¿Cita?

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RESPLANDOR CAPÍTULO X
Al día siguiente los cuatro amigos salían de la mansión Taisho, cuando de repente un pequeño niño pelirrojo de ojos verdes se acercaba corriendo con un sobre en su mano.
Shippo: ¡Kagome! ¡Kagome espera!
Kagome: Shippo ¿Que sucede?
Shippo: kagome me vine a disculpar, la verdad me comporte como un cobarde y te puse en peligro. Pero bueno al menos este bueno para nada de InuYasha te rescato.
InuYasha: ¡¿Que dijiste chaparro del mal?! - diciendo esto le jalo una de sus orejas.
Shippo:¡Kagome! Mira me está pegando.
Kagome: InuYasha dejarlo en paz, es solo un niño.- le regaño y acto seguido se dirigió al pequeño. - No Shippo no te preocupes me has demostrado lo valiente que eres al querer cuidar a tu familia y se por lo que estás pasando. Mi padre murió cuando era yo muy pequeña y tú no estás solo. Te prometo que te cuidare y que te vendré a visitar cada fin de semana ¿Te parece? Shippo solo asintió y le entrego el sobre a Kagome.
Shippo: Toma Kagome lo hice yo, espero que te guste. Kagome: Muchas gracias Shippo.
InuYasha: ¡Vamonos! Ya es tarde. Diciendo esto se subió a su coche y Miroku al suyo junto con Sango. Kagome le dio un beso a Shippo en su frente y se despidió de Myoga.
Shippo: ¡Oye idiota! Cuida a tu novia.- Al decir esto a InuYasha y a Kagome se les subieron los colores a la cara.
InuYasha: ¡Cállate enano! Ella no es mi novia.
Shippo: ¡Pues que estúpido! Porque ella es muy bonita y muy buena y si no la cuidas cuando regreses te daré una mordida pescuezuda ¡¿Me estas oyendo inútil?!
InuYasha solo espero a que Kagome se subiera e inmediatamente arrancó el carro.
El día era muy soleado y en cierta forma Kagome se sentía segura estando al lado de el a pesar de su confesión de que algún día le quitaría su perla. Tal vez era una masoquista por querer estar al lado una persona que la odiaba, pero no podía evitar sentirse así, incluso empezaba a aceptar que sentía cierta atracción por ese chico testarudo.
InuYasha solo la miraba de reojo y el camino se le hizo demasiado corto, se dio cuenta que era con la única mujer además de Kikyo, su madre y su niñera Kaede con la que había estado por más de un par de horas, pero no podía si quiera aceptar sentirse bien al lado de ella. No se permitiría sentir algo.
Llegaron a la facultad y ambos coches se estacionaron.
Sango: Bueno chicos los veo en un momento tenemos que ponernos el uniforme. - diciendo esto cada grupo se fue a su habitación a cambiar.
Y así transcurrió el día cada uno de ellos en sus respectivas clases. Aunque InuYasha era un chico testarudo era uno de los mejores en su clase junto con Sango. Miroku por su parte tenía una facilidad de palabra impresionante que le ayudaría mucho en su carrera.
Kagome por su parte se llevaba mejor con sus nuevas amigas Eri, Ayumi y Yukka. Y tenía un nuevo pretendiente Hojo quien todos los días le llevaba algún detalle.
Hojo: ¡Higurashi! ¿Queria preguntarte... Si te gustaría ir al cine conmigo?
Kagome: Hojo , Yo,... - En ese momento la imagen de InuYasha se le vino a la mente. Pero debería darle una oportunidad al joven, se sentía mal de no corresponderle así que pensó que no sería mala idea salir con el - Esta bien Hojo.
Hojo: Muy bien Higurashi entonces el viernes. ¡No te arrepentirás!. - dicho esto se fue. Kagome solo dio un largo suspiro, pensando si seria buena idea en salir con el.
Al darse la vuelta se encontró con un par de ojos dorados que la miraban enfadado.
Kagome: InuYasha ¿Qué haces aquí? . - pregunto sorprendida.
InuYasha: ¡Perdon te si interrumpi Veo que pensabas en tu amiguito. !Solo te quería invitar a comer. - ¡por que! ¿Está mal?
Kagome se sorprendió y solo asintió, pero no podía creer lo que sus ojos veían. Parecía que InuYasha estaba celoso, pero ¿porque?. Ambos se dirigieron hacia un pequeño restaurante que se encontraba cerca. Ambos se sentaron e inmediatamente ordenaron cada uno un gran tazón de ramen.
Ambos permanecieron callados hasta que Kagome comenzó a hablar.
Kagome: InuYasha... No hemos tenido la oportunidad de hablar. Quería preguntarte ¿Para que quieres la perla?. Pregunto.
InuYasha: ¡Keh! Es algo que a ti no te concierne además se muy bien que esa perla le pertenecía a mi madre. - Contesto enfadado.
Kagome: Pues lo único que a te diré es que no te la daré . Es un regalo muy valioso sentimental mente hablando, además que interés tienes en un objeto como este. Tu eres multimillonario y puedes comprar miles de perlas. Le dijo enojada
InuYasha: No es el valor monetario... Si no; que... - pausó pensativo.- creo que ese fue el motivo de la muerte de mis padres y lo único que quiero saber es como llego a tu padre. Además necesito saber por qué muchos andan tras ella. Y por si no te has dado cuenta ya te han intentado quitar y si no hubiese sido por mi valiosa ayuda quien sabe que habría sido de ti. También tengo la sospecha que esa perla atraerá a todos los culpables de su muerte; es decir ellos llegaran directo a mí y así sabré todo lo que me han ocultado.
Kagome: ¿Y como se que esta es la verdadera joya que le perteneció a tu madre?
InuYasha: ¡Tonta! Porque ya lo comprobé. - dijo metiendo su mano a su bolsillo.- Kagome tal vez pienses que estoy loco, pero esa joya tiene un resplandor particular, además...- le interrumpió Kagome
Kagome: Entonces... Tu también. ¡¿Tu también puedes verlo?! InuYasha quedo atónito con la respuesta de la chica. Y saco de su bolsillo un pañuelo.
InuYasha: Se que esa es la joya por que ese mismo resplandor tiene el fragmento de mi madre y el de... Kikyo. Además quería mostrarte. - del pañuelo desenvolvió un pequeño fragmento resplandeciente pero no tanto como el que ella traía del cuerpo. Kagome observo el fragmento con admiración.
InuYasha: Hazme un favor ¿Si?.- Kagome solo asintió - Necesito que te quites el collar y que solo tomes este fragmento. La verdad es que anoche quería comprobar si el fragmento resplandecía por la atracción al gran trozo que tienes... O a ti. - dijo mirando al suelo.
Kagome obedeció dudosa y tomo el pequeño fragmento entre sus manos InuYasha se sorprendió que el fragmento resplandecía mas cuando Kagome lo tomaba entre sus manos que por si solo. Ella por su parte también se sorprendió con el resultado dejando a los dos llenos de dudas.
Kagome recordó inmediatamente el relato que su padre le contaba acerca de la sacerdotisa que amo al apuesto demonio con ojos de sol. Y dijo
Kagome: InuYasha... ¿Has escuchado alguna vez la "Leyenda del resplandor"?
InuYasha: ¡Keh! Esos son puros cuentos chinos. Que real puede tener que haya existido un demonio. ¡Por favor!. Además ¿No me digas que crees ser la reencarnación de aquella bella sacerdotisa?. - Aunque su mente lo relaciono con su gran amor Kikyo.- ¡Ja! Y dirás que yo soy aquel demonio. No me hagas reír, no me digas que crees ser la saserdotisa guardiana de la perla de Shikon.
Kagome: ¡No te burles! Solo que... Que tal si es verdad. Que tal si esta es la legendaria perla de Shikon. InuYasha solo la miró pensando en que esa joya si era la perla de Shikon, pero no se lo diria, ya que siendo esa valiosa joya ella no se la entregaria. Y comenzó a comer. No se dirigieron la palabra hasta terminar.
InuYasha: ¡Vamonos!... Y deja de pensar en tonterías ¿Quieres?
Kagome: No son tonterías! Y si quieres saber mas acerca de tu pasado deberías investigar.
Subieron al coche y en menos de cinco minutos llegaron al estacionamiento.
Kagome: Adiós InuYasha y gracias. - Diciendo esto se marcho molesta.
InuYasha sabia que esa perla a la que le llamaban la perla de Shikon le había traído desgracias, pero se mostraba incrédulo ante cualquier historia mítica relacionado con ella. Para el solo era una perla cualquiera a la que debía investigar al igual que a todas las personas que deseaban poseerla. Sera tan valiosa o en verdad serán reales los mitos que rondaban en torno a ella. Tenia que descubrirlo e ir a ver a Tottosai, aunque también debería llevar a Kagome. Pero... ¿Como?. La secuestraría de ser necesario pero debía investigar todo lo que le atormentaba .
Continuará...

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