Identicas.

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RESPLANDOR CAPITULO V

El sol se infiltraba por las ramas de aquel árbol, y en una de estas se encontraba un apuesto joven de cabellos plateados, vestido con un extraño atuendo, una Haori rojo a juego con su hakama, era el uniforme que utilizaría para su entrenamiento; esperando la salida de aquella mujer que le había quitado el sueño.Kagome.

Al cabo de aproximadamente diez minutos salió una muchacha de ojos cafés, como el mas de los exquisitos chocolates, vestida de esa forma, tan insoportable para sus ojos; venia acompañada de otra chica que traía en su espalda un enorme boomerang, vestida con un kimono, rosa en la parte de arriba con unas flores que resaltaban, y la parte baja del kimono de color verde. En ese instante Kagome pudo sentir esa mirada sobre ella, así que decidió enfrentarlo.

Kagome: Sango creo que olvidé algo, - mintió- adelántate nos vemos en la tarde.

Sango: Si quieres te esperó Kagome - estuvo a punto de inventar otra excusa cuando escucho la voz de un chico que se acercaba.

Miroku: Señoritas benditos los ojos que las ven - piropeó- Sango ese kimono te va de maravilla- y al observar a Kagome, no pudo evitar su parecido con la ex- novia de su mejor amigo.- Se -señorita Kagome- tartamudeo- ¡pero qué bien se ve!.

Kagome: Gracias Miroku, sabes, eres muy atento, pero creo que deberías enseñarle modales a una persona en especial.

Al escuchar eso InuYasha bajo del árbol como si fuera mono araña y llego al pie de este. InuYasha: ¿Y se puede saber a quién le debe enseñar modales? - dijo mirando a Kagome, a lo que Sango sintió tensión en el ambiente y dijo:

Sango: Sabes Miroku, creó que llegaremos tarde al entrenamiento, ¿te parece si nos vamos?- dijo nerviosa, a lo que Miroku captó la indirecta.

Miroku: Si Sango, tienes razón. Nos vemos muchachos. Diciendo esto se fueron. InuYasha y Kagome solo se veían, esperando a que el otro comenzara a hablar. Kagome decidio dejar la confrontación para después y se dio la media vuelta, cuando por fin escucho la voz del chico.

InuYasha: ¡Oye! - Kagome volteo, y se dio cuenta de que él se había acercado más a ella quedando así frente a frente, podia sentir la calidez de su aliento en su cara, lo que hizo que su corazón latiera a mil por hora y se sonrojara.

Kagome: ¿Dime?- contesto la más natural que pudo.

InuYasha: ¡Quítate eso!- Le dijo con una intensa mirada, Kagome lo miro con desagrado, y con toda su ira le planto una cachetada al chico.

InuYasha: ¡Keh! ¡No te dije que te desnudaras! - grito y su semblante cambió de molesto a triste - Te vez horrible - le dijo en tono bajo y evadiendo su mirada. Lo que sorprendió a la chica, así que decidió el que ese era el momento para preguntar lo que hace tiempo le intrigaba.

Kagome: InuYasha, se puede saber ¿porque me odias?- dijo en tono triste.

InuYasha: ¡keh!, ¿de qué hablas?- Respondió evadiendo la mirada triste de la chica.

Kagome: Es porque me parezco a ella ¿verdad? InuYasha solo se dio la media vuelta, y se fue. Kagome solo lo observo y se resignó a seguir su camino.

Le esperaba un largo día de entrenamiento. Se aproximó a un área que parecía ser un dojo, observo que había cinco blancos pegados a la pared.

Al entrar la instructora Midoriko le saludo con una hermosa sonrisa, pero al ver a todas las chicas, se dio cuenta de algo muy particular.

En vez de parecer un club de tiro con arco, parecía un grupo de candidatas a reinas de belleza. El grupo estaba integrado por cinco chicas de diferentes grados y carreras. Todas destacaban por su singular belleza.

Tsubaki, era la capitana, una chica hermosa de cabello negro y largo y con unos ojos hermosos, su forma de ser, amable pero no lograba detectar mucha sinceridad en sus palabras.

Hitomiko, tenía el cabello castaño hasta los hombros, cuerpo esbelto y muy simpática, una chica sumamente sincera que decía las cosas directas y claras.

Tsukiyomi, una chica amorosa y que veía la belleza en cada cosa que observaba, no juzgaba a la gente, generosa y una persona en la que podía confiar.

Momiji y Botan, eran dos chicas al igual que Kagome de nuevo ingreso ambas muy lindas y parlanchinas, desde que supieron que Tsubaki era la capitana, trataban de estar junto a ella y cargarle hasta la bolsa, tenían un buen carácter, pero nunca contradecían las ordenes de Tsubaki.

Midoriko la instructora, una mujer joven fuerte y muy hermosa, a la vez valiente, sin duda sus consejos eran de mucha ayuda para todas.

En su entrenamiento Midoriko la felicitó por su desempeño, causándole unas sonrisas hipócritas de parte de la capitana.

Hitomiko: No le hagas caso Kagome, tiene miedo de que le quites el puesto de capitana, la verdad eres muy buena en esto - comento guiñándole el ojo- seguramente en tu otra vida fuiste una excelente arquera.

Kagome: Si seguramente - dijo con una risa nerviosa - la verdad es que la mirada de Tsubaki no le daba muy buena espina.

Al terminar el entrenamiento y salió del dojo , pasando por una sala en donde unos muchachos practicaban kendo, uno de los chicos manejaba con maestría su katana y al finalizar el duelo, en el cual solo uno de ellos salió victorioso; su sorpresa fue ver que cuando se quitaron la máscara protectora uno de ellos era el hombre de ojos dorados y hermoso cabello plateado: InuYasha. Lo vio tomar sus cosas y salió del lugar, se quedó un rato pensando en que ese muchacho grosero lucia muy apuesto, cuando sintió que alguien respiraba cerca de su cuello haciéndola brincar por el susto, al voltear se topó con la mirada divertida de InuYasha. Le resultaba tan extraño ver esa pequeña sonrisa en su rostro.

InuYasha: Sabes, eres una espía muy mala. - le dijo divertido.

Kagome: No seas engreído- no te estaba espiando, solo que me resultó curioso ver aquella pelea tan salvaje.

InuYasha: ¡Vámonos! ¿Supongo que iras a la fiesta de bienvenida? - pregunto, Kagome solo asintió con la cabeza y se dirigieron hacia sus habitaciones.

Al llegar al edificio Kagome se encaminó hacia las escaleras sin despedirse de él. Sin embargo InuYasha se detuvo y sintió esa necesidad de hablar con ella.

InuYasha: ¿Kagome?- preguntó, a lo que la muchacha volteo en señal de respuesta - te vez horrible - le dijo con una mirada diferente, podía notar un poco de amabilidad en ella y hasta cierto punto como un cumplido, ya que el sería incapaz alguna vez de decirle algo que sonara como tal.

Kagome: Eres un tonto,- dijo sonrojada- ¿lo sabias?...- e inmediatamente reacciono, él nunca la había llamado por su nombre. El chico ya se había dado media vuelta cuando ella le llamó - Oye InuYasha, creó que nos estamos llevando mejor.

InuYasha: ¡ Keh! ¿Porque lo dices? - pregunto.

Kagome: No se si no te has dado cuenta, pero.... Me acabas de llamar por mi nombre -diciendo esto se dirigió a las escaleras del edificio con una gran sonrisa, no sabía porque pero ese chico le provocaba unas sensaciones que no podría describir.

InuYasha solo la observó entrar, y en su rostro se formó una pequeña sonrisa y su corazón latía aceleradamente. Pero en su mente se repetía. "Ella no es Kikyo, además si me acerco a ella, solo dará para convencerla que me entregue su fragmento de perla".

Continuará...


Notas finales del capítulo :
Espero les haya gustado , trataré de subir todos los días mandenme sus comentarios ;)

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