Descubrimientos.

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RESPLANDOR CAPITULO VII
InuYasha: ¿Tú? Pero... ¡¿Que estás haciendo aquí?!
Voz: Vine por ti. InuYasha.
InuYasha: Sesshomaru... - dijo para si - ¿Qué es lo que quieres?
Sesshomaru: Ya te dije que vengo por ti- al decir eso se acercó al chico y le planto un puñetazo en la cara, haciéndolo perder equilibrio y caer de espaldas. Kagome se interpuso entre los dos rápidamente, sorprendiendo a InuYasha por su valentía.
Kagome: ¿Quién eres tú? ¡¿Qué es lo que quieres?! - Le grito al sujeto que lucía un elegante traje de color negro, él era un hombre sumamente apuesto más alto y fuerte que el propio InuYasha, y con unos cabellos largos y plateados. Este mostraba una expresión fría, no veía en sus ojos compasión ni piedad.
Sesshomaru: Hermano, no me digas que necesitas que una mujer te defienda.- comentó en tono burlón - ¡Que bajo has caído! - le dijo mirándolo con desprecio.
InuYasha: ¡Basta Kagome! Esto no te incumbe a ti ¡Lárgate!, y a ti Sesshomaru ¡Te matare!- dijo avanzando rápidamente hacia el hombre.
En ese instante se acercó un hombre de baja estatura, regordete y calvo, le apunto a InuYasha con un arma corta y le disparo. A Kagome le sorprendió verlo esquivar la bala con agilidad lo que la hizo reaccionar gritándole al hombrecillo.
Kagome: ¡Hey! Eso no es justo - grito desesperada - Él no tiene arma, son unos cobardes.
Jaken: ¡Como te atreves niña insolente! ¡No te permitiré que le hables así a mi amo bonito!
Sesshomaru: ¡Ya basta! InuYasha, quieras o no, tendrás que venir conmigo.- Le dijo en tono de orden.- Tengo a Myoga. Estoy seguro que no querrás que algo le pase. - El hombre saco su celular.-Pásame al anciano.- ordeno
Al teléfono: Amo InuYasha, tiene que venir por favor. Haga lo que le pida el joven Sesshomaru... - Al terminar la frase Sesshomaru colgó la llamada y se dirigió a InuYasha.
Sesshomaru: Tú decides. - diciendo esto se encamino hacia el bosque, él lo observo alejarse, decidiendo así ir en rescate del anciano, sin darse cuenta que Kagome le seguía. Al llegar a una carretera se dio cuenta que había un choche negro esperando ser abordado por él, cuando vio a Kagome correr hacia el auto y abrir la puerta, lo que hizo que se quedara en shock.
Kagome: ¡Vamos Inuyasha!, - le dijo decidida tenemos que rescatar al anciano Myoga. InuYasha se encaminó hacia el auto y tomo a Kagome por el brazo.
InuYasha: Kagome es muy peligroso, - pero en un instante ella se soltó de su agarre que a diferencia de antes, ahora la tomaba con delicadeza - ¿qué haces, te pueden matar?
Kagome: ¡Vamos InuYasha! No hay tiempo que perder. - Dirigiéndole una tierna sonrisa, haciendo que se resignara a dejarle acompañar.
Llegaron a lo que parecía ser un hangar que logro reconocer, el hangar de Sapporo, el chofer del coche les guío hacia una pequeña avioneta, y les ordeno entrar. Tomaron asiento y se dirigieron a un rumbo completamente desconocido.
Kagome: ¿InuYasha?- preguntó - ¿Ese hombre?... ¿Es, tu hermano?- pensando en que jamás había visto a dos hermanos llevarse tan mal. Ella tenía un pequeño hermano llamado Souta al que regañaba por entrar a su habitación o jugar con sus cosas; pero, llegar a odiarlo, jamás. Sango también tenía un hermano menor llamado Kohaku, al que amaba como una madre a su hijo, ya que ella había muerto cuando ellos eran muy pequeños, y también ella sería incapaz de tratarle de esa manera, al punto de querer matarse entre sí.
InuYasha: Es mi medio hermano, y como verás, me quiere matar.
Kagome: Valla, si no me dices, no me doy cuenta.- respondió con sarcasmo.- ¿por cierto?... ¿Sabes a dónde vamos?
InuYasha: Supongo, pero no estoy seguro, no creo que este muy lejos hemos empezado a descender.
En efecto la avioneta descendió en lo que parecía ser una montaña y en la punta de esta había una cabaña muy rustica que se escondía entre la vegetación del bosque. Kagome se sorprendió ver al hermano de InuYasha ya en la puerta de esta, y ahora que la veía era enorme solo que desde la avioneta era imposible verla, era como estar a la vista de todos, pero oculta a la vez.
Sesshomaru: Sabia que vendrías
InuYasha: ¡¿En dónde está Myoga?!.
Sesshomaru: InuYasha, te invito a pasar a tu humilde cabaña, ¿No me digas que esta propiedad, no la conocías? Que extraño, se supone que es la más importante que tienes en tu poder. -Dijo fríamente.
Inuyasha solo le lanzo una mirada de odio y entro junto con los demás.
Cuando entraron a la "cabaña" y tanto InuYasha y Kagome imaginaron lo peor, ver a un hombre moribundo suplicando piedad; pero, se sorprendieron al ver a un anciano regordete, de baja estatura y medio calvo sentado cómodamente en un sofá, con una humeante taza de algo que parecía ser café. Kagome quedo aun mas sorprendida ya que ese anciano se le hacía conocido de alguna parte. InuYasha por su parte parecía que le hervía la sangre.
Inuyasha: ¡¡MYOGA!! - grito furioso - pensé que te iban a matar y ve con lo que me encuentro... Que te pasa casi me matan y tu aquí bien cómodo ¿no?....¡Si no te mataron ellos te matare yo!
Myoga: Espere amo InuYasha, la verdad ya era hora de venir a este lugar, solo que, necesitaba un empujoncito jeje- dijo el anciano nervioso.
Sesshomaru: Basta de pláticas, ahora anciano indícame el camino.- le dijo amenazante.
InuYasha: ¿Camino?- pregunto -¡¿De qué demonios hablan?!
Myoga: Amo InuYasha, su hermano quiere decir que supone que aquí hay un gran tesoro, pero como ya se lo había dicho el joven Sesshomaru esta propiedad es de usted, y por lo tanto todo lo que hay aquí escondido es de su pertenencia, amo.
Jacken: ¡El tesoro de la familia Taisho solo debe pertenecerle al amo Sesshomaru ya que es hijo legítimo además de ser el primogénito del Señor Inu No Taisho!
Myoga: Lo siento pero, el testamento dice que el amo InuYasha es el heredero de este lugar.
Sesshomaru permanecía con la mirada fría y muy serio.
Sesshomaru: Vamos anciano.- dijo fríamente.- Indícame el camino.
El anciano se levantó de aquel sofá e hizo que le siguieran hacia lo que parecía ser una biblioteca, se dirigió a un librero, saco uno de los libros e inmediatamente el escritorio se movió de lugar y en el espacio en el que este se encontraba, observaron lo que era un agujero dentro del cual había unas escaleras de caracol, que conducían a lo que parecía una enorme caja fuerte de metal, muy avanzada en tecnología, ya que necesitaban pasar por ciertos filtros de seguridad.
Sesshomaru tomo a InuYasha por el brazo y le hizo pararse a lo que parecía ser un identificador de huellas digitales, poniendo en el los diez dedos del muchacho, además del reconocimiento del iris de su ojo derecho.
Hecho esto esperaron que se abriera la gran bóveda, cosa que nunca paso.
Sesshomaru: Anciano, ya hicimos lo que me indicaste ¡Que pasa! ¿Por qué esta bóveda no se abre?
InuYasha: ¡Myoga! ¿Por qué nunca me habías dicho de la existencia de este lugar? - pregunto enojado.
Myoga: El amo Inu No Taisho, me indico que esta bóveda se debía abrir cuando el amo InuYasha cumpliera dieciocho años y...
InuYasha: ¡Oye! Cumpli dieciocho años hace seis meses ¿y hasta ahora me lo dices? - le dijo en tono molesto.
Myoga: Disculpe amo, pero no encontraba la manera de explicarle...
Sesshomaru: ¡Por favor! ¡Basta!, anciano me dirás como se abre esto, o tendré que matarte.
Kagome: ¡Que te pasa! El señor ya te dijo todo lo que sabe...
InuYasha: Deja de meterte Kagome esto no es de tu incumbencia - dijo molesto.- Ademas no me interesa lo que hay aquí, se lo puede quedar si él quiere
Kagome: InuYasha tú no tienes por qué darle algo que te pertenece a ti...
Sesshomaru molesto tomo a Kagome como rehén, y le apunto con una pistola, Kagome volteo a ver a InuYasha suplicando ayuda.
Sesshomaru: Si no hacen algo pronto la matare a ella.
InuYasha: ¡No te lo permitiré! - le grito y en su corazón sintió una enorme necesidad de protegerla; pero, por que lo hacía, lo que le sucediera a esa mujer no le debía importar. Sin embargo enfrento a su hermano. En ese momento Kagome comenzó a llorar de miedo, la verdad tenía miedo a morir ahí, sin su mamá, ni su hermano y sin su abuelo. Al notar el llanto de la chica InuYasha se conmovió, la verdad no soportaba ver llorar a las mujeres, su madre siempre lo hacía, cuando los niños no le aceptaban por ser el hijo bastardo de Inu No Taisho el hombre más poderoso de Japón, siendo Miroku su único amigo. O cuando la socia lité, la señalaba de mujer de la calle, a pesar de que ella también gozaba de su fortuna, siendo ella hija del primer ministro de Japón, lo que provoco un gran escándalo, haciendo que sus más íntimas amistades le dejaran de hablar. No soportaba verla así.- ¡No llores! ¡Yo te voy a proteger!
Diciendo esto automáticamente la puerta de la bóveda se activó con la voz del joven, y se abrió mostrando en ella diversos objetos entre los que destacaba de los otros, una espada, que se encontraba en una vitrina, al ver esto Sesshomaru se aproximó a esta, y al intentar sacarla sintió una descarga eléctrica quemando la palma de su mano.
Myoga: Amo InuYasha, debe tomar esa espada, estoy seguro que a usted no le recibirá una descarga, como cuando la intento sacar el joven Sesshomaru, estoy seguro de que su padre activo ese tipo de tecnología para sean sus manos las primeras que toquen esa espada. -le suplico el anciano.
InuYasha: ¡Ya te dije que no me interesa ese objeto!
Jaken: Este muchacho no sabe lo que dice, esa espada es de los ancestros de los Taisho, dicen que posee poderes sobrenaturales, incluso el abuelo del Señor Inu No Taisho decían que era inmortal.
InuYasha: ¡Keh! ¡Tonterías, eso no existe, son puros cuentos baratos!
Kagome: InuYasha, piénsalo de esta forma; si Sesshomaru no pudo sacarla y tú si, herirás su orgullo, ¿no te parece una buena idea?
InuYasha: ¡No es mala idea! - Dijo con el rostro iluminado.- ¡Lo hare! - haciendo esto la trato de tomar pero con el mismo resultado. - ¡Myoga!, ¿Qué pasa?
Sesshomaru: Ya deja de jugar- Diciendo esto saco una pistola y le apunto, Kagome corrió hacia la espada y sin ningún problema logro sacarla. Sesshomaru que quedo estático cuando vio esto. Pero, sería mejor investigar a esta mujer y retirarse, Ya le daría su merecido. -¡Esto no se va a quedar así! - dijo viendo a InuYasha - Y tu niña, me las pagaras, no sé quién eres, pero te aseguro que me las pagaras. Vámonos Jaken.
Jaken: Si amo bonito, ¡Niña, ya escuchaste a mi amo! -Dijo con odio.
Kagome, InuYasha y Myoga los observaron alejarse en una de las avionetas, y la otra le seguía. Después Myoga llamo a algunos contactos, señalándole algunas coordenadas y en cuestión de minutos un helicóptero hizo su arribo. Los tres subieron y Kagome se sentía exhausta así que se recargo en su asiento y se quedó profundamente dormida.
Continuara...

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