Un nuevo comienzo

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RESPLANDOR CAPITULO IV

El sol iluminaba el cuarto de dos jóvenes amigas, dispuestas a empezar un nuevo día, en su nueva escuela.

Sango: Amiga desea me suerte, ¿cómo me veo?- dijo sonriendo nerviosa y mirándose en el espejo quien lucía una falda tableada color negro, unas medias negras a media pierna con unos zapatos negros, una blusa blanca de cuellos, con un moño negro en el pecho y un saco rojo, con el escudo de la facultad Shikon, el cabello atado a una coleta alta- este uniforme me encanta.

Kagome: Sango te vez preciosa y tu pie ya no está hinchado. Me da gusto que ya te sientas mejor - dijo muy emocionada y al igual que Sango también lucia su uniforme que constaba de una falda tableada azul marino, con medias de igual color a media pierna, unos zapatos negros, una blusa blanca de cuellos con un moño azul marino en el pecho y un saco gris plomo con el escudo de la facultad Shikon y el cabello ondulado suelto.- y bueno es hora de irme si no llegaré tarde a mi primera clase , nos vemos en la tarde, te quiero amiga.- diciendo esto salió del edificio.

Un chico de ojos dorados observaba desde su ventana a la chica que recién acababa de salir de su edificio para dirigirse a su clase, el portaba un pantalón negro que se amoldaba bien a su cuerpo, una camisa blanca con cuellos, una corbata negra y un saco rojo al igual que su amigo Miroku.

El día para todos transcurrió en relativa calma, recibieron en sus aulas la visita de los alumnos de grados superiores invitándoles a la exposición que se llevaría a cabo en el patio principal de la facultad, en donde se inscribirían a las clubes de los sábados, además de invitarlos a la fiesta de bienvenida para los alumnos de nuevo ingreso que se llevaría a cabo el mismo sábado por la noche.

Sango, InuYasha y Miroku compartían la mayoría de clases juntos, mientras tanto Kagome conocía a los que serían sus nuevos compañeros de clases, pero logro simpatizar con tres chicas que eran muy platicadoras y simpáticas; Yuka, a la que le encantaba la cocina, Ayumi una chica soñadora y tranquila a la que le gustaba la música, Eri le comentaba el gran amor a la actuación y por último Hoyo un chico tímido y algo despistado, que desde que la vio se había comportado muy atento y caballeroso con ella.

Al finalizar las clases Kagome se dirigió al patio principal para buscar a Sango y decidir en qué club entrar , miro con atención a las chicas que practicaban tenis, el deporte que más atención le llamaba cuando de repente, escucho un golpe y se dirigió en dirección del sonido.

Aquel golpe la hizo moverse por inercia, como si ese sonido la llamara, camino hasta encontrarse con unas muchachas vestidas con un haori blanco y una hakama roja, que sostenían en sus brazos unos enormes arcos y unas flechas.

Kagome: Disculpen chicas, podría probar si... Tsubaki: ¡Claro! Adelante. Kagome tomo el arco y se posicionó para lanzar la flecha.

Tsubaki: Muy buena forma, ahora céntralo en el blanco y dispara le dijo animadamente.

Kagome apunto al blanco y disparo, se sorprendió al notar que su puntería no era tan mala después de todo. La fecha cayo muy cerca del blanco.

Tsukiomi: Muy bien -comento animada- ¿deseas unirte al club de tiro con arco?, sí que tienes talento, me recuerdas tanto a Kikyo...- al escuchar eso Kagome se sorprendió, eso de compararla con la tal Kikyo ya la estaba comenzando a intrigar- sabes algo, te pareces tanto a ella.

Una hermosa mujer de cabellos negros y largos piel blanca y finas facciones se acercó a las muchachas. - Hola soy Midoriko, la instructora de este club, veo que tienes talento, ¿porque no te inscribes? Serias un muy buen elemento. Además nos hacen falta chicas como tú, con carácter decidido.

Tsubaki: Si, además nos hace falta una chica, ya que Kikyo, se fue de intercambio y no sabemos cuándo volverá - menciono animándola.

Kagome: Bueno, creo que me han convencido.

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