Capítulo 1

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Orden de la trilogía:
No te enamores de Ada Gray ✅
El clímax de un millonario ✅
Sedúceme si puedes ✅


CAPÍTULO 1

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CAPÍTULO 1.

Había cosas que tal vez no comprendía o nunca llegaría a comprender. Pero lo que sí sabía con certeza en aquel momento era que, si no lograba reunir algo de dinero esa noche como mesera, aunque fueran solo unos centavos, me iba a quitar la vida. No lo decía como un pensamiento pasajero, sino como una convicción arraigada. Mi desesperación era tan abrumadora que las ganas de vivir se habían desvanecido hace tiempo, y nada parecía capaz de cambiar mi opinión.

Hacía días que no comía como una persona normal. En ese trabajo, no me pagaban lo que correspondía. Apenas ganaba unos treinta dólares al mes, que ya se habían agotado. Solo me quedaba revolver en la basura del restaurante de comida rápida para encontrar algo que calmará mi hambre.

Entre pagar los gastos de un departamento repugnante y tratar de alimentarme, no había solución. Había terminado la escuela secundaria con bajas calificaciones, ya que en ese momento mi prioridad era sobrevivir, no obtener notas excelentes.

No tuve la oportunidad de costear la universidad, ni de conseguir un empleo decente. Había enviado innumerables solicitudes de empleo a diferentes lugares.

Nunca me llamaron.

Conseguí el trabajo de mesera en una tarde de verano, cuando supliqué al dueño que me diera empleo. Llegué al extremo de arrodillarme ante él, buscando desesperadamente un sí que pudiera cambiar mi situación. Walter, el dueño, no era una persona agradable. Era un hombre bajito, calvo y cascarrabias que se aprovechaba de mi necesidad para pagarme apenas unos centavos por las horas extras que trabajaba. Aunque agradecía haber sido contratada, eso no le daba derecho a insultarme cada vez que cometía un error en el trabajo.

Sentía que estaba destinada al fracaso, condenada a morir de hambre y sin esperanzas de un futuro mejor. Había planeado todo para ese día: mi carta de suicidio y el lugar donde me colgaría, usando un cinturón alrededor de mi cuello, en unas tuberías resistentes.

Aunque me embargaba cierta melancolía por lo que estaba pensando, estaba decidida a llevarlo a cabo. Siempre cumplía lo que me proponía. Y sí, ese día me había propuesto poner fin a mi vida. Mientras mi autoestima se desvanecía, Walter se encargaba de pisotearla cuando ya estaba en el suelo, con sus repugnantes zapatos oscuros que a veces pisaban excremento y él no se molestaba en limpiar, permitiendo que se secara rápidamente en sus suelas.

Volviendo a mi desastroso presente, aquel restaurante de comida rápida estaba lleno esa noche, repleto de niños y mi paciencia a punto de no existir ya en mi interior.

Niños malcriados exigiéndole a sus padres que compren combos infantiles que tenían un precio excesivo y que acabarían con su economía. Padres que apuraban a las vendedoras para que se les entregue su pedido, y yo allí, tomando ordenes en las mesas. Aunque me decía a mí misma "disfruta el ultimo maldito día de tu vida" también me decía "rómpele las piernas a la señora que no para de rebajarte con la mirada".

No te enamores de Ada Gray (Libro 1 TRILOGIA EL PECADO DE LOS DIOSES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora