado sobre el suave y largo pasto se encontraba el niño del que provenía tal agudo y molesto llanto. Era de cabellos marrones, con lo que parecía ser un uniforme de una escuela humana y la mochila tirada a su lado. Sakusa dudó en acercarse ya que ka relación "humano/hechicero" no era muy bienvenida en su mundo, pero sus padres jamás habían dicho algo de estar en contra o a favor de esta ideología.

SakuAtsu | OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora